Fascismo en Miami
Por Lázaro Fariñas*
Ozzie Guillén, el manager del equipo de baseball de las
grandes ligas, los Miami Marlíns, hasta hace unos días creía que era un hombre
libre que, viviendo en una sociedad democrática, podía expresar lo que le diera
la gana sin tener ningún tipo de consecuencias. Pobre hombre. ¡Qué equivocado
estaba al creer semejante bobería! El
venezolano Guillén pensó que, como en otras ocasiones públicamente había dicho
cosas irreverentes refiriéndose a otros temas, también podía afirmar libremente
su respeto por el líder indiscutible del pueblo cubano, el Comandante Fidel
Castro, y no pagar ninguna consecuencia.
Empezando con las palabras "I love Fidel
Castro", en la última edición de la revista Time salió publicado un
artículo escrito por el periodista Sean Gregory, quien transcribe textualmente
la frase que le dijera Ozzie Guillén. No creo que hayan pasado más de dos hora
de haber salido la revista a la calle, cuando los fascistas de la extrema
derecha de Miami comenzaron la campaña de difamación contra Guillén. Los programas de radio que dirigen estos
personajes locales empezaron a destilar veneno contra el hombre que se había
atrevido a decir que amaba a un líder político que es amado y respetado por
millones de cubanos y por centenares de millones de personas alrededor del
mundo. El veneno de la radio saltó a los políticos locales, quienes exigían a
los dueños del equipo beisbolero que votara a su manager. Mientras la administración del equipo sacó
públicamente una declaración en la que se alejaba de lo declarado por Guillen y
aunque hasta la fecha no lo han despedido, sí lo han suspendido por 5 juegos.
Lo más probable es que, a pesar de las constantes declaraciones de Guillén en
las que les pide perdón a la morralla miamenses, este no pueda evitar que los
Marlíns lo dejen en la calle y sin llavín.
Esta jauría es insaciable y de nada le vale a Guillén, ni a nadie,
humillarse ante ella para conseguir un perdón, porque estos elementos de la
extrema derecha de Miami está compuesto por personas enfermas de rabia y de
odio. Por esa humillación de tener que pedir perdón, ya han pasado muchos
antes. Guillén es el último, no el primero, ni el único. Sería interminable la lista de las personas a
las que aquí les han caído encima. No hay que olvidar que Nelson Mandela fue
declarado persona non grata por el gobierno condal por ser amigo de Cuba y su
líder; que los Papas han sido, en diferentes ocasiones, acusados de comunistas;
aquí, hasta a los presidentes Kennedy, Carter, Clinton y ahora Obama los han
acusado de colaboradores del gobierno cubano. También tuvo su momento en este
carnaval fascista el cantante venezolano, Oscar de León, quien tuvo que venir a
la radio de Miami a pedir perdón, llorando, después que le cayeron como buitres
por haber participado en un festival de música en Varadero. Por ese camino
también han pasado, entre muchos otros, el dúo Los Españolísimos, Julio
Iglesias, la brasilera Denise de Kalafe, los puertorriqueños Danny Rivera y
Andy Montañez, la cubana Ana Margarita Martínez Casado y hasta el mismísimo
Willie Chirino, quien tuvo que llorar en un programa de radio después que le
regaló un instrumento musical a un músico cubano en Panamá. Es verdad que esta
gente que ha llorado no tienen columna vertebral y se han irrespetado a sí
mismos al tener que decir que donde dijeron Diego dijeron digo, pero los
insultos son muchos y las amenazas económicas y hasta de la propia vida, son
más.
La verdad que hay
que preguntarse es ¿cómo es posible que en una ciudad norteamericana, donde
rige una constitución que contiene una enmienda que le da el derecho a los
ciudadanos de expresar libremente su pensamiento, alguien sea humillado y
amenazado de perder su trabajo o su vida, precisamente por expresar lo que
piensa?
Esto solo pasa porque en esta ciudad existe un enclave
fascistoide que domina los medios de comunicación, que tiene poder económico y
además, exagerado poder político. Ese
enclave es el mismo que se pasa la vida gritando a los cuatro vientos que en
Cuba no hay democracia, mientras ellos aquí amenazan y humillan a todo aquel
que se atreva a decir algo diferente a lo que ellos quieren que se permita
decir.
La presión para que boten al manager de los Marlíns no va
a parar hasta que logren su objetivo.
Ojalá que no lo logren, aunque mucho lo dudo. Suceda lo que suceda con Ozzie Guillén, y
aunque humanamente me da pena con él, me alegro que esto haya sucedido y que
haya sido reportado por todos los grandes medios de comunicación de los Estados
Unidos para que se vuelva a enterar el resto de los habitantes de este gran
país de la clase de morralla fascista que controla económica, política y
socialmente una de las más importantes ciudades de esta nación.
El método de propaganda del ImperioNo existe duda ninguna sobre la escalada de agresión imperial en América Latina durante los últimos años. Desde el golpe de Estado contra Venezuela en 2002, el secuestro del presidente Aristide de Haití en 2004, las intervenciones en los distintos procesos electorales en la región, la reactivación de la cuarta flota de la armada estadounidense en 2008, los intentos de generar un conflicto regional entre Colombia, Venezuela y Ecuador, el separatismo en Bolivia, y hasta el golpe de Estado contra Honduras en 2009 y el alarmante aumento en presencia militar de Estados Unidos en la región – todo evidencia que el imperio está a la ofensiva de nuevo en América Latina. Pero más allá de la manifestación visible de esta agresión, que busca neutralizar los procesos de cambio revolucionario en la región, existen pruebas contundentes –innegables- de que hoy en día, Washington está apuntando hacia el Sur con su gran poder militar, diplomático, económico y comunicacional.
1 comentario:
Pero y la libertad de expresion en el pais de la democracia que tanto festejan y celebran esos mismos que ahora quieren taparle la boca al que tenga una opinion diferente, silenciarlo, castigarlo, humillarlo y si pudieran desaparecerlo?? Donde esta la tolerancia y el respeto al que piensa diferente???.....
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