Alejandro L. Perdomo Aguilera
Los presidentes con proyectos de cambio en Latinoamérica acogen a las redes sociales
La capacidad que han manifestado líderes
latinoamericanos como Hugo Chávez, Rafael Correa y Dilma Rouseff, entre
otros, para utilizar Twitter como un instrumento de apoyo a sus
programas gubernamentales, refleja la asunción por las figuras más
relevantes de la región, de la necesidad de utilizar las RSI como
generadoras de matrices de opinión y como elemento de retroalimentación
de sus mandatos.
La potencialidad que tienen las RSI de
llegar a los ciudadanos de una forma más humanizada, desarrolla en los
pueblos un mayor incentivo hacia la participación política. Como los
perfiles en las RSI se supone que sean personales, dan un sentido de
temporalidad y cercanía con figuras públicas que tradicionalmente se
veían como muy alejadas de los ciudadanos.
En este sentido, las formas de
comunicación entre los políticos y sus conciudadanos se transforman,
provocando un incremento de la confiabilidad entre los ciudadanos, que
auguran mayores cuotas de liderazgo político. La actividad que los
líderes latinoamericanos han llegado a desarrollar con sectores
populares que normalmente no son los que acuden a las urnas, ha
extendido la capacidad de maniobra política a tal punto que los
opositores de Chávez han tratado de censurarlo, de cara a las
elecciones, indicando que es un presidente que dirige desde Twitter.
Indudablemente, la capacidad que tienen
las RSI de anunciar los acontecimientos que se producen en tiempo real, y
la credibilidad y valía que logran con los internautas, hace al
ciudadano sentir que puede intercambiar a través de un dispositivo
móvil, con el propio presidente de su país. Esta dinámica impacta en
las relaciones ciudadanas y traslada el diálogo político a sectores
tachados como vulnerables o apolíticos. Con ello, el individuo
desarrolla valores de autoexpresión, revalorando la importancia de su
participación. Bajo estas circunstancias, los gobiernos latinoamericanos
se posicionan en un terreno donde usualmente no han llevado la
delantera los países del sur, pero que a la luz del nuevo milenio, se
replantean nuevas formas de comunicación política, donde la
interactividad y la integralidad de las figuras políticas se hace cada
vez más exigente.
El llamado populismo que copó de críticas
la pujanza de líderes regionales se ha internacionalizado. En estos
momentos, resulta impensable que un líder poco carismático y sin una
acertada labor de apoyo de los medios y las RSI, pueda contar con una
buena popularidad en su mandato.
Una simple mirada al gasto que ha
realizado el actual presidente de los Estados Unidos en la labor de las
RSI, denota la estima que le tienen a su impacto sobre las matrices de
opinión pública. Obama ha sido calificado como el presidente 2.0 y ha
desarrollado varios intercambios con los ciudadanos a partir de las RSI,
para lo cual gastó en sus inicios medio millón de dólares en anuncios
en Facebook “(…) se han creado distintas etiquetas en Twitter como:
#askobama, para enviar tus preguntas o la hashtag #SOTU, para seguir
todo lo relativo a esta propuesta o #Obama2012 para todo lo relativo a
la nueva campaña. Las redes sociales parecen seguir aumentando su
presencia en la nueva campaña de Obama”[8]
La emergencia de procesos de cambio en la
región, tuvo la “agradable” noticia de contar con un presidente
estadounidense como W. Bush que no percibió acertadamente los cambios
que se venía dando en Latinoamérica. La Administración Obama, si bien no
se ha mostrado particularmente interesada por la región, el sector de
las NTICs lo ha utilizado muy bien a su favor, de modo que demonizar a
los procesos progresistas por estas prácticas resultaría un fiasco.
Ante esa situación, se han intentado colmar la red de redes y la los
medios masivos de comunicación, con campañas mediáticas que intentan
formar estados de opinión, mediante los centros de pensamientos, los
medios de comunicación y las RSI.
El trabajo para la dominación ideológica
de la región en busca de una mayor aceptación que consolide al hegemón,
se crean programas a partir de agencias como la CIA y los USAID con un
tratamiento particular respecto a las RSI. En el caso de esta última, en
los objetivos establecidos para el período 2011-2015, se hace hincapié
en unas reformas, orientadas a un trabajo más acertado sobre la
innovación y el mayor uso de las nuevas tecnologías, de aumento de la
conectividad. En este asunto, las RSI juegan un rol crucial por la
factibilidad para el trabajo con los sectores señalados como los más
vulnerables de la sociedad. Todos aquellos elementos de una sociedad
que consideren con potencialidades para fracturar la unidad nacional, se
hace un trabajo particularizado en aras de demonizar los procesos de
cambio de se tejen en la región.
La atracción que ha logrado Chávez a
través de su cuenta en Twitter, es una prueba de la participación
política que se puede generar a través de las RSI, abriéndose como un
nuevo campo de acción política, que, por su gratuidad e inmenso poder de
convocatoria, resurge como un novedoso e inverosímil escenario de
acción política.
Respecto al nuevo escenario de combate,
los Tweet o Twitter, en apenas un quinquenio de existencia, desde el
primer Twitter, publicado el 21 de marzo de 2006, ya sobrepasan los 177
millones de tweets por día. Su publicación, fue prospectiva desde el
primer día, vaticinando: “Esto será adictivo”, fue lo primero que se
publicó.
Las redes sociales de mayor participación
social e importancia para las relaciones políticas internacionales,
como Facebook y Twitter, poseen una capacidad de convocatoria y
multiplicidad de funciones, para ser utilizadas tanto como red social o
como microblogging. Está última función le permite describir lo que
sucede en tiempo real, tanto de aspectos personales como sociales.
Las facilidades de Twitter radican en la
simplicidad de su funcionamiento, su fragilidad para adecuarse a los
propósitos del Twitter. El hecho de registrarse los mensajes o Tweets, a
140 caracteres es parte del éxito, deformando textos, remitiendo las
ideas en resúmenes, que en un mundo que circula cada día más rápido,
donde la industria del entretenimiento socava el placer de una lectura
integral, los Tweet, vienen a ser los amos de la aclamada síntesis, que
abrevia los cuestionamientos y dirige la intencionalidad de los mensajes
con efusividad, efectividad y ligereza, puesto que no hay tiempo para
un debate minucioso. En este sentido, el Twitter responde a la exigencia
de la velocidad del nuevo siglo, digamos que es la herramienta de la
síntesis del siglo XXI, hecha para los medios, con rapidez de lectura y
mayor de difusión, en tanto se hace presencial en las diversas formas y
dispositivos por donde circula la comunicación en la actualidad.
La competitividad es otra de las grandes
facultades de las redes sociales. Tanto los gobiernos como la
instituciones, requiriendo un mayor impacto social, comprenden como
primicia ideal, el dar la primera noticia en una red social en vez de en
un sitio oficial como era lo tradicional. Desde esta óptica, lo
tradicional pierde impacto, en una lógica de mercadotecnia muy propia de
los medios de comunicación, y la plataforma digital se convierte en
herramienta político-diplomática para anunciar viajes presidenciales,
muertes de grandes figuras, entrevistas relevantes, accidentes,
victorias y hasta la hora de acostarse o de cenar de alguien someramente
prestigioso.
El otro valor agregado en cuanto a
competitividad, es el bajo nivel de empleados que requiere para una alta
disponibilidad de funciones. Para que se tenga una idea en enero de
2008, la empresa tenía sólo ocho trabajadores. Desde este punto de vista
juega con la dinámica del capitalismo más posmoderno, neoliberal y
mundializador. La red de microblogging incorpora alrededor 460 mil
nuevos usuarios por día, y esta cifra posiblemente ya esté desfasada.
El gran reto que surge es cómo
instrumentar las RSI, de la forma más adecuada para articular los
movimientos contestatarios; cómo desprenderlas de los intereses
clientelares del imperialismo; cómo hacer de ella una herramienta de
contra-hegemonía, cada día más útil en manos de los jóvenes que se
levantan en Chile, de los indignados de Wall Street, de los países
latinoamericanos envueltos en proyectos progresistas. La llamada
sociedad en red, al decir de Manuel Castell, es el nuevo escenario del
dilema, entre el discurso hegemónico imperial y el contra-hegemónico que
levanta su voz, como salvaguarda de la emancipación, la soberanía, la
autodeterminación, la paz y la seguridad de los pueblos
latinoamericanos.
Sobre la emergencia de este fenómeno
consideró Mosnseñor Carlos Manuel de Céspedes: “las luchas sociales se
desplazan hacia las webs y los medios de comunicación, y afloran los
debates ideológicos en páginas digitales, los niveles de persuasión, la
legitimidad de los discursos, el atractivo de las verdades. La estética
es la ética, pudiéramos decir.”
Las redes sociales informatizadas se han
introducido en la sociedad virtual como un actor fundamental en los
procesos tecnológicos que ha superado las dimensiones virtuales. Para
las relaciones políticas internacionales constituye un elemento
imprescindible, si se quiere realizar un análisis integral de los
procesos políticos que se viven y se vivirán en el mediano y largo
plazo.
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