Acror estadounidense, Morgan Freeman
El actor estadounidense Morgan Freeman, reconocido activista contra la discriminación racial, afirmó que ese prejuicio "sigue vivo" en su país, aunque confía en que es una cuestión de tiempo y que "va a pasar", dijo en una entrevista con la AFP.
Morgan, de 74 años, escogió vivir en Mississippi -uno de los estados más violentos durante la época de segregación racial estadounidense- pese a que sus cinco nominaciones al Oscar y la admiración de su trabajo por prominentes cineastas le permitirían vivir en un palacete de las colinas de Beverly Hills.
Como en la mayoría de los estados del sureste, en Mississippi siguen existiendo sucesos de discriminación racial que reviven la historia social más triste del país y mantienen al actor con los pies en la tierra, contó Freeman en Clearwater, un balneario cerca de Tampa (Florida, sureste) donde promocionó la cinta "Dolphin Tale", que se estrena este viernes en las salas.
El pasado 26 de junio el adolescente blanco Deryl Dedmon y su grupo de amigos salieron de una fiesta con la decisión de ir a matar a algún afroamericano en los barrios del oeste de la capital del estado, Jackson.
Su víctima fue James Anderson Craig, un hombre de 49 años, cuyo único pecado fue encontrarse en el camino con estos jóvenes con ideas racistas.
"El racismo sigue vivo en este país, no solamente en el sureste", dijo el ganador de un Oscar en 2005 por "Million Dollar Baby".
Y recuerda que en el pueblo donde vive, Charleston, "todavía ahora, los niños no están autorizados a socializar entre blancos y negros".
Al contar que hasta hace pocos años los estudiantes de secundaria no podían hacer una misma fiesta de graduación interracial, el actor reveló que "ya no es así ahora, pero no quiere decir que los niños estén autorizados a mezclarse, a jugar, a salir juntos entre ellos", afirmó.
En 2008 Freeman le ofreció a los alumnos de una escuela secundaria de Charleston pagarles su baile de graduación, siempre y cuando se integraran en la fiesta.
La mayoría aceptó hacerlo, por primera vez en la historia de ese plantel.
Pero un pequeño grupo de chicos blancos, en su mayoría presionados por sus padres, decidió hacer una fiesta privada sin compañeros afroamericanos.
La historia inspiró el documental "Prom Night in Mississippi", de 2009.
"Quizás seamos el único país que fue a la guerra por eso.
No por el territorio sino por el derecho a mantener a la gente negra en la esclavitud.
Es algo económico", sostuvo el actor.
"Para mantener a cualquier humano en una situación así usted necesita reducir a ese ser humano a algo menos que humano.
Y eso toma muchas generaciones para que se les borre esa idea", agregó el chofer de "Driving Miss Daisy" (1989).
En momentos en que Estados Unidos vive la irrupción del movimiento republicano ultra conservador Tea Party, un estudio reciente del centro de análisis Brookings reveló que un 46% de los estadounidenses cree que los blancos sufren discriminación como los negros y otras minorías, frente al 51% que no lo cree.
"Es una enseñanza de generaciones", sostuvo Morgan, sobándose su mano derecha que quedó inmovil tras un aparatoso accidente en 2009.
Pero el racismo "va a pasar", agregó el actor con sonrisa bondadosa.
"Cada generación es cada vez menos propensa a participar en ese tipo de discriminación.
A todos nos discriminan, en un nivel u otro.
Vamos a encontrar diferencias, pero nuestra discriminación negra es un gran tema en el mundo entero", dijo Morgan.
El hombre que encarnó al líder sudafricano Nelson Mandela en 2009 en la película "Invictus", dirigido por su amigo Clint Eastwood, es optimista frente al cese del racismo aunque no por ello deja de ver cuán complicado luce el presente político de su país.
En Mississipi un alcalde negro, Johnny DuPree, ganó por primera vez la primaria de su partido Demócrata para aspirar a la gobernación en noviembre próximo.
Pero, según Morgan, existen muy pocas chances de que gane el puesto frente al opositor republicano.
"Tenemos un presidente negro y mira por lo que está pasando", comentó.
"Yo no estoy defraudado para nada" por el presidente Barack Obama, añadió.
"Estoy 110% con él", aseveró.
Pero "los republicanos están haciendo todo lo posible, lo que sea, para asegurarse de que no tenga un segundo periodo".
Para Morgan, movimientos como el Tea Party son un claro obstáculo para unir el país.
"Ahora es aún peor (que hace pocos años) porque tenemos este grupo Tea Party demoliendo todo el Partido Republicano susurrando '¿Te das cuenta que tenemos un hombre negro en la Casa Blanca? Eso no puede ser', pero están empeñados".
Morgan, de 74 años, escogió vivir en Mississippi -uno de los estados más violentos durante la época de segregación racial estadounidense- pese a que sus cinco nominaciones al Oscar y la admiración de su trabajo por prominentes cineastas le permitirían vivir en un palacete de las colinas de Beverly Hills.
Como en la mayoría de los estados del sureste, en Mississippi siguen existiendo sucesos de discriminación racial que reviven la historia social más triste del país y mantienen al actor con los pies en la tierra, contó Freeman en Clearwater, un balneario cerca de Tampa (Florida, sureste) donde promocionó la cinta "Dolphin Tale", que se estrena este viernes en las salas.
El pasado 26 de junio el adolescente blanco Deryl Dedmon y su grupo de amigos salieron de una fiesta con la decisión de ir a matar a algún afroamericano en los barrios del oeste de la capital del estado, Jackson.
Su víctima fue James Anderson Craig, un hombre de 49 años, cuyo único pecado fue encontrarse en el camino con estos jóvenes con ideas racistas.
"El racismo sigue vivo en este país, no solamente en el sureste", dijo el ganador de un Oscar en 2005 por "Million Dollar Baby".
Y recuerda que en el pueblo donde vive, Charleston, "todavía ahora, los niños no están autorizados a socializar entre blancos y negros".
Al contar que hasta hace pocos años los estudiantes de secundaria no podían hacer una misma fiesta de graduación interracial, el actor reveló que "ya no es así ahora, pero no quiere decir que los niños estén autorizados a mezclarse, a jugar, a salir juntos entre ellos", afirmó.
En 2008 Freeman le ofreció a los alumnos de una escuela secundaria de Charleston pagarles su baile de graduación, siempre y cuando se integraran en la fiesta.
La mayoría aceptó hacerlo, por primera vez en la historia de ese plantel.
Pero un pequeño grupo de chicos blancos, en su mayoría presionados por sus padres, decidió hacer una fiesta privada sin compañeros afroamericanos.
La historia inspiró el documental "Prom Night in Mississippi", de 2009.
"Quizás seamos el único país que fue a la guerra por eso.
No por el territorio sino por el derecho a mantener a la gente negra en la esclavitud.
Es algo económico", sostuvo el actor.
"Para mantener a cualquier humano en una situación así usted necesita reducir a ese ser humano a algo menos que humano.
Y eso toma muchas generaciones para que se les borre esa idea", agregó el chofer de "Driving Miss Daisy" (1989).
En momentos en que Estados Unidos vive la irrupción del movimiento republicano ultra conservador Tea Party, un estudio reciente del centro de análisis Brookings reveló que un 46% de los estadounidenses cree que los blancos sufren discriminación como los negros y otras minorías, frente al 51% que no lo cree.
"Es una enseñanza de generaciones", sostuvo Morgan, sobándose su mano derecha que quedó inmovil tras un aparatoso accidente en 2009.
Pero el racismo "va a pasar", agregó el actor con sonrisa bondadosa.
"Cada generación es cada vez menos propensa a participar en ese tipo de discriminación.
A todos nos discriminan, en un nivel u otro.
Vamos a encontrar diferencias, pero nuestra discriminación negra es un gran tema en el mundo entero", dijo Morgan.
El hombre que encarnó al líder sudafricano Nelson Mandela en 2009 en la película "Invictus", dirigido por su amigo Clint Eastwood, es optimista frente al cese del racismo aunque no por ello deja de ver cuán complicado luce el presente político de su país.
En Mississipi un alcalde negro, Johnny DuPree, ganó por primera vez la primaria de su partido Demócrata para aspirar a la gobernación en noviembre próximo.
Pero, según Morgan, existen muy pocas chances de que gane el puesto frente al opositor republicano.
"Tenemos un presidente negro y mira por lo que está pasando", comentó.
"Yo no estoy defraudado para nada" por el presidente Barack Obama, añadió.
"Estoy 110% con él", aseveró.
Pero "los republicanos están haciendo todo lo posible, lo que sea, para asegurarse de que no tenga un segundo periodo".
Para Morgan, movimientos como el Tea Party son un claro obstáculo para unir el país.
"Ahora es aún peor (que hace pocos años) porque tenemos este grupo Tea Party demoliendo todo el Partido Republicano susurrando '¿Te das cuenta que tenemos un hombre negro en la Casa Blanca? Eso no puede ser', pero están empeñados".
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