jueves, 10 de mayo de 2012

Redes sociales: Hegemonía y contrahegemonía entre los EE.UU. y Latinoamérica-4-

Alejandro L. Perdomo Aguilera
Los presidentes con proyectos de cambio en Latinoamérica acogen a las redes sociales
La capacidad que han manifestado líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, Rafael Correa y Dilma Rouseff, entre otros, para utilizar Twitter como un instrumento de apoyo a sus programas gubernamentales, refleja la asunción por las figuras más relevantes de la región, de la necesidad de utilizar las RSI como generadoras de matrices de opinión y como elemento de retroalimentación de sus mandatos.
La potencialidad que tienen las RSI de llegar a los ciudadanos de una forma más humanizada, desarrolla en los pueblos un mayor incentivo hacia la participación política. Como los perfiles en las RSI se supone que sean personales, dan un sentido de temporalidad y cercanía con figuras públicas que tradicionalmente se veían como muy alejadas de los ciudadanos.
En este sentido, las formas de comunicación entre los políticos y sus conciudadanos se transforman, provocando un incremento de la confiabilidad entre los ciudadanos, que auguran mayores cuotas de liderazgo político. La actividad que los líderes latinoamericanos han llegado a desarrollar con sectores populares que normalmente no son los que acuden a las urnas, ha extendido la capacidad de maniobra política a tal punto que los opositores de Chávez han tratado de censurarlo, de cara a las elecciones, indicando que es un presidente que dirige desde Twitter.
Indudablemente, la capacidad que tienen las RSI de anunciar los acontecimientos que se producen en tiempo real, y la credibilidad y valía que logran con los internautas, hace al ciudadano sentir que puede intercambiar a través de un dispositivo móvil, con el propio presidente de su país.  Esta dinámica impacta en las relaciones ciudadanas y traslada el diálogo político a sectores tachados como vulnerables o apolíticos. Con ello, el individuo desarrolla valores de autoexpresión, revalorando la importancia de su participación. Bajo estas circunstancias, los gobiernos latinoamericanos se posicionan en un terreno donde usualmente no han llevado la delantera los países del sur, pero que a la luz del nuevo milenio, se replantean nuevas formas de comunicación política, donde la interactividad y la  integralidad de las figuras políticas se hace cada vez más exigente.
El llamado populismo que copó de críticas la pujanza de líderes regionales se ha internacionalizado. En estos momentos, resulta impensable que un líder poco carismático y sin una acertada labor de apoyo de los medios y las RSI, pueda contar con una buena popularidad en su mandato.
Una simple mirada al gasto que ha realizado el actual presidente de los Estados Unidos en la labor de las RSI, denota la estima que le tienen a su impacto sobre las matrices de opinión pública. Obama ha sido calificado como el presidente 2.0 y ha desarrollado varios intercambios con los ciudadanos a partir de las RSI, para lo cual gastó en sus inicios medio millón de dólares en anuncios en Facebook “(…) se han creado distintas etiquetas en Twitter como: #askobama, para enviar tus preguntas o la hashtag #SOTU, para seguir todo lo relativo a esta propuesta o #Obama2012 para todo lo relativo a la nueva campaña. Las redes sociales parecen seguir aumentando su presencia en la nueva campaña de Obama”[8]
La emergencia de procesos de cambio en la región, tuvo la “agradable” noticia de contar con un presidente estadounidense como W. Bush que no percibió acertadamente los cambios que se venía dando en Latinoamérica. La Administración Obama, si bien no se ha mostrado particularmente interesada por la región, el sector de las NTICs lo ha utilizado muy bien a su favor, de modo que demonizar a los procesos progresistas  por estas prácticas resultaría un fiasco.  Ante esa situación, se han intentado colmar la red de redes y la los medios masivos de comunicación, con campañas mediáticas que intentan formar estados de opinión, mediante los centros de pensamientos, los medios de comunicación y las RSI.
El trabajo para la dominación ideológica de la región en busca de una mayor aceptación que consolide al hegemón, se crean programas a partir de agencias como la CIA y los USAID con un tratamiento particular respecto a las RSI. En el caso de esta última, en los objetivos establecidos para el período 2011-2015, se hace hincapié en unas reformas, orientadas a un trabajo más acertado sobre la innovación y el mayor uso de las nuevas tecnologías, de aumento de la conectividad. En este asunto, las RSI juegan un rol crucial por la factibilidad para el trabajo con los sectores señalados como los más vulnerables de la sociedad.  Todos aquellos elementos de una sociedad que consideren con potencialidades para fracturar la unidad nacional, se hace un trabajo particularizado en aras de demonizar los procesos de cambio de se tejen en la región.
La atracción que ha logrado Chávez a través de su cuenta en Twitter, es una prueba de la participación política que se puede generar a través de las RSI, abriéndose como un nuevo campo de acción política, que, por su gratuidad e inmenso poder de convocatoria, resurge como un novedoso e inverosímil escenario de acción política.
Respecto al nuevo escenario de  combate, los Tweet o Twitter, en apenas un quinquenio de existencia, desde el primer  Twitter, publicado el 21 de marzo de 2006, ya sobrepasan los 177 millones de tweets por día. Su publicación, fue prospectiva desde el primer día, vaticinando: “Esto será adictivo”, fue lo primero que se publicó.
Las redes sociales de mayor participación social e importancia para las relaciones políticas internacionales, como Facebook y Twitter, poseen una capacidad de convocatoria y multiplicidad de funciones, para ser utilizadas tanto como red social o como microblogging. Está última función le permite describir lo que sucede en tiempo real,  tanto de aspectos personales como sociales.
Las facilidades de Twitter radican en la simplicidad de su funcionamiento, su fragilidad para adecuarse a los propósitos del Twitter. El hecho de registrarse los mensajes o Tweets, a 140 caracteres es parte del éxito, deformando textos, remitiendo las ideas en resúmenes, que en un mundo que circula cada día más rápido, donde la industria del entretenimiento socava el placer de una lectura integral, los Tweet, vienen a ser los amos de la aclamada síntesis, que abrevia los cuestionamientos y dirige la intencionalidad de los mensajes con efusividad, efectividad y ligereza, puesto que no hay tiempo para un debate minucioso. En este sentido, el Twitter responde a la exigencia de la velocidad del nuevo siglo, digamos que es la herramienta de la síntesis del siglo XXI, hecha para los medios, con rapidez de lectura y mayor de difusión, en tanto se hace presencial en las diversas formas y dispositivos por donde circula la comunicación en la actualidad.
La competitividad es otra de las grandes facultades de las redes sociales. Tanto los gobiernos como la instituciones, requiriendo un mayor impacto social, comprenden como primicia ideal, el dar la primera noticia en una red social en vez de en un sitio oficial como era lo tradicional. Desde esta óptica, lo tradicional pierde impacto, en una lógica de mercadotecnia muy propia de los medios de comunicación, y la plataforma digital se convierte en herramienta político-diplomática para anunciar viajes presidenciales, muertes de grandes figuras, entrevistas relevantes, accidentes, victorias y hasta la hora de acostarse o de cenar de alguien someramente prestigioso.
El otro valor agregado en cuanto a competitividad, es el bajo nivel de empleados que requiere para una alta disponibilidad de funciones. Para que se tenga una idea en enero de 2008, la empresa tenía sólo ocho trabajadores. Desde este punto de vista juega con la dinámica del capitalismo más posmoderno, neoliberal y mundializador. La red de microblogging incorpora alrededor 460 mil nuevos usuarios por día, y esta cifra posiblemente ya esté desfasada.
El gran reto que surge es cómo instrumentar las RSI, de la forma más adecuada para articular los movimientos contestatarios; cómo desprenderlas de los intereses clientelares del imperialismo; cómo hacer de ella una herramienta de contra-hegemonía, cada día más útil en manos de los jóvenes que se levantan en Chile, de los indignados de Wall Street, de los países latinoamericanos envueltos en proyectos progresistas. La llamada sociedad en red, al decir de Manuel Castell, es el nuevo escenario del dilema, entre el discurso hegemónico imperial y el contra-hegemónico que levanta su voz, como salvaguarda de la emancipación, la soberanía, la autodeterminación, la paz y la seguridad de los pueblos latinoamericanos.
Sobre la emergencia de este fenómeno consideró Mosnseñor Carlos Manuel de Céspedes: “las luchas sociales se desplazan hacia las webs y los medios de comunicación, y afloran los debates ideológicos en páginas digitales, los niveles de persuasión, la legitimidad de los discursos, el atractivo de las verdades. La estética es la ética, pudiéramos decir.”
Las redes sociales informatizadas se han introducido en la sociedad virtual como un actor fundamental en los procesos tecnológicos que ha superado las dimensiones virtuales. Para las relaciones políticas internacionales constituye un elemento imprescindible, si se quiere realizar un análisis integral de los procesos políticos que se viven y se vivirán en el mediano y largo plazo.

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