Alejandro L. Perdomo Aguilera
En torno a las redes sociales en Internet (RSI).
La potencialidad de las redes para la
reconfiguración de la hegemonía de los Estados Unidos en América Latina y
el Caribe, tiene un impacto considerable en la construcción de
consensos y en la mediatización de los problemas sociales, buscando la
validación de las RSI para la proyección de las estrategias geopolíticas
planeadas para nuestra región. Si antes se necesitaba la construcción
de los pretextos en el marco de las Naciones Unidas, hoy se canalizan
desde las redes para la conducción de las estrategias de dominación
hacia el Hemisferio Occidental.
Se desarrollan conceptos como el de
ciber-guerra, y algunos movimientos de hackactivistas se adjudican
nuevos objetivos a destruir, desde cárteles de la drogas, hasta poder
franquear las barreras de seguridad del Pentágono. El fortalecimiento
del crimen organizado y la agudización de la violencia al interior de
las sociedades latinoamericanas, se ha insertado en la agenda
política-electoral de México y Centroamérica, donde independientemente
del discurso de derecha o izquierda, sobresalen las promesas de cada
candidato para proveer seguridad ciudadana. En esta compleja lucha donde
el descontento social reina, y los medios tradicionales se
desprestigian, las RSI adquieren una importancia mayor en la
construcción de matrices de opinión.
En esa situación el gobierno de los
EE.UU. se expande y atrinchera; se ve a un Secretario de Defensa como
Paneta decir que los problemas de seguridad en Internet le quitan el
sueño, mientas que “(…) analistas aseguran que el Pentágono ya está en
capacidad de aplicar la doctrina de la guerra preventiva en Internet, y
que ´las capacidades que se buscan ya permiten a los ciber-guerreros de
EE.UU. engañar, negar, interrumpir, degradar y destruir la información y
los ordenadores en todo el mundo.”[6]
Para ello el Pentágono anunció en 2010 la
“(…) creación del Comando Cibernético, presentado por el Pentágono,
puede suponer un antes y un después (…) Con la creación de este comando
militar Estados Unidos crea el primer ejército reconocido para este
nuevo conflicto.”[7]
En este interesante choque de intereses
en el marco de Internet, un grupo de hackers como Anonymous declara la
lucha contra redes sociales como Facebook y cárteles de la droga como
los Zeta. Anonymous Iberoamérica dice representar a la gente,
retomando la operación cártel (#OpCartel), mediante la cual revela datos
acerca de organizaciones criminales.
En el complejo escenario que vive la
región, el potencial contestatario que pueden desarrollar algunos
movimientos definidos como hackactivistas, no tiene precedentes. Quizás
pudiera pensarse en un sobredimensionamiento del poder de las redes
sociales, pero si se aprecian sus estadísticas sobre el 2004 y la
actualidad, el crecimiento ha sido enorme, en menos de una década.
Por otra parte, la concurrencia de
denuncias de ciudadanos y periodistas en las mismas, ha descolocado a
gobiernos y organizaciones criminales, provocando en algunos caos la
muerte de los emisores. El asesinato de la periodista de 39 años, María
Elizabeth Macías, jefa de redacción del diario Primera Hora de Nuevo
Laredo, por denunciar a criminales en las redes sociales, es una prueba
de ello.
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