miércoles, 28 de septiembre de 2011

¿TERRORISTAS?, por Alejandro Martínez Pereiras, A Degüello. Cuba

¿TERRORISTAS?
Alejandro Martínez Pereiras, A Degüello. Cuba

En el mundo de hoy habrá que revisar con mayor objetividad el uso de los términos que usamos en la definición de las acciones políticas y militares, ya conocemos ejemplos disímiles bien recientes,  tales como, llamarle rebeldes a los mercenarios de la OTAN,  que se prestaron para atacar al pueblo libio, “defensa humanitaria”, a los bombardeos criminales a Libia, “democracia” al régimen de terror y muerte que han implantado en las zonas ocupadas de Libia, “asesoría militar”, a tropas especializadas y de inteligencia, yanquis, franceses, ingleses y especialmente fuerzas del Mozart israelita,  que se mueven junto a los mercenarios del CT libio y otros términos del lenguaje que son sumamente sospechosos en este mundo del monopolio de la información de las grandes cadenas de (des)información, en ocasiones rayando en una agresión evidente a la inteligencia humana.  

Si alguna batalla ideológica que hay que realizar, es cuidar, defender e impedir que nuestro idioma sea utilizado para mentir, engañar y subvertir la razón y el conocimiento humano, situación en extremo peligrosa, por la desinformación que encierra, por la tergiversación de las realidades y por la creación en las nuevas generaciones de criterios distorsionados de las realidades, que por tanto ser escuchadas, por tanto ser utilizadas por todos los medios, incluso hasta por los juegos digitalizados infantiles, se convierten en conceptos absolutos no discutibles, ni cuestionables. 

Terroristas es un término que debe ser revisado, especialmente, por su mal uso y la confusión que han introducido,  en los últimos lustros, por los medios de (des)información universales y por instituciones de todo tipo a lo largo de todo el planeta.

Si observamos el mapa de Palestina, y sus cambios desde 1947, hasta hoy, como lo ha publicado la prensa en las últimas semanas, se podrá comprobar cómo los palestinos han ido perdiendo territorios cada año, todavía en el año 2000 quedaban algunos puntos dispersos en Gaza y Cisjordania, pero se afirma, por lo especialista, que ya en el presente 2011, aún son menos los territorios que pertenecen a ellos.

Año a año, los fascistas israelitas han ido avanzando sobre las áreas palestinas, con más y más asentamientos judíos, en una política demagógica han detenido por momentos el proceso, pero después lo han continuado con más rapidez y precisión.  Mientras tanto, han hablado de conversaciones de paz, con la parte palestina, engañando, engatusando, mintiendo a la opinión pública internacional y especialmente apoyados absolutamente por el gobierno de USA.

Todo esto unido a agresiones criminales sistemáticas a la población palestina con el pretexto de la defensa de su población agredida, o por acciones suicidas de los palestinos que han causado victimas en la población en Israel.   Una de las últimas, la operación “PLOMO FUNDIDO”,  causó la muerte de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos palestinos (1.314 muertos, al menos 673 de ellos civiles, 5.300 heridos)  que resistieron hasta con las uñas la agresión fascista israelita.  En estas agresiones continuas han caído miles de palestinos, combatiendo o simplemente aplastados por las bombas sionistas.

Qué puede quedarle, para su defensa al pueblo heroico de Palestina, qué puede hacer frente a un agresor, que los ataca con las armas mas modernas y con una bestialidad digna de las famosas SS hitlerianas, hasta dónde puede esperar ese pueblo para alcanzar su plena soberanía y libertad.

Si siguen esperando, dentro de un lustro o una décadam cuando más, no existirán los mínimos territorios palestinos, ellos, los israelitas seguirán arrasando  con sus buldózer sus viviendas y construyendo nuevos asentamientos, seguirán haciendo la vida imposible al pueblo palestino y obligarlos a seguir abandonando su país hacia el exilio obligado por la agresión y el crimen.

Qué podrá hacer un padre de familia, que observa esta situación y reconoce el peligro que corren sus hijos, esposa y padres, podrá dormir tranquilo esperando un bombardeo o una agresión directa de los tanques y buldózer israelitas.    Sólo tendrá dos opciones, irse para otro país, en defensa de su familia o luchar.

Esas dos opciones están hoy vigentes, millones de palestinos han abandonado su país y sobreviven en los países vecinos y en todo el mundo, millones de palestinos han escogido el camino de luchar, el camino patriótico de combatir por su tierra hasta las últimas consecuencias.

Pero cómo luchar, contra los tanques, la aviación, las armas incendiarias, las bombas y los fusiles supermodernos de los agresores, la Intifada es una acción verdaderamente sublime, es una acción política que desmoraliza al enemigo y promueve el apoyo internacional de las corrientes más progresistas, pero no pasa de ahí, es el combate masivo de un pueblo que esta dispuesto a todo por su victoria, es un símbolo maravilloso de dignidad y decoro.

La experiencia ha demostrado, que esas formas de lucha, son importantes, pero no lo suficientemente efectivas, la historia ha demostrado, que al ritmo que va la ocupación israelita, poco o nada de sus territorios, les quedará para el futuro.  O actúan hoy o no tendrán por qué luchar después.

Pero ante esa indefensión que les queda al padre de familia que ha decidido luchar, por supuesto habrá muchas formas de lucha, la guerra de guerrilla dentro del territorio israelita, el ataque a puestos militares, el robo de armas al enemigo, el combate dentro de las ciudades y desgraciadamente el suicidio frente a los agresores.

¿Podremos llamarle “terroristas” a esos hombres y mujeres que en acto supremo de patriotismo y de infinito amor a sus ideas, ofrendan su vida por la causa de la libertad y la soberanía?,  ¿podremos verdaderamente criticar a los jóvenes palestinos que arriesgo de su vida penetran en territorio israelita y atacan  a sus opresores?, ¿podremos ofrecerle otro método más civilizado de lucha, cuando ellos viven en un infierno de sangre provocado por la agresión de Israel y lo que ven, son los subterfugios y demagogias del mundo, de la ONU, de los yanquis, y no hay solución verdadera a sus llamados de libertad?

La Historia Universal, nos muestra también ejemplos interesantes a estudiar, podría llamársele “terroristas” a los guerrilleros españoles, que enfrentaron la invasión francesa y finalmente los vencieron con acciones combativas y suicidas en toda España.

Podría limársele “terroristas” a los mambises cubanos que combatieron  al ejercito colonialista español con ataques suicidas, con machetes, cuchillos y hasta con utensilios de cocina para aturdirlos y vencerlos.   Podría el pueblo cubano admitir la reconcentración de la población campesina en pueblos y ciudades para morir de hambre y enfermedades.  Luchar hasta con las uñas fue el único camino posible.

Podría llamársele “terroristas” a los jóvenes cadetes mexicanos que ante la agresión de los yanquis a su país, prefirieron lanzarse envueltos en la bandera de México, sobre las hordas yanquis antes de  rendirse.

Ejemplos más recientes se dieron en toda Europa, durante la ocupación nazi, en que guerrilleros y combatientes de la clandestinidad, efectuaron acciones de todo tipo, bombas, emboscadas, asaltos a instalaciones, ajusticiamientos a los criminales opresores.

Las formas de lucha las impone el agresor, la radicalidad, la fuerza, el grado de sacrificio, la violencia, el desgarramiento humano, son métodos que asumen los combatientes patriotas ante el crimen de su pueblo, jamás, jamás los llamaría terrorista, sino patriotas.

Por todo ello, ante el abuso, el crimen, y la demagogia del gobierno israelita, para mantener la terrible situación del pueblo palestino, su futuro negro y sin perspectiva, que se le brinda,  saludo el esfuerzo de los líderes de Palestina por conquistar el derecho a ser considerados universal y formalmente como un Estado miembro de las Naciones Unidas, y por ello también, saludo a los patriotas que día a día, en las calles y ciudades palestinas ofrecen su vida por la causa más hermosa, la libertad.

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