martes, 17 de enero de 2012

Cuba, el Bloqueo y la Brecha Digital


Por Nelson P. Valdés y Sue Ashdown

“Hay que buscar el modo de llegar a las masas informadas. La solución no está en los periódicos…Internet es más accesible.” Fidel Castro, Noviembre 12, 2010 [1]

Hay muchas discusiones con respecto a Cuba y el acceso a Internet y a cuántos cubanos no están conectados con la red. Curiosamente, la mayoría de los críticos asumen que el hecho de tener acceso depende solo de la voluntad política. Un reciente reporte de Nick Miroff para “All Things Considered” de la Radio Nacional Pública (NPR) se titulaba “En Cuba, la conexión a Internet es un lujo”. El reporte no se refería a cuestiones de costo de infraestructura; más bien, esos aspectos quedaron sin tratar.
Estos críticos parecen no estar al tanto de los costos financieros reales de la tecnología involucrada. La tecnología sigue avanzando con rapidez mientras que los costos siguen aumentando. Esto no siempre se hace evidente de inmediato cuando un elemento de tecnología avanzada aparece para entregar un producto muy superior a un precio relativamente más barato, comparado con la tecnología anterior. Sin embargo, cuando se toma en consideración la obsolescencia –tanto planeada como no planeada- del equipamiento interconectado, las presiones de costo se vuelven claras. Eventualmente, se hace cada vez más difícil para los pobres de una nación, o entre naciones, mantenerse al nivel de la vanguardia.
De manera ingenua se ha asumido que las condiciones presentes en los países industrializados están también presentes en las zonas menos ricas del mundo. Sin embargo, existe una brecha digital que no es una función de la política sino de los ingresos. Y dado que hay una creciente diferencia en los ingresos entre los muy ricos y el resto de la población en todo el mundo, esto implica una división funcional, no solo digital, en muchos niveles. Algunos autores ya han reconocido que además de la brecha mundial, dentro de la población digital de los países más ricos, existe un sector que ha sido llamado el “gueto de la banda ancha”.
El U.S. Census Bureau investigó 54 000 viviendas en octubre del 2009 y descubrió que la división digital de los años 90 en los EEUU era persistente. Para cuando los pobres se empataron con la computadora y el modem, tecnología más avanzada apareció para volverlos a dejar atrás. El estudio hizo notar que “la adopción de Internet de banda ancha era mayor en las viviendas blancas que entre los negros y latinos en el 2009. Las diferencias en los atributos socioeconómicos no explican del todo la fisura en la adopción del Internet de banda ancha asociada con la raza y la etnicidad”. [2]
¿Qué es lo que explica la disparidad? Para alguien que sea anciano, desempleado o subempleado, de bajos ingresos, miembro de una minoría, de nivel educacional inferior, o que viva solo – la brecha es de 16 a 34 porciento de puntos por detrás. Al preguntárseles, el 60 porciento dijo que no necesitaban o no usaban Internet. Desde luego, eran pobres o de escasa educación. El resto dijo, básicamente, que no podían permitírselo.
Para aquellos que usan Internet, el uso de banda ancha se disparó del 9 al 64 porciento entre 2001 y 2009. Un 64 porciento de las familias con un ingreso menor de $25 000 no se conectan al internet por banda ancha; mientras que para aquellos con ingresos de más de $100 000, la cifra fue de solo un 6 porciento. En Florida, en el 2009, el 33 porciento de las familias no se conectaban por banda ancha, mientras que en Nuevo Méjico la cifra fue de un 43 porciento y en Mississippi del 58 porciento.
Hay aquí dos cuestiones distintas. Una es la existencia de la “disponibilidad” de banda ancha. Al igual que los cuidados hospitalarios, la banda ancha puede estar ”disponible”, pero que uno se lo pueda permitir o no, es otro asunto. Y otro aun es la desregulación de telecom que ha permitido a los proveedores de infraestructura comercial el practicar la exclusión y el establecimiento de precios. La banda ancha no está aún disponible en ciertas áreas rurales escasamente pobladas donde la tasa de costo-beneficio no es atractiva al proveedor de infraestructura, y en las áreas urbanas, el establecimiento de precios coloca la banda ancha fuera del alcance de sectores cada vez mayores de usuarios pobres de teléfonos móviles.
La mayoría de los comentaristas extranjeros e incluso nacionales acerca de Cuba y el Internet no están al tanto del hecho que el gobierno estadounidense subsidia la conectividad de numerosos sectores de la sociedad norteamericana. De hecho, en el 2010, el gobierno gastó no menos de $7.2 billones para hacer la banda ancha* disponible a un sector más amplio de la población que no podía costeárselo por sí mismo.
El pasado año, el gobierno estadounidense proveyó fondos para 120 000 millas de redes de banda ancha, dándole acceso a 24 000 comunidades que de otro modo no podrían permitírselo- incluyendo 7000 escuelas K-12, 2000 bibliotecas, 600 colegios comunitarios y 700 universidades públicas. Fue el gobierno el que hizo posible que 40 millones de viviendas y 4 millones de negocios tuvieran banda ancha [2]. Y esa enorme inversión intentaba acabar con la brecha.
En otras palabras, el gobierno estadounidense costeó un programa de habilitación “socialista” para beneficio de todos, independientemente del mérito. ¿Por qué? para subsidiar los aspectos comerciales de la llamada “autopista”, así como entrega licencias FCC para subsidiar los comerciales de radio y televisión.
Esa es la realidad en los Estados Unidos, que resulta tener muchos más recursos que una isla pobre como Cuba, que también sufre bloqueo desde los años 60.
Y SIN EMBARGO, ¡los observadores extranjeros esperan que Cuba ofrezca algo equivalente a aquello que está a disposición de los norteamericanos!
En América Latina (2009), solo 6.8% del total de la población se conecta por banda ancha. [4]. Solo un 3% de los latinoamericanos tienen acceso a banda ancha móvil. En toda Latinoamérica es una costosa propuesta entrar en el mundo de ADSL. ADSL corre por la infraestructura de línea fija de telecom que, en los Estados Unidos, fue instalada hace muchas décadas cuando a AT&T se le concedió un monopolio regulado en la distribución universal de este “servicio esencial”. Era la única manera de lograr las economías de de crecimiento necesarias para tan masiva empresa y asegurarse contra las exclusiones que son hoy en día lugar común en un mercado desregulado.
Latinoamérica no tuvo nada parecido, y desarrollar hoy esta clase de infraestructura, es tan astronómicamente costoso que se necesitan alianzas entre empresas privadas de las telecomunicaciones y la energía con los gobiernos nacionales, regionales y municipales. Pero incluso eso no es suficiente. Es preciso que las corporaciones trans-regionales aporten también capital [5].
Tal vez algún día el acceso a Internet sea más barato. Y tal vez algún día Cuba sea capaz de poseer conectividad al mismo precio que sus contrapartes latinoamericanas. En este momento, ningún país latinoamericano confronta las dificultades impuestas por un bloqueo económico de los EEUU.

* A los efectos de los fondos de estimulación gubernamentales, la banda ancha fue definida en el rango mínimo: entre 768kbps y 200kbps. Los proveedores comerciales pueden ofrecer velocidades mucho mayores pero las autoridades federales no poseen ni suficientes recursos financieros para ascender al límite máximo de la “autopista” ni capital político que gastar en un régimen regulatorio que obligaría a los propios proveedores a suministrar, a usuarios de bajos ingresos, subsidios de banda ancha financiados por sus excesivas ganancias.
http://progreso-semanal.com/4/index.php?option=com_content&view...

[1] Michel Chossudovsky, "Conversations with Fidel Castro: the Dangers of Nuclear War," Global research (Canada), Noviembre 13, 2010 http://www.globalresearch.ca/index.php?aid=21892&context=va

[2] NTIA, Exploring the Digital Nation: Home Broadband Internet Adoption in the United States, Noviembre 2010. http://www.ntia.doc.gov/reports/2010/ESA_NTIA_US_Broadband_Adoption... 1082010.pdf

[3] Declaraciones de Lawrence E. Strickling, Secretario Adjunto de Comercio par alas Comunicaciones y la Información. Almuerzo en la Asociación Federal de Comunicaciones. Washington, DC Octubre 21, 2010 http://www.ntia.doc.gov/presentations/2010/fcba_10212010.html

[4] http://www.budde.com.au/Research/Latin-American-Broadband-and-Inter... t.html

[5] https://docs.google.com/viewer?url=http%3A%2F%2Fwww.eclac.cl%2Fpubl... %2Fxml%2F9%2F43289%2FCapitulo_IV_IED_2010_WEB_FINAL.pdf

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