viernes, 25 de mayo de 2012

Cuba: La guerra de la CIA contra la juventud cubana I


Por: Raúl Antonio Capote que trabajó con el autor en la elaboración del proyecto Génesis, plan cuidadosamente elaborado para realizar una profunda labor de subversión político-ideológica en las Universidades cubanas, decía con frecuencia La guerra contra la dirección histórica de la Revolución la perdimos hace tiempo, por eso debemos concentrar todos los esfuerzos en la acción contra los nietos de la Revolución, si logramos cambiar su manera de pensar, si influimos a nuestro favor en sus gustos, preferencias, en sus ideas sobre el futuro de Cuba, habremos, por fin, comenzado a ganar esta guerra.
Todos saben que la CIA se fundó en 1947. Además de las funciones que cumplen los servicios especiales en todas partes del mundo, la CIA dedicó una cuantiosa cantidad de recursos humanos y materiales en un tipo de guerra, que llenaría los escenarios principales del enfrentamiento entre el socialismo y el capitalismo, entre las ideas progresistas y las más retrogradas
Frances Stonor Saunders,  autora del libro La CIA y la Guerra Fría Cultural, durante la presentación de su libro en la XII Feria Internacional del Libro en La Habana les preguntó a la audiencia.
¿Conocen ustedes cual es el Ministerio de Cultura de los EEUU?
Y respondió ante el silencio de los presentes ¡Ah! Perdón, no existe salvo la CIA, que asumió secretamente este papel.
La CIA asumió esa tarea furtivamente en su afán de derrotar al comunismo en todos los rincones del mundo. El paradigma central de esta guerra fue y sigue siendo una guerra por la mente de los hombres. La Agencia para lograrlo opera bajo el principio de la mentira necesaria y esconde su participación tras diferentes fachadas.
Cuentan con centenares de revistas intelectuales serias que se presentan como completamente privadas y libres, canales de TV, grupos musicales, compañías cinematográficas, proyectos culturales diversos que no habrían sobrevivido sin el apoyo financiero de la Agencia que además no tiene límite en cuanto al dinero que puede gastar.
Durante los momentos culminantes de la guerra fría, el gobierno de los EEUU invirtió enormes recursos en un programa secreto de propaganda cultural en Europa Occidental. Un rasgo fundamental de este programa era que no se supiese de su existencia. Fue llevado a cabo con gran secreto por la organización de espionaje de los Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia 1
El Congreso de la Libertad Cultural, organizado por el agente de la CIA, Michael Josselson, entre 1950 y 1967, fue el acto central de esta campaña, sus logros fueron vastos, abrieron oficinas en 35 países, contrataron a centenares de personas, organizaron conferencias, exposiciones de arte, publicaron artículos de opinión en decenas de revistas y hasta llegaron a tener su propio servicio noticioso.
El Congreso repartió cuantiosos premios en metálico, concedió becas, financió las carreras  de muchos artistas e intelectuales, compró muchas conciencias. Elevó artistas mediocres al nivel de grandes artistas, hizo desaparecer en el ostracismo a todo el que se le oponía o no se dejaba comprar, utilizó a intelectuales que, consiente o inconscientemente, se prestaron para la manipulación de ideas. Algunos intelectuales sabían de donde venía el dinero y lo aceptaban y seguían diciendo lo que de todos modos habrían dicho. Otros se encontraban en una posición de autocensura, porque no querían poner en peligro el financiamiento que recibían. La CIA no tenía límites en cuanto al dinero que le era posible gastar 2
Construyeron un poderoso consorcio para luchar contra el comunismo, esa fue el arma secreta de la CIA, empleada con éxito, tanto dentro de los propios EEUU, en el enfrentamiento a los movimientos por derechos civiles y progresistas, como contra el campo socialista y los movimientos revolucionarios en cualquier parte del mundo. La CIA definió la guerra fría como Batalla por la conquista de las mentes humanas.
En su enfrentamiento al socialismo acumularon un  inmenso arsenal de armas culturales.
La Revolución Socialista de Octubre en Rusia, representó en el siglo pasado, la  victoria  del humanismo en su expresión más alta,  la cultura socialista. Sin haber terminado el siglo XX la derrota del Socialismo Real significó una victoria de la cultura capitalista. Fue en el campo de las ideas en el que vencieron, cuando el socialismo este europeo, desprovisto de su esencia creadora y humanista, fue incapaz de desarrollar una auténtica y creadora cultura que contraponer a la cultura que genera el poder global capitalista.
Para los intereses restauradores del capitalismo en la isla, es ideal el enfoque apocalíptico que extrapola la experiencia fallida del socialismo en Europa del Este, sus defectos y errores, a la experiencia socialista cubana, exponiendo la idea de que estamos en presencia de males incurables, congénitos del sistema. Nada más lejos de la verdad.
La Revolución triunfante en 1959 fue el hecho cultural más  importante en la Historia de Cuba, significó el colofón de cientos de años de lucha, la derrota de la contrarrevolución heredera del autonomismo, el anexionismo y el capitalismo dependiente.
Estamos en medio de una guerra de reconquista regida por adversarios que no se detienen ante nada, que usan la mentira desenfadadamente, la calumnia, el engaño.
Todo ese enorme arsenal, toda la experiencia acumulada por la Agencia en su enfrentamiento a las ideas revolucionarias, al socialismo, hoy se concentran en derrotar al socialismo cubano, a la Revolución. Sus mejores agentes, sus técnicos, sus profesionales más destacados, más un presupuesto ilimitado, son utilizados con este fin. La juventud cubana es hoy su blanco esencial.

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