martes, 31 de enero de 2012

¿Por qué Cuba no es Libia?


Omar Pérez Salomón
Desde hace varios meses personeros del gobierno de Barack Obama, representantes de la pandilla anticubana en el Congreso norteamericano y aspirantes a la presidencia por el Partido Republicano, realizan declaraciones donde abogan por aplicar a Cuba la fórmula libia, es decir, emplear métodos bélicos para destruir la Revolución Cubana.
Recuerdo que a principios de septiembre del año pasado, los congresistas Ileana Ros y Mario Díaz Balart, en un programa de la televisión de Miami, reclamaron al presidente Obama pasar a las palabras de condena y los actos bélicos contra Cuba al estilo libio. La loba feroz se preguntaba, “¿Por qué Cuba tendrá que ser la excepción?”, y a continuación la emprendió hasta con la ONU por no lograr el poder de convocatoria necesario para atacar a la mayor de las Antillas.
El odio furibundo contra la Revolución no les permite reconocer que ni por asomo en Cuba se dan las condiciones que existían en Libia, Túnez, Egipto y otros países del Medio Oriente al iniciarse los conflictos en los mismos.
¿Qué condiciones habían en Libia que facilitaron la agresión?
  • Existían serios problemas económicos y sociales, provocados por la implantación de recetas neoliberales y desatendidos por el gobierno de Gadafi.
  • Corrupción en las más altas esferas gubernamentales y desunión en el gobierno y las Fuerzas Armadas.
  • Gadafi vendió su alma a Occidente y pactó con el imperio del Norte y sus aliados europeos, el desarme de su país a cambio de que Libia fuera retirada de todas las listas  del Departamento de Estado norteamericano.
  • Varios generales de las Fuerzas Armadas de Libia retiraron su apoyo a Gadafi durante de la agresión.
Por otra parte, en Cuba existe una unidad indisoluble del pueblo y los órganos de la defensa en torno a Fidel, Raúl y el Partido, y las decisiones de trascendencia se consultan a nivel de toda la sociedad. Más aún, quien conozca la historia de Cuba sabe que la independencia y la soberanía de nuestra isla no se negocian con nada.
Y aunque los fanáticos del dólar y la sangre se empeñen en ignorarlo, como dijera el escritor y periodista francés Salim Lamrani, la Primavera cubana ocurrió en 1959.

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