La muerte del esponsable del atentado del WTC, se ha producido en una mansión a las afueras de Islamabad (Pakistán), donde se encontraba con varios miembros de su familia. La operación fue aprobada por Obama la semana pasada y la llevó a cabo un pequeño comando de operaciones especiales.
Obama ha recordado a las víctimas del atentado del World Trade Center y a sus familias. “Se ha hecho justicia”, ha señalado, y añadió que pidió personalmente a Leon Panetta, director de la CIA, que fuera una prioridad de la agencia el “asesinato o captura de Bin Laden”.
El cadaver del terrorista está en poder del Ejército de EEUU. Habría muerto por un disparo de un francotirador que impactó en la cabeza.
La muerte de bin Laden llega apenas unos meses antes del décimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre al Centro Mundial de Comercio y al Pentágono en los que murieron más de 3.000 personas.
Las fuerzas armadas de Estados Unidos han estado detrás del líder islamista durante años, un esfuerzo que se redobló tras los atentados contra el World Trade Center en Nueva York y el Pentágono que dejaron 3.000 muertos.
Pero Bin Laden siempre se las arregló para evadir a las fuerzas estadounidenses en su masiva caza del hombre, y en general se estima que se escondía en las zonas fronterizas entre Pakistán y Afganistán.
Miembros del servicio de inteligencia de Paquistan dicen que no hay certeza de quién disparó a Osama en el operativo que tuvo lugar por la mañana. Desde el viernes se dio luz verde al operativo.
Se estima que hay unas 25.000 personas a las puertas de la Casa Blanca celebrando la muerte de este hombre, mientras en las embajadas e instalaciones de EEUU se mantienen en alerta tras el anuncio de la muerte de Bin Laden.
Una hora antes del anuncio del Presidente, un tweet de Keith Urbahn, el jefe de gabinete del ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld pareció confirmar el contenido del anuncio.
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