sábado, 10 de septiembre de 2011

Las Damas de Blanco y los caballeros de cualquier color

Más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo, y para afirmar esto como una sentencia de sabiduría popular milenaria, cuántas veces la vida lo habrá demostrado.
Y en este siglo, en este minuto, sigue siendo una verdad irrefutable.
Eso lo habrán podido constatar muchas veces las queridas y nunca bien ponderadas, para el gobierno de los Estados Unidos, Damas de Blanco, a las cuales se les desmonta el show mediático a cada paso.
Y no precisamente por el gobierno de Cuba que tiene pruebas más que suficientes -y las ha mostrado al mundo- del descaro y el interés que animan a estas señoras, a las que el pueblo ha rebautizado como Damas de Verde, en clara referencia al color de los billetes que con más frecuencia reciben, los dólares estadounidenses.

Mas no son estas las únicas que han sido “noticia” en los últimos días. También destacan dos “ilustres” discípulos de Pinocho (entiéndase mentirosos): el contrarrevolucionario Elizardo Sánchez y el corresponsal del diario El País, Mauricio Vicent.

El primero es el autor de una lista, divulgada recientemente, de "presos políticos" en Cuba, donde entre los nombres de las supuestas "víctimas de derechos humanos", aparecen los de astros del fútbol internacional y hasta pintores del siglo XVIII. Sin comentarios, bueno, solo los del propio Sánchez a la agencia ANSA: los “infiltró la policía secreta”.

El segundo, Mauricio Vicent, a quien el gobierno de la Isla no renovó la acreditación después de 20 años como corresponsal en Cuba, fue calificado en 2008 por el ex jefe de la Oficina de Intereses de Washington en La Habana, Michael Parmly, como “el mejor informado” de los periodistas internacionales en la Isla y una persona “bien conocida” por los diplomáticos norteamericanos. No lo decimos nosotros, léalo Usted mismo.

Lo triste es que los grandes medios de prensa, la bien catalogada “falsimedia”, ante cada show fracasado monta un nuevo circo, y así como en un círculo, figura geométrica sin principio ni fin, se van orquestando campañas en contra de Cuba, una pequeña isla, odiada por pocos, querida y admirada por muchos, respetada por todos los que conocen su historia, en especial la de los últimos 50 años.
Dan pena quienes tratan de confundir a millones, manipulando sus conciencias y hurgando en sus bolsillos de contribuyentes ejemplares para que un grupúsculo inescrupuloso viva como sanguijuelas, chupando la sangre y dándose la gran vida a costa de quienes sudan honradamente la camisa allende los mares. Muchos de ellos compatriotas que eligieron el exilio no por estar en desacuerdo con el sistema socialista -del cual añoran muchas de sus bondades- si no precisamente buscando mejoras económicas en un país extranjero que los acoge y luego los discrimina por ser inmigrantes, que por muchos privilegios que tengan los cubanos, al final van a parar al mismo saco que el resto de quienes abandonaron sus países en pos de lo mismo.
Mientras esto pasa van acrecentando el odio entre las partes, a tal punto que algunos piden al gobierno de Barack Obama que recrudezca las medidas del bloqueo contra la Isla, que se retomen las cavernícolas medidas del gobierno de Bush, que a los nuevos inmigrantes que lleguen no les permitan viajar a Cuba hasta después de cinco años, etc, etc. Con la supuesta justificación de “hacer daño a Fidel Castro y al presidente Raúl Castro”.
En realidad, de esta confrontación política que ya es un negocio para muchos, hay dos grandes perjudicados, los pueblos cubano y norteamericano. Vecinos geográficos que pudieran beneficiarse mutuamente de un cambio radical en las relaciones de ambas naciones. Mas, ¿cuál es el medio de prensa que sin temor, con la libertad y la democracia de la cual se enorgullecen, y en nombre de las cuales dicen tantas mentiras, se atrevería a sugerir esta propuesta?

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