martes, 23 de agosto de 2011

Dos dias de paz salvaria a Somalia y al cuerno de Africa. por Generacion F

¿Cuantos seres humanos tendrán que morir en ésta hambruna, mientras el dinero se gasta en guerras sin sentido, llevando a otras poblaciones a límites insospechados de muerte y hambre?.
Los somalíes viven en el país más pobre del mundo después de Niger y Sierra Leona, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
En la actualidad, el 87% de la población es analfabeta y el 85% de los niños en edad escolar no van al colegio.
La esperanza de vida de 47 años; uno de cada 10 niños muere al nacer y el 25% de los niños que sobreviven mueren antes de cumplir 5 años. Somalia tiene una de las peores tasas de mortalidad infantil del mundo: 117.7 niños por cada 1.000.
Las causas de muerte de los niños son la desnutrición y la diarrea.
Según datos de octubre de 2007, la tasa de malnutrición estaba en el 17%, dos puntos por encima de lo que se considera como catástrofe humanitaria; el 20% de los menores de 5 años sufrían malnutrición en 10 regiones.
Ahora la situación es mucho peor.
Afganistan cuesta a EE.UU. 2.000 millones de dólares cada semana, y el crimen contra Libia puede llegar a superar a final de Septiembre los 1.100 millones. La ONU solo pide, implora, 300 millones de dólares para evitar que se extienda la hambruna en Somalia. Solo se necesitan dos dias de paz para salvar a Somalia y al cuerno de Africa.
La intervención norteamericana tuvo lugar entre 1992 y 1993, junto con diversas tropas de la ONU que permanecieron hasta 1995.
La invasión se hizo con todo lujo de medios: fue retransmitida en directo por las cadenas de televisión. Era un Hollywood hecho realidad, aunque acabó en tragedia porque la población se opuso con las armas a la intervención extranjera. Más de un centenar de cascos azules murieron en estos años. El caso más conocido se produjo en octubre de 1993, cuando 18 soldados norteamericanos muertos fueron arrastrados por las calles de Mogadiscio y las imágenes recorrieron todo el mundo. A los pocos días, los estadounidenses abandonaban el país.
Se llamaba la operación “restaurar la esperanza”, aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, y fue realizada en medio de una sequía y una hambruna generalizadas. En 1992 murieron de hambre unas 300.000 personas. Como explica Chomsky “…mientras el conflicto seguía activo el hambre era terrible, la población moría y se producían muchas muertes, los EE.UU. simplemente se mantuvieron al margen sin mostrarse dispuestos a hacer nada al respecto. Cuando la lucha disminuyó, cuando parecía que iba a producirse una buena cosecha y había considerables posibilidades de que acabara el hambre, y cuando la Cruz Roja y otras organizaciones eficaces estaban suministrando comida, en ese momento los EE.UU. entraron en el país realizando una demostración de fuerza y una enorme operación de relaciones públicas, esperando recibir al menos una enorme publicidad favorable por su intervención”.
Se habla mucho de los 18 soldados norteamericanos. Pero se habla menos de los 10.000 muertos –hombres, mujeres y niños-, muchos de ellos tirados por las calles de Mogadiscio y miles de torturados y desaparecidos a manos de los cascos azules.
La actuación de los cascos azules Somalia fue incalificable, como también hemos visto en otros muchos lugares del Tercer Mundo. En abril de 1997 se publicaron varias fotos que ilustran la actuación de los cascos azules belgas en 1993. Entre otras, presentaban estas escenas:
* un soldado meando sobre un somalí muerto, con la bota sobre el cuello del fallecido
* un somalí en el suelo, agarrado por el cabello y la ropa, con un fusil en el cuello; fue asesinado a continuación, según la prensa belga
* un soldado meando sobre una tumba somalí
* un adolescente acribillado a balazos
* dos soldados sostienen a un niño somalí sobre una hoguera; el niño se debate para no morir quemado
* un soldado obliga a un niño somalí a beber agua con sal después de que le ha obligado a comerse sus propios vómitos
* obligan a un muchacho musulmán a comer carne de cerdo (prohibida por su religión) mezclada con agua salada, le atan a un tanque y lo ponen en marcha
* muere un muchacho encerrado en un contenedor metálico bajo el sol
* varios soldados celebran el cumpleaños de uno de ellos violando a una muchacha
Las tropas italianas tampoco se quedaron a la zaga. Una serie de fotos también ilustra acciones como éstas:
* fotografías con torturas, violaciones y asesinatos de civiles
* una violación. "La mujer lloraba, se revolvía y gritaba, pero estábamos en grupo, excitados, y queríamos divertirnos", declaró uno de los violadores 
* un soldados con cables en las manos, con los que va a picanear en los testículos a un somalí* lanzamiento de granadas sobre vehículos donde iban sólo civiles; “tiraban al blanco para divertirse”, declararon los soldados
* asesinato de un viejo a patadas
* una mujer atada a la que se le introduce una bomba cubierta de mermelada por la vagina, “para divertirnos”
* al menos 10 prisioneros somalíes murieron a causa de las torturas, según consta en el diario de un soldado italiano
También se conocen atrocidades de los cascos azules del Canadá.
Luchas entre los jefes de los clanes 1996-2006
A partir de diciembre de 2001 (hay que recordar que ya se ha producido el 11-S), se producen los primeros vuelos de espionaje norteamericanos y el posicionamiento de su flota frente a las costas somalíes. Estados Unidos dice que el gobierno de Somalia está infiltrado de agentes de al Qaeda y así se hace imposible la reconstrucción del país. El gobierno solamí sólo llega a controlar algunos barrios de Mogadiscio y algunas zonas en los alrededores de la capital.
Se sabe que grupos militares británicos ya están en suelo somalí. En 2002 se unen 6 buques de la flota alemana a las labores de control frente a las costas de Somalia. No sólo es el pretexto del terrorismo internacional sino, sobretodo, el proteger el expolio de los bancos de pesca que están haciendo las flotas pesqueras occidentales, a lo que se oponen los pescadores somalíes calificados de “piratas” por los medios de comunicación.
El año 2005 es el año del tsunami, que en Somalia produce 300 muertos, otros tantos desaparecidos y 5.000 desplazados. El tsunami pone al descubierto una realidad trágica. Somalia es un basurero de residuos tóxicos y nucleares de las grandes potencias occidentales.
En junio de 2006, tras fuertes combates con varios centenares de muertos, los islamistas de la Unión de Tribunales Islámicos se hacen dueños de la capital, con Sharif Sheikh Ahmed a la cabeza. Los Tribunales Islámicos tienen como base social a clérigos islámicos, juristas, trabajadores, fuerzas de seguridad y comerciantes.
Mogadiscio era un nido de tráfico de armas y drogas a cargo de los jefes de los clanes; todos ellos luchaban - financiados por los Estados Unidos con 150.000 dólares al mes- contra los islamistas. Con este dinero, podían comprar armas en Emiratos Árabes Unidos, Etiopía y Yemen.
En pocas semanas, los islamistas toman las principales ciudades del país. Inmediatamente, unos 300 soldados etíopes cruzan la frontera para impedir el avance de los Tribunales Islámicos. A continuación, en julio de 2006, son 8.000 los soldados etíopes que llegan a Baidoa, sede del gobierno de transición, a 245 km al NO de Mogadiscio. Poco después, los soldados etíopes en Somalia llegarán a los 15.000 efectivos.
Se forma un nuevo gobierno en Baidoa, con un exmarine norteamericano como ministro del Interior. En diciembre de 2006, la ofensiva de las tropas etíopes derrota a los islamistas, que han de abandonar Mogadiscio. La Cruz Roja denuncia que hay miles de desplazados, a causa de los combates.
“Washington aseguró que una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reconociera el diminuto enclave del señor de la guerra de Baidoa como gobierno legítimo. Esto se llevó a cabo a pesar del hecho de que toda la existencia del TFG [gobierno de transición] dependía de un contingente de varios cientos de mercenarios etíopes financiados por los Estados Unidos. Como las tropas del ICU [islamistas] se desplazaron hacia el oeste para desalojar a Yusuf de su puesto fronterizo –que comprendía menos del 5% del país-, los Estados Unidos aumentaron su financiación al régimen dictatorial de Meles Zenawi en Etiopía para que invadiera Somalia.”
“La mayor parte de periodistas, expertos y observadores independientes reconocen que sin la presencia de un apoyo ‘exterior’, principalmente la presencia de al menos 10.000 mercenarios africanos (‘mantenedores de la paz’) financiados por Estados Unidos y la UE, el régimen de Yusuf se hubiera hundido en cuestión de días, cuando no de horas. Washington cuenta con una coalición informal de clientes africanos –una especie de ‘Asociación de Hombres de Paja Subsaharianos’ (ASS, en sus siglas en ingles)- para reprimir el descontento masivo de la población somalí e impedir el retorno de los Tribunales Islámicos populares. Las Naciones Unidas declararon que no enviarían un ejército de ocupación hasta que los contingentes militares de la ‘ASS’ de la Organización para la Unidad Africana hubieran ‘pacificado’ el país.”
2006-2011, el caos total
Pero la derrota de los islamistas no acalla la protesta popular contra los invasores etíopes. En enero de 2007 se producen fuertes movilizaciones en la capital contra la presencia de esas tropas. Pronto se reanudan los combates armados entre islamistas y etíopes; en marzo mueren más de 1.000 personas en Mogadiscio y 1.400.000 (la mitad de la población) han abandonado la ciudad. En abril mueren en Mogadiscio unas 300 personas en los combates; muchos cadáveres se pudren por las calles.
Por su parte, los Estados Unidos inician una serie de bombardeos, sobretodo en el sur del país, con el pretexto de matar a los terroristas de al Qaeda. En el mes de enero de 2007 y durante 5 días seguidos, los Estados Unidos lanzan sus bombas en la zona produciendo un centenar de muertos civiles.
En dieciséis años de gobierno anárquico de los señores de la guerra, la denominada “Comunidad Internacional” no mostró nunca interés alguno por intervenir en Somalia. Sin embargo, precisamente una vez que los tribunales islámicos lograron imponer orden y estabilidad, vieron cómo el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en noviembre del año pasado y bajo instigación estadounidense, votaba la resolución 1752, que abría la puerta a la intervención etíope que les llevaba de nuevo el terror y la anarquía de los que acababan de liberarse.
En marzo de 2007 llegan a Mogadiscio tropas ugandesas, unos 1.500 soldados (aunque la Unión Africana tiene previsto enviar 8.000 efectivos), con la intención de reemplazar a las tropas etíopes, a las que la población somalí odia profundamente. Los motivos de este odio los explica un funcionario de la Unión Europea, que declaraba al jefe de la delegación europea para Somalia que “fuerzas militares etíopes y somalíes en ese país pueden haber cometido crímenes de guerra y que los países donantes podrían ser considerados cómplices si no hacen nada por detenerlas. Tengo informarle que existen motivos concretos para creer que el gobierno etíope y el gobierno federal transitorio de Somalia y el comandante de la Fuerza (de mantenimiento de la paz) de la Unión Africana, posiblemente también incluyendo al Jefe de Misión de la Unión Africana y otros funcionarios de la Unión Africana han, mediante comisión u omisión, violado el Estatuto de Roma del Tribunal Penal Internacional,"
Un informe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU señala unos meses más tarde que "el TFG y las fuerzas etíopes han llevado a cabo rastreos casa por casa y detenciones arbitrarias. Nos han llegado informes de civiles rodeados y ejecutados, incluidos casos de hombres a los que se les ha degollado como castigo colectivo", subraya. "Estos actos barbáricos son una grave violación del Derecho Internacional Humanitario".
El año 2008 conoce importantes avances islamistas, con la toma de algunas ciudades importantes. Los Estados Unidos siguen con sus bombardeos sobre población civil: un periodista de AP recoge este testimonio de un niño de 13 años: "El ataque estadounidense mató a mi hermano, mi hermana y mi abuela. Somos refugiados y huimos de Mogadiscio. ¿Desde cuándo nos convertimos en terroristas?". Se producen varias manifestaciones contra los bombardeos a los gritos de "Abajo el gobierno de Bush" y "Abajo sus marionetas".

A finales de 2008 la situación se hace insostenible. Un informe de Human Rights Watch dice que “Dos años de guerra sin restricciones y de violentos abusos de los derechos humanos han contribuido a generar una crisis humanitaria que empeora cada día y que no recibe las respuestas adecuadas. Desde enero de 2007, al menos 870.000 civiles han escapado del caos tan sólo de Mogadiscio, las dos terceras partes de la población de la ciudad… Las necesidades humanitarias de Somalia son enormes. Las organizaciones humanitarias estiman que más de 3,25 millones de somalíes –alrededor del 40% de la población del centro y del sur de Somalia- se encontraban ya en situación de desesperada necesidad a finales de 2008… Las milicias, que campan por sus respetos, han robado, asesinado y violado a las personas desplazadas en las carreteras del sur que van hacia Kenia. Cientos de somalíes se han ahogado este año en intentos desesperados de cruzar en bote el Golfo de Aden para llegar a Yemen.”
En enero de 2009 se retiran las fuerzas etíopes, y son reemplazados por soldados de Uganda y Burundi. Estados Unidos sigue armando al gobierno somalí: desde la toma del poder por Obama, se han recibido 80 millones de toneladas en armas, pese a que los prohíben los acuerdos internacionales.
En mayo los islamistas controlan el 60% de Mogadiscio. El gobierno sólo controla una mínima parte de la capital, y ello gracias a las fuerzas extranjeras. A mediados de 2011, en medio de la mayor crisis humaitaria, los Estados Unidos reanudan los bombardeos con aviones no tripulados. En la actualidad, se ha superado el millón de muertos a consecuencia de los enfrentamientos armados desde 1990.
Las crisis humanitarias
Desde los años 80 –y especialmente desde los años 90 del siglo pasado- el sufrimiento de la población somalí no cesa. La hambruna es ya un mal crónico. Somalia vive una tragedia que dura ya dos décadas como mínimo.

En noviembre de 1998, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el país tenía 700.000 personas afectados de hambruna; ha habido 3 malas cosechas consecutivas y fuertes inundaciones en el sur por el desbordamiento de dos ríos. El país no cuenta ni con un gobierno ni con una infraestructura capaz de responder a las catástrofes naturales. Las consecuencias de estas inundaciones fueron una epidemia de malaria y diarreas hemorrágicas, con unos 1.500 muertos.
En enero de 2000, otra vez debido a inundaciones en el sur el precio del sorgo, que es la base de la alimentación de la zona, se ha disparado. Miles de personas marchan hacia el norte buscando alimento.
Al año siguiente, según la ONU, 300.000 personas en el sur del país están en riesgo de hambruna debido a la sequía y a la quiebra económica del país. La ayuda internacional tiene muchas dificultades en llegar debido a los grupos tribales armados; ha habido secuestros y asesinatos del personal de las organizaciones internacionales que llevaban la ayuda humanitaria, además de que muchas ONG han abandona do el país tras el 11S porque Somalia “es un refugio de terroristas”, según los Estados Unidos.
En septiembre de 2004, según la ONU, se llega al millón de personas en hambruna a causa de la sequía. Las necesidades financieras para dar de comer a los que nada tienen se calculan en 119 millones de dólares, pero tan sólo la ONU dispone de 35 millones. La zona más afectada es el norte y noroeste (Somaliland y Puntland); han muerto el 80% de los camellos.
En febrero de 2005, otras 500.000 personas en el sur no tienen reservas de alimentos debido a la sequía. La gente dispone del equivalente de 3 vasos diarios por persona (un 20% de la cantidad mínima recomendada por la ONU), y la temperatura supera los 40 grados. Los niños han de beber su orina. Muchos caminan hasta 70 km buscando pozos subterráneos. La muerte de los ganados está en la base de la tragedia, pues priva de alimentos y leche a los somalíes. La mayoría de la población vive de la ganadería.
2006 fue un año de recuperación. Pero desde Occidente no podían consentirlo y echaron mano del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA). “El PMA empezó a distribuir toda la ayuda de grano de años para Somalia justo en el momento en el que los campesinos somalíes llevaban sus cosechas de grano al mercado. Con miles de toneladas de grano gratis disponible, a los campesinos somalíes les resultó casi imposible vender sus cosechas y tuvieron que enfrentarse al desastre. (…) Después, en 2007, justo cuando la cosecha de grano somalí empezaba a llegar a los mercados locales, el PMA de nuevo distribuyó toda su ayuda de grano de años, solo que esta vez allí estaba el ejército etíope para protegerle. Con una sequía de cuatro años que volvía a afectar a la mayor parte de Somalia, se podría decir que el PMA ayudó a dar el tiro de gracia a la agricultura somalí.”

En mayo de 2008, según la FAO, 2.6 millones de personas necesitan ayuda, es el 35% de la población; la cifra es un 40% superior a la de enero pasado. El precio de los cereales es tres veces superior al de los últimos 5 años; importaciones de trigo y maíz se han incrementado un 375% en el último año, cerca del 60% del consumo de cereales lo tienen que importar normalmente; la moneda se ha depreciado un 125% en los últimos 4 meses, lo que encarece las importaciones. La FAO necesita 18.500.000 dólares; sólo ha recogido 3.789.000 dólares.
En 2009 hay 200.000 niños desnutridos, de los que 60.000 están en peligro de muerte. En marzo de 2010, el 40% de la población depende ya de la ayuda humanitaria, pero se sabe que la mitad de la ayuda alimentaria de la ONU no llega a su destino debido sobretodo al boicot de los Estados Unidos y a las tramas de corrupción formados por grupos locales o funcionarios de la ONU. Por ejemplo, es muy sospechoso que el 80% de los contratos de transporte de la ONU se hagan con 3 contratistas somalíes únicamente. La ONU confiesa que sólo podrá alimentar a 2.5 millones de personas, lo que no llega a cubrir ni la mitad de las necesidades.
Como vemos, los Estados Unidos son los grandes culpables del fracaso de la ayuda humanitaria. Los norteamericanos imponen condiciones ridículas (por ejemplo, no pagar tasas en el trayecto) que imposibilitan el reparto de la ayuda y hacen de los alimentos un arma de guerra para condenar al hambre a las zonas –que son la mayoría del país- que apoyan a los combatientes islamistas del Shahab, el brazo armado de los Tribunales Islámicos. En febrero de 2010, el New York Times publicó un titular: “Funcionarios de la ONU atacan a EE.UU. por retener la ayuda para Somalia” . En 2009 la ayuda financiera de los Estados Unidos fue la mitad de la de 2008. “Cuando el representante de las Naciones Unidas Mark Bowden se quejó a los funcionarios en Washington de que estaban reteniendo los alimentos que debían llegar a Somalia, se le dijo: Eso va más allá de nuestras posibilidades. Lo que significa que las órdenes llegan desde mucho más arriba, probablemente de la Embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, la acólita más destacada del gobierno estadounidense de la “intervención militar humanitaria”, una doctrina que Rice ha distorsionado hasta la obscenidad máxima en el Cuerno de África.”
En 2011 se produce un éxodo de la población hacia los campamentos de refugiados en Kenia y Etiopía. Familias enteras, con niños inclusive, llegan a estos campamentos tras 20 días de caminata. Muchos niños han muerto en las cunetas.
El campamento de Médicos Sin Fronteras en Dadaab, Kenia, recibe cada día 1.400 personas. Es el campamento más grande del mundo, pero está desbordado, pues tiene una capacidad para 90.000 personas y alberga a unas 400.000; la malnutrición y la mortalidad infantil son muy altas en los campos; el 40% de los niños del campo padece malnutrición. Se dan 3 litros de agua por persona y día, cuando el mínimo es de 20 litros; hay un mercado negro de agua. Sólo hay tiendas de campaña para el 20% de los refugiados. Otros campamentos en Kenia y Etiopía están igualmente desbordados. Según la ONU, 3 millones de somalíes viven desplazados.

Más de cien mil personas han llegado a Mogadiscio buscando algo que comer. A los problemas alimenticios hay que añadir que la capital es escenario de enfrentamientos armados: “la situación aquí es aún más crítica porque ya no sólo tienen que luchar por la sequía y el hambre sino también por la inseguridad (…) En los barrios que hemos visitado no solamente había casas deshechas, calles destrozadas, sino que todavía hay enfrentamientos y todavía hay bombas" 
Se dice ya que es la peor sequía en 60 años y afecta a todo el Cuerno de Africa. El 70% del ganado ha muerto. Con suerte, se recogerán la mitad de las cosechas; ello es tremendamente grave, si tenemos en cuenta que sólo el 2% del suelo somalí es cultivable. Se teme que la sequía deje a un millón de niños desnutridos en toda la región. Y el precio de los alimentos no se detiene: el precio de la leche se ha triplicado en unos meses; el precio del sorgo se ha elevado en un 240% en un año; Según fuentes de la ONU, el precio de los cereales ha subido en un año entre un 110 y un 375%.
El 10% de los niños está en riesgo de morir por inanición; hay zonas con un 11% de niños con desnutrición severa. Según la ONU, unos 29.000 niños han muerto de hambre en los últimos tres meses. Una mujer somalí, Joice Karambu, madre de una niña llamada Elisabeth declara a la prensa: “En nuestro pueblo ya no hay nada de qué comer. Nada de lluvia, nada de cosechas: ya no tenemos suficiente comida. Intento vender un poco de leña que recojo pero no es suficiente. Hace algunas semanas, Elisabeth empezó a perder mucho peso. Mírela: tiene dos años y pesa seis kilos: ¡es el peso de un niño de seis meses!” . En la zona sur la desnutrición aguda afecta al 50% de los niños; según Unicef unos 780.000 niños podrían morir de hambre.
Somalia necesita 1.060 millones de dólares, pero sólo han llegado o se cree que llegarán unos 429 millones. El colmo del cinismo es que Estados Unidos se ha comprometido en 45 millones de dólares para armas a los ugandeses y burundíes que mantienen al gobierno títere de Mogadiscio; y el como de los colmos es que, si miramos a un mapa de Africa, mientras en Somalia mueren de hambre, un poco más arriba y a la izquierda los Estados Unidos y la OTAN están derrochando millones de dólares cada día en masacrar al pueblo libio.

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