El camino que va del tuit al saco del dormir no es fácil, pero ése también lo quieren reconquistar. El éxito de participación y convocatoria de las manifestaciones del domingo en varias ciudades españolas pidiendo “una democracia real” ha sido una inequívoca prueba de fuerza de las redes sociales como instrumento político, también en España.
Ahora, la constelación de colectivos que impulsa este fenómeno ha decidido convertir toda la energía acumulada en Internet en un movimiento de impacto contínuo en la calle y prolongar la movilización con una fórmula clásica: la acampada.
Cientos de personas – hasta mil en la asamblea que han celebrado a las ocho de la tarde – han pasado durante el día por la Puerta del Sol de Madrid, donde una pequeña carpa sirve como centro logístico de reuniones y actividades. “Cada cuatro horas, celebramos una asamblea”, nos cuenta uno de los que ha pasado la primera noche al raso tras la manifestación de ayer. Es Miguel, y nos cuenta en un minuto las cuatro cosas básicas que hay que saber sobre ellos.
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