Por su parte, la Fundación Annie E. Casey aseguró que la pobreza infantil creció un 18 por ciento en este país entre los años 2000 y 2009, particularmente en los estados del sur, las minorías y Puerto Rico.
En el caso de la comunidad de origen hispano o latino, el porcentaje de niños bajo el umbral de la pobreza llegó al 31 por ciento, sólo sobrepasado por la comunidad negra, en donde llegó al 36 por ciento.
Con vistas al desembolso de ayudas sociales, el Gobierno federal establece el umbral de pobreza en unos ingresos anuales de 22 mil 350 dólares para una familia de cuatro personas.
Sin embargo, expertos estiman que estos grupos necesitan el doble de esa cantidad para cubrir sus necesidades básicas.
Se calcula que como consecuencia de la recesión económica en 2009, el número de niños en hogares de bajos ingresos se elevó en un siete por ciento.
En 2010 cerca de ocho millones de infantes tuvo al menos uno de sus padres desempleados, mientras que el cuatro por ciento sufrió el golpe de las ejecuciones hipotecarias desde 2007, consignó el Libro Datos Kids Count.
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