La cifra en sí misma es escalofriante: mil millones de personas en el mundo padecen hambre .
La mayoría de ellos son chicos que, indudablemente, tendrán un futuro comprometido.
Esa es la consecuencia directa de los conflictos armados, la pobreza, la inestabilidad política y las crisis económicas que afectan al planeta.
El dato surge del Indice Global elaborado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, en inglés). De los 122 países incluidos en el estudio, 25 tienen niveles “alarmantes” de hambre.
Y cuatro –de Africa subsahariana– “extremadamente alarmantes”.
La República Democrática de Congo (RDC) resultó el país peor ubicado , con tres cuartas partes de su población subalimentada y con la mayor tasa de mortalidad infantil del mundo . Producto inevitable del colapso económico y un estado crónico de carencia alimentaria tras la guerra de los años 90.
El informe, al hacer un balance del continente americano, sostiene que es “seria” la situación en Bolivia, Guatemala y Haití . En los países centroamericanos y algunos de Sudamérica la califica de “moderada”. El instituto aclara que Argentina, junto a Brasil, Uruguay y Chile, son la excepción porque hay bajos niveles de desnutrición. Se utilizaron tres factores para calcular el índice de hambre: la proporción de personas subalimentadas en un país, la prevalencia del bajo peso en los chicos menores de 5 años y la mortalidad infantil.
Se habla de hambre cuando una persona consume menos de 1.800 kilocalorías al día , lo mínimo para llevar una vida sana y productiva, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El estudio ubica a los países en una escala de 100 puntos, donde cero es el mejor puntaje –sin hambre– y 100 es el peor, aunque ninguno de estos dos extremos se alcanzó en la práctica . Un puntaje mayor de 20 revela niveles “alarmantes” de hambre en un país, y más de 30 “extremadamente alarmante”. Muy cerca de la RDC, la única que superó los 40 puntos, se mantienen Burundi, Eritrea y Chad.
Si se les suma las islas Comores y Haití, el grupo registra más del 50% de la población subalimentada . Marie Ruel, una de las autoras del informe, señaló que la ventana de oportunidad para evitar que sigan creciendo los niveles de desnutrición están en los dos años. “Después de los dos años de edad, los efectos negativos en la desnutrición son en gran parte irreversibles”, afirmó.
La mayoría de ellos son chicos que, indudablemente, tendrán un futuro comprometido.
Esa es la consecuencia directa de los conflictos armados, la pobreza, la inestabilidad política y las crisis económicas que afectan al planeta.
El dato surge del Indice Global elaborado por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, en inglés). De los 122 países incluidos en el estudio, 25 tienen niveles “alarmantes” de hambre.
Y cuatro –de Africa subsahariana– “extremadamente alarmantes”.
La República Democrática de Congo (RDC) resultó el país peor ubicado , con tres cuartas partes de su población subalimentada y con la mayor tasa de mortalidad infantil del mundo . Producto inevitable del colapso económico y un estado crónico de carencia alimentaria tras la guerra de los años 90.
El informe, al hacer un balance del continente americano, sostiene que es “seria” la situación en Bolivia, Guatemala y Haití . En los países centroamericanos y algunos de Sudamérica la califica de “moderada”. El instituto aclara que Argentina, junto a Brasil, Uruguay y Chile, son la excepción porque hay bajos niveles de desnutrición. Se utilizaron tres factores para calcular el índice de hambre: la proporción de personas subalimentadas en un país, la prevalencia del bajo peso en los chicos menores de 5 años y la mortalidad infantil.
Se habla de hambre cuando una persona consume menos de 1.800 kilocalorías al día , lo mínimo para llevar una vida sana y productiva, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El estudio ubica a los países en una escala de 100 puntos, donde cero es el mejor puntaje –sin hambre– y 100 es el peor, aunque ninguno de estos dos extremos se alcanzó en la práctica . Un puntaje mayor de 20 revela niveles “alarmantes” de hambre en un país, y más de 30 “extremadamente alarmante”. Muy cerca de la RDC, la única que superó los 40 puntos, se mantienen Burundi, Eritrea y Chad.
Si se les suma las islas Comores y Haití, el grupo registra más del 50% de la población subalimentada . Marie Ruel, una de las autoras del informe, señaló que la ventana de oportunidad para evitar que sigan creciendo los niveles de desnutrición están en los dos años. “Después de los dos años de edad, los efectos negativos en la desnutrición son en gran parte irreversibles”, afirmó.
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