viernes, 23 de septiembre de 2011

Intercambio de Jose Petierra y Silvio Rodriguez.

Tomado del blog de Silvio Rodriguez Segunda Cita:
Escribio Silvio:  José Pertierra, abogado defensor de Los Cinco, me escribió una carta pública que reproduzco, y después pongo mi respuesta. José Pertierra dijo
Querido Silvio, 
Algunos medios en Miami señalan una aparente contradicción en tu posición sobre la pena de muerte. 
Dicen esos medios que en el 2003, firmaste (con Cintio Vitier, Senel Paz, Alicia Alonso, Amaury Pérez y otros) una carta “respaldando” el fusilamiento de los tres secuestradores en el 2003 y que ahora te declaras en oposición a esa medida de castigo. 
Al leer esos blogs de Miami, creí que quizás me había equivocado, porque no pensaba que la carta del 2003 era un respaldo a la pena de muerte–sino un respaldo a Cuba ante las críticas que estaba recibiendo de ciertos intelectuales de izquierda en el mundo. 
El propósito de aquella carta, pensé yo, había sido poner las cosas en su contexto, ya que la contrarrevolución tergiversa mucho. 
Recordaba que la carta del 2003 estaba dirigida hacia gente como Saramago y Galeano que se habían distanciado de la revolución, sin haber valorado el contexto en que Cuba se encontraba. También recordaba el mensaje que el funcionario del Departamento de Estado le dio personalmente a Dagoberto Rodríguez, el entonces Jefe de la Sección de Intereses en Washington. Que EEUU trataría futuros secuestros de aviones o embarcaciones en Cuba como una “amenaza a la seguridad nacional de los Estados Unidos”, y todo lo que eso representaría a la nación cubana. Para ver quien se había equivocado, mi memoria o los blogs de Miami, busqué la carta en el internet. 
Aquí está un link. http://www.jornada.unam.mx/2003/04/20/007n1mun.php?printver=1
La volví a leer. Mi memoria no falló. La carta del 2003 titulada “Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos” no respalda los fusilamientos. Respalda a Cuba. 
“Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos. 
“En los últimos días hemos visto con sorpresa y dolor que al pie de manifiestos ca-lumniosos contra Cuba se han mezclado consabidas firmas de la maquinaria de propaganda anticubana con los nombres entrañables de algunos amigos. Al propio tiempo, se han difundido declaraciones de otros, no menos entrañables para Cuba y los cubanos, que creemos nacidas de la distancia, la desinformación y los traumas de experiencias socialistas fallidas. 
“Lamentablemente, y aunque esa no era la intención de estos amigos, son textos que están siendo utilizados en la gran campaña que pretende aislarnos y preparar el terreno para una agresión militar de Estados Unidos contra Cuba. “Nuestro pequeño país está hoy más amenazado que nunca antes por la superpotencia que pretende imponer una dictadura fascista a escala planetaria. Para defenderse, Cuba se ha visto obligada a tomar medidas enérgicas que naturalmente no deseaba. No se le debe juzgar por esas medidas arrancándolas de su contexto. 
“Resulta elocuente que la única manifestación en el mundo que apoyó el reciente genocidio haya tenido lugar en Miami, bajo la consigna ‘Iraq ahora, Cuba después’, a lo que se suman amenazas explícitas de miembros de la cúpula fascista gobernante en Estados Unidos. 
“Son momentos de nuevas pruebas para la revolución cubana y para la humanidad toda, y no basta combatir las agresiones cuando son inminentes o están ya en marcha. 
“Hoy, 19 de abril de 2003, a 42 años de la derrota en Playa Girón de la invasión mercenaria, no nos estamos dirigiendo a los que han hecho del tema de Cuba un negocio o una obsesión, sino a amigos que de buena fe puedan estar confundidos y que tantas veces nos han brindado su solidaridad”. 
Firman 
Alicia Alonso, Miguel Barnet, Leo Brouwer, Octavio Cortázar, Abelardo Estorino, Roberto Fabelo, Pablo Armando Fernández, Roberto Fernández Retamar, Julio García Espinosa, Fina García Marruz, Harold Gramatges, Alfredo Guevara, Eusebio Leal, José Loyola, Carlos Martí, Nancy Morejón, Senel Paz, Amaury Pérez, Graziella Pogolotti, César Portillo de la Luz, Omara Portuondo, Raquel Revuelta, Silvio Rodríguez, Humberto Solás, Marta Valdés, Chucho Valdés y Cintio Vitier.
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MI RESPUESTA Silvio Rodríguez dijo
La Habana, 22 de septiembre, 2011, 18:00 hs. 
Querido José: 
No se puede esperar que los que me atacan reconozcan ser los mismos que incitaban a Busch contra Cuba. Y no me refiero a los papagayos sino a los que idean y pagan acciones de toda índole contra nuestro país. 
Tu conoces el dicho de que una mentira repetida mil veces acaba convirtiéndose en verdad… Ese es el método que ha usado con aquella carta una pequeña pero influyente parte de Miami, nucleada por ex-batistianos o sus parientes o sus discípulos. 
Son los mismos que en 2003 gritaban: “Ahora Irak, después Cuba”. 
Entonces lo decían con sospechosa convicción, mientras el loco Presidente, envalentonado por lo bien que le estaba quedando la invasión a Irak, anunciaba a sus generales que dieran por hecha una acción contra Cuba… 
Semejantes comentarios trascendieron a la prensa, al extremo de que un vocero de la Casa Blanca tuvo que tildarlos de bromas. 
Por eso lo de las “amenazas explícitas de la cúpula fascista que gobierna los Estados Unidos”, en la carta que tantos comentan y pocos conocen. 
La carta, vista fuera de contexto, puede parecer paternalista con los amigos lejanos a quienes estaba dirigida, que no eran niños y mucho menos inconscientes o extraviados. Convenientemente, nuestros enemigos no aclaran que es posterior a los fusilamientos. La intención es hacernos quedar a los firmantes como co-autores de aquella medida que fue francamente impopular. 
Si me hubiera pasado por la mente que aquella carta podría manipularse para hacerla ver como cómplice de los fusilamientos, jamás la hubiera firmado. Y estoy seguro de que la totalidad de los firmantes siente lo que yo. 
Pero yo sé por qué particularmente a mí no me dan tregua. Nunca les he hecho la más mínima concesión. Saben que no la haré. Aún cuando hace mucho que comprendo que entre dos partes en conflicto ninguna tiene la razón absoluta. 
Y es que no puedo traicionar los sacrificios de este pueblo, menos después de tantas verdes y maduras juntos. 
Yo creo, José, que hay muertos que alumbran los caminos. Luminosos fantasmas como Haydee Santamaría y otros, nos acompañan y nos alientan en silencio. Y entre ellos distingo la sombra de un joven que dice que la angustia es el precio de ser uno mismo.

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