Alejandro L. Perdomo Aguilera
Las
redes sociales en Internet son, al decir de unos, la nueva arma de las
revoluciones, para pena de otros, son también un efectivo mecanismo de
dominación ideológica, y un poderoso instrumento del gobierno de los
EE.UU. para extraer información sobre los intereses, las
vulnerabilidades y potencialidades existentes en Latinoamérica. El
acoplamiento del gobierno estadounidense en las redes sociales en
Internet (RSI) denota el marcado interés que adquieren para sus
intereses hegemónicos en la región.
La capacidad
de las RSI para socializar estados de opinión la convierten en una
excelente herramienta de los centros de pensamiento y los medios de
comunicación dirigidos por las elites del poder, para hacer llegar a
diversos públicos los mensajes de su interés. La rapidez con que fluyen
las informaciones en la red, las atractivas formas en que se presentan
los mensajes y la concatenación de los estados de opinión con una
caracterización ideológica-cultural, socioeconómica y física que se hace
de cada internauta, resulta una valiosa información para los entes que
controlan los medios de información a nivel global, re-planteando a las
redes sociales como un nuevo terreno de combate.
La Administración Obama tomó un interés
particular por las redes, vinculándolas al trabajo de los diferentes
Departamentos y Agencias gubernamentales, reconociéndolas como unas
plataformas de necesario análisis y utilización para la política
exterior y de seguridad hacia América Latina, en el contexto actual. En
este afán se destinan un número importante de funcionarios y
contratistas, lo que revela su importancia estratégica, para el futuro
de las relaciones político-diplomáticas a nivel global.
Sin embargo, las declaraciones de la jefa
de la diplomacia Hillary Clinton sobre el tema de la Internet y las
redes sociales, se destacan divergencias en dependencia de los tópicos
que trate. Por una parte, propugna el derecho a la información y a la
libertad de expresión, hallando en las RSI un instrumento para impulsar
la influencia de las ideas, la cultura y los valores norteamericanos
sobre el resto del mundo. Desde estas, se canalizan como referentes las
valoraciones políticas e ideológicas del gobierno estadounidense sobre
el mundo, y qué políticas deben seguirse o no sobre los diferentes
temas internacionales.
La utilización que le dan los EE.UU. a
las nuevas tecnologías de la informática y las comunicaciones NTICs
limitan la privacidad de los usuarios de la red de redes, al punto que
“(…) las propias empresas de los Estados Unidos juegan en la supresión
de la libertad en Internet. (…) Narus – una compañía americana ahora
propiedad de Boeing – suministra en Egipto la tecnología que le
permitía al gobierno espiar a los usuarios de Internet.”[1]
Desde diferentes oficinas del
Departamento de Estado, se realiza un seguimiento particular al uso de
las redes sociales. Hillary Clinton amenazó en el discurso de Libertad
en Internet a otros Estados, al expresar en relación a los sucedido en
Egipto y Túnez: “Creemos que los gobiernos que han erigido barreras a la
libertad en internet se hallarán finalmente encerrados (…) Enfrentarán
el dilema del dictador, y tendrán que elegir entre dejar que caigan los
muros o pagar el precio de mantenerlos en pie”[2]
Sin embargo, la libertad a Internet
vulnera también la seguridad de los EE.UU. y con ello se aprecia como la
pérdida de privacidad no solamente es para la sociedad civil y los
gobiernos foráneos sino también para ese país.
La réplica de estos hechos parece
inclinarse hacia Irán, de hecho, el Departamento de Estado dispuso un
nuevo feed de Twitter traducido al idioma persa para atraer a los
usuarios iraníes, a conciencia de la utilidad de de esta red como
mecanismo de manipulación ideológica.[3]
Pero esta práctica aplicada al Medio
Oriente, se ha extendido hacia Latinoamérica, comprendiendo su
factibilidad para el trabajo con la región en los diferentes temas de
interés. Para incentivar esta experiencia, “(…) en la Casa Blanca
hicieron pública una circular que se refiere a la utilización de las
redes sociales por las agencias de gobierno. Se trata de un memorándum
elaborado por Cass R. Sunstein, cuyo tema es: Social Media, Web-Based
Interactive Technologies, and the Paperwork Reduction Act.”[4] El mismo,
especifica que la Ley federal que regulaba la publicación de documentos
federales (la Paperwork Reduction Act) no se ajusta a la dinámica
actual de las relaciones político-diplomáticas a través de Internet y
las redes sociales, por lo que el memo intenta cubrir esa limitante.
Para la relación con Latinoamérica, las
RSI tienen un sentido particular. La incorporación masiva de los
internautas a las redes sociales en la región ha sido visibilizada por
el gobierno de los Estados Unidos -sin dejar de apreciar sus peligros-
como una oportunidad para la construcción de consensos y el
fortalecimiento de su hegemonía, en un contexto donde amerita mejorar su
credibilidad y articular las relaciones con Latinoamérica, de una forma
más consensada y no con la metodología impositiva de antes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario