miércoles, 9 de mayo de 2012

Redes sociales: Hegemonía y contrahegemonía entre los EE.UU. y Latinoamérica-2-

Alejandro L. Perdomo Aguilera
La Cumbre de las Américas en Cartagena de Indias, fue un claro ejemplo de la pujanza que las fuerzas contestatarias a la hegemonía imperial tienen su expresión, también, a nivel gubernamental. Esta realidad denota para ese gobierno, la necesidad de emplear a fondo su poder informacional y mediático. Sin embargo, en esta dinámica los medios tradicionales de comunicación resultan insuficientes, de modo que el trabajo a través de las redes sociales es crucial. Ante la evolución de medios alternativos en la América Latina y el Caribe, y su interacción con las redes sociales, la construcción de matrices de opinión gana nuevos actores y nuevas formas de comunicación. En este escenario convergen actores tradicionales con los nuevos, en una lucha política, diplomática y cultural que se va del campo real al virtual, desarrollando una mayor capacidad diálogo, información y criterios, la cual es más difícil de demonizar.
En este escenario virtual de luchas ideológicas, se articulan movimientos contestatarios, con gobiernos alternativos que manifiestan un impulso a las luchas contra-hegemónicas de Nuestra América. El uso de las redes sociales se ha extendido por la región de forma creciente, vinculando en ellas a varios presidentes latinoamericanos como Chávez, Correa y Dilma, y a otros actores de importancia, que han potenciado nuevas formas de diálogo ciudadano, ante la dominación mediática que lidera el gobierno estadounidense contra los procesos que vive la región.
En un contexto internacional de crisis estructural y multidimensional de la economía mundial, donde crecen los movimientos de indignados, ante el descontento con partidos tradicionales, y la desconfianza de los grandes medios, el escenario de las redes sociales resulta más atractivo y dinámico, en tanto brinda mayores capacidades expresión.
En este aspecto, pudiera enunciarse la entrada en un proceso de transición del desarrollo de la relación entre EE.UU. y Latinoamérica, donde los parámetros teóricos, políticos e ideológicos de antaño, resultan limitados para valorar una relación tan dinámica. Esta, ya no sólo se comprende por los intereses geoestratégicos hacia la región, los gobiernos de turno o la coyuntura económica, sino que la presencia masiva de latinos en EE.UU., también tiene un impacto al interior de ese país.
La influencia de Latinoamérica en EE.UU.  va a tener también su expresión en las RSI y esto va a repercutir hasta en las campañas electorales. Para el caso de las elecciones presidenciales de 2012, Obama ha hecho un serio trabajo en las redes, en aras de atraer a aquellos sectores que normalmente no votan y pueden significar una fortaleza para su campaña, ya que si en algún rol aventaja el actual presidente al resto de los candidatos, es en el trabajo atinado con las RSI.
La relación ciudadana mediante las RSI, estrecha las fronteras regionales y culturales, potenciando un intercambio que ejerce influencias de amabas partes, pero además de la relación que incrementa entre latinos y estadounidenses, también sistematiza la de los latinos en Estados Unidos con sus países de origen. Estas transformaciones, tienen una creciente influencia en las dinámicas políticas, diplomáticas y culturales entre los EE.UU. y Latinoamérica, donde el dilema hegemonía y contra-hegemonía adquiere nuevos matices.
Con la internacionalización de algunas redes sociales en Internet, desde el orden social, la privacidad adquiere más importancia día a día. Con el auge de la violencia y la inseguridad ciudadana, acentuada por el sicarismo y el pandillerismo que padece la región, las redes sociales ofrecen un nuevo instrumento de potencialidades enormes. Las noticias sobre crímenes y anuncios de contrato para los mismos son un tema bien preocupante. Hace una década atrás resultaba impensable que por una red social en Internet fuera propuesto el contrato para el asesinato de un hombre, cuya vida fue puesta en riesgo al anunciar por Facebook: “Pagaré un ’stack’ (mil dólares, NDR) a quien mate al padre de mi hijo”.[5]
Indudablemente las RSI, cuentan con grandes atractivos, en una interesante combinación de contenidos lúdicos, con los más diversos intereses políticos, sociales, culturales y económicos. En ellas, la comunicación está sujeta a códigos más simples e interpersonales, con un discurso más atractivo para las nuevas generaciones.  En esta comunicación el receptor también es emisor, posibilitando una forma de socialización,  donde de la noche a la mañana la plataforma virtual saca al internauta del anonimato al mundo de las redes, otorgándole un espacio donde puede ser visibilizado por millones de usuarios, conocer nuevas personas, encontrar ofertas de esparcimiento e, incluso, de trabajo.
Pero además de estos intereses simples de cualquier ser humano, las RSI son un genial instrumento para socializar los discursos mediáticos que les interesa colgar a los EE.UU. distribuyendo formas de pensamiento, modificando ideologías y culturas, llevados por la hegemonía de un carácter único y diverso, la sociedad en red, el instrumento llamado a crear espacios para todos, pero donde existe un gran “servidor,” encargado de sustraer la información de todos y venderla desde las transnacionales de la moda como a la misma CIA, para que esta haga con ellas lo que más le avenga para sus intereses ideológicos de dominación; digamos que se logra un interesante instrumento por el cual reproducir el dilema hegemónico de Antonio Gramsci, en los tiempos de Internet.

No hay comentarios.: