jueves, 23 de febrero de 2012

La injusticia avanza a paso firme


Stéfanie Prezioso



El Gobierno de Mario Monti está cada vez más a la ofensiva. Ahora se presenta abiertamente enarbolando la bandera del liberalismo a ultranza, que no se deja frenar ni por los instrumentos clásicos de la democracia política, ni por el movimiento obrero organizado. Monti y sus “expertos”se dedican así, pretextando la emergencia económica, a destruir lo que 17 años de berlusconismo no habían logrado todavía suprimir. Y lo hacen con la desfachatez de quienes piensan que no tienen por qué rendir cuentas.

¿Acaso este Gobierno “técnico” no ha sido saludado por la gran mayoría de fuerzas políticas italianas porque constituía una garantía frente a unas reglas de juego político consideradas perniciosas después de la experiencia con Berlusconi? ¿Acaso no se le ha confiado, sin requerir la sanción de las urnas, la misión de poner orden en las cuentas del Estado, restablecer la confianza de los socios internacionales e incluso restaurar cierto sentido moral? En suma, ¿acaso no se ha pedido a la población italiana en su conjunto que le conceda plenos poderes so pena de sufrir represalias económicas para el país?

La única alternativa: ninguna alternativa…En estas circunstancias, ¿por qué asombrarse ante la última declaración, muy controvertida, del jefe del Gobierno? Entrevistado por Alessio Vinci en Canale 5 (que pertenece al grupo Mediaset, cuyo principal accionista es Silvio Berlusconi), Monti, en efecto, ha declarado: “Los jóvenes han de hacerse a la idea de que no tendrán un empleo fijo para toda la vida. Además, un empleo fijo para toda la vida, ¡menudo aburrimiento! Es mucho mejor cambiar, plantearse nuevos retos. Sin embargo, es preciso que esto tenga lugar en condiciones aceptables, lo que implica hoy proteger un poco menos a aquellos que están hiperprotegidos.”Una desafortunada “metedura de pata”, han proclamado desde todas partes, como si en definitiva la orientación política y económica de este Gobierno “técnico” no hubiera sido anunciada con suficiente claridad estos últimos meses. Es cierto que la declaración de Monti no dejaba de ser descarada en un momento en que se alcanzaba la cifra récord del 31% de paro entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad, pero es perfectamente coherente con las medidas de austeridad adoptadas desde finales de noviembre y que se aplicarán, según la ministra de Bienestar, Elsa Fornero, con o sin el consentimiento de la población.

Flexibilidad laboral/represión inflexible de los trabajadores y trabajadorasSegún recientes declaraciones de Monti, la crisis italiana y la deuda del Estado son achacables a las “larguezas sociales” de los Gobiernos anteriores. Para “remediarlo”, Monti y sus expertos han decidido, por tanto, abolir toda forma de protección social de los asalariados y suprimir de paso toda traba a la libertad de empresa, particularmente en relación con los despidos.

Las condiciones de vida de la población italiana se deterioran a marchas forzadas (4,2% de aumento de la cesta de la compra el mes pasado) y las medidas de austeridad ya afectan a miles de trabajadores, precarios, jubilados y parados.

Frente al creciente descontento, la represión parece ser la única respuesta del Gobierno. Pensemos en la tunda de golpes que esperaba a los estudiantes de Bolonia que acudieron a protestar contra la concesión del título de doctor honoris causa concedido por su Universidad al presidente de la República, Giorgio Napolitano. Pensemos asimismo en los militantes de NO-TAV (no al tren de alta velocidad entre Turín y Lyon) que fueron detenidos, el pasado 26 de enero, según declaración oficial por refriegas que ocurrieron en julio de 2011.

¿Un levantamiento popular?Sin embargo, desde hace algunas semanas, el movimiento social no deja de ampliarse en Italia contra viento y marea (represión de las manifestaciones, amenaza de penas judiciales desproporcionadas, censura de los medios, etc.). El 27 de enero pasado, los sindicatos de base llamaron a la primera huelga política contra el Gobierno Monti con la consigna de “Nosotros no pagaremos la deuda”. El 28, los militantes NO-TAV reunieron a 10.000 personas en Turín. En Sicilia, desde hace semanas los Forconi (literalmente: los que llevan la horca) protagonizan revueltas y huelgas; se trata de un movimiento de agricultores, pescadores, camioneros y conductores del transporte colectivo que protestan contra el alza de precios de la gasolina y el deterioro de las condiciones de trabajo.

La movilización prosigue asimismo en Cerdeña, donde ya se ha anunciado una huelga general para el próximo 9 de marzo. El 11 de febrero, la FIOM (sindicato metalúrgico) ha convocado una manifestación nacional en defensa de los derechos de los trabajadores. En el mismo orden de cosas, en Nápoles ha tenido lugar el “Foro de los municipios por el bien común”, que ha reunido a fuerzas políticas y sociales dispares convocadas por el alcalde napolitano De Magistris. Este Foro propugna, entre otras cosas, la defensa de medios de comunicación independientes, el reconocimiento de los derechos políticos de los inmigrantes, la promoción de la ecología, la defensa de la cultura, el combate contra la privatización de la universidad y en general de todas las modalidades del saber. Por toda la península se encienden pequeñas hogueras… Quién sabe, tal vez la revuelta popular no está lejos.

No hay comentarios.: