Por M. H. Lagarde
Después que una operación de las fuerzas especiales estadounidenses ha matado al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, Posada Carriles se convierte en el terrorista más buscado del mundo.
Si Osama fue el responsable del espantoso atentado contra las torres gemelas, Posada Carriles carga sobre sus hombros el horrible crimen de volar un avión civil en pleno que le costó la vida a 73 personas, frente a las costa de Barbados.
Posada pagó y entrenó a un grupo de terroristas salvadoreños para que colocaran bombas en varios hoteles de La Habana. La cadena de atentados en 1997 provocó la muerte del turista italiano Fabio Di Celmo.
Desde hace años el gobierno Venezuela ha solicitado la extradición del asesino de Barbados, quien como Osama sirvió como verdugo al servicio de la CIA.
Pero si en el caso de Bin Laden, Estados Unidos, durante mucho tiempo, estudió al milímetro la operación que acabó con su vida, en el de Posada ha hecho otro tanto, pero para proteger al terrorista que actualmente goza de plena libertad en la ciudad de Miami.
El último surtefugio realizado por la justicia norteamericana para impedir que su ex soldado cuente todo lo que sabe -Posada voló el avión de Barbados cuando Bush padre era el jefe de la CIA-, ha sido acusarlo por engañar a las autoridades migratorias estadounidenses y, además, otorgarle el perdón.
Después que una operación de las fuerzas especiales estadounidenses ha matado al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, Posada Carriles se convierte en el terrorista más buscado del mundo.
Si Osama fue el responsable del espantoso atentado contra las torres gemelas, Posada Carriles carga sobre sus hombros el horrible crimen de volar un avión civil en pleno que le costó la vida a 73 personas, frente a las costa de Barbados.
Posada pagó y entrenó a un grupo de terroristas salvadoreños para que colocaran bombas en varios hoteles de La Habana. La cadena de atentados en 1997 provocó la muerte del turista italiano Fabio Di Celmo.
Desde hace años el gobierno Venezuela ha solicitado la extradición del asesino de Barbados, quien como Osama sirvió como verdugo al servicio de la CIA.
Pero si en el caso de Bin Laden, Estados Unidos, durante mucho tiempo, estudió al milímetro la operación que acabó con su vida, en el de Posada ha hecho otro tanto, pero para proteger al terrorista que actualmente goza de plena libertad en la ciudad de Miami.
El último surtefugio realizado por la justicia norteamericana para impedir que su ex soldado cuente todo lo que sabe -Posada voló el avión de Barbados cuando Bush padre era el jefe de la CIA-, ha sido acusarlo por engañar a las autoridades migratorias estadounidenses y, además, otorgarle el perdón.
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