América Latina: La CIA el arma clandestina del imperio del terrorPor CISPAL
Terminada
la II Guerra Mundial, Estados Unidos de Norte América se convirtió en
potencia mundial y centro hegemónico del capitalismo, factores clave en
el proceso de consolidación imperial junto a la más formidable
maquinaria de actividades clandestinas y guerras secretas, bajo
responsabilidad de la denominada comunidad de inteligencia.
Son 67 años
de política guerrerista, de injerencias cínicas fundamentadas en
anacrónicas doctrinas de dominación, de agresiones sistemáticas a todos
los pueblos del mundo y de público escarnio de libertades, derechos
humanos y democracia que dice defender, para cometer crímenes de lesa
humanidad con el desate de guerras imperialistas, invasiones con uso de
armas de última generación, imposición de dictaduras fascistas y
respaldo a gobiernos títeres con el uso, además del poder bélico, de la
más sofisticada comunidad de inteligencia que actúa desde la
clandestinidad sin la más mínima moral o ética, para cumplir órdenes de
la casa Blanca y de la “clase superior anglosajona” que se cree
predestinada para cumplir el famoso “destino manifiesto”: dominar al
mundo.
Estados
Unidos es el imperio del terror porque terror esparce por todo el globo
terráqueo. Prácticamente no hay pueblo de la tierra que no haya sido
agredido por el poder imperial estadounidense. Hiroshima y Nagasaki
sufrieron el terror de la bomba atómica cuando Japón estaba derrotado.
Inmediatamente desató la guerra de Corea y luego vendrían Vietnam,
Kampuchea y Laos en el sudeste asiático. En Medio Oriente dotó de armas
nucleares a Israel, invadió Afganistán e Irak y desató la cruenta guerra
entre Irán e Irak. Sadam Hussein que fue asesinado luego de la invasión
a Irak hace nueve años, contó con el apoyo de Estados Unidos y Osama
Bin Laden, líder de Al Qaeda fue agente de la CIA.
En
África apoyó el apartheid de Sudáfrica, a los mercenarios de Angola,
invadió Somalia, sometió a Sudán y estuvo y está tras de las guerras
tribales. La llamada “Primavera Árabe” contó con el apoyo de mercenarios
organizados entrenados y financiados por la CIA. El caso más patético
de injerencia imperial se dio en Libia a la que bombardeó con la OTAN
que es el brazo armado del imperio. Los bombardeos que destruyeron
ciudades y mataron a centenares de víctimas inocentes terminaron con el
monstruoso asesinato de Gadafi. Estados Unidos y sus socios de la Unión
Europea se apoderaron del petróleo de Libia. Bien se puede afirmar que
todos los países de América Latina y el Caribe, en algún momento de su
historia, han sido agredidos, invadidos, masacrados por las fuerzas
armadas y la CIA de Estados Unidos que jamás ha admitido ni permitido
que su patio trasero y lago particular sean verdaderamente libres,
soberanos e independientes. En América Latina y el Caribe, la CIA ha
sido y es el arma clandestina del imperio. El “patio trasero y “el lago
particular” han sido invadidos, agredidos e intervenidos militarmente y
con la CIA de por medio en más de 200 ocasiones.
Los
gobiernos civiles, militares, dictatoriales y fascistas que ha
soportado el subcontinente, los considerados amigos de la Casa Blanca
han tenido el apoyo y asesoramiento de expertos norteamericanos de la
comunidad de inteligencia y, en particular de la CIA, en la
organización, entrenamiento, planificación y ejecución de sistemas y
aparatos de represión de extraordinaria eficacia en torturas,
detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales, desaparición
forzada de personas, tratos crueles y denigrantes con total degradación
de la dignidad humana.
Para
la comunidad de inteligencia de Estados Unidos y, en especial para la
CIA, no son desconocidos los magnicidios, asesinatos selectivos, actos
terroristas, sabotajes, chantajes, provocaciones, destrucción y muerte.
Con la generosa ayuda estadounidense se han violado todos los derechos
humanos, se han suprimido libertades y se han acabado con las
incipientes democracias intentadas en esta parte del mundo. Estados
Unidos con la CIA, DEA y todos sus servicios secretos de la comunidad de
inteligencia han desatado los caballos del apocalipsis que asolaron y
asuelan a América Latina y el Caribe: genocidios, magnicidios, crímenes
de Estado, crímenes de lesa humanidad, violación de soberanías
nacionales, experimentos biomédicos en seres vivos, atracos de recursos
naturales, humanos y hasta el multimillonario negocio del narcotráfico
que deja incuantificables ganancias a sus banqueros y financistas.
Desde
su fundación en 1947 por el gobierno de Truman, la CIA ha sido y es la
agencia todopoderosa y tétrica del espionaje y contraespionaje del
gobierno de los Estados Unidos. La Agencia Central de Inteligencia,
(CIA, por sus siglas en inglés) es una de las mayores comunidades de
inteligencia de Estados Unidos y del mundo. Ha sido y es el arma
clandestina del imperio parta deshacerse de sus potenciales enemigos, de
gobiernos considerados peligrosos para los intereses yanquis, de
presidentes molestos para el imperio, de líderes populares considerados
subversivos. No hay acción criminal en contra de gobiernos legítimamente
constituidos y de pueblos libres y soberanos en los que no haya
participado la CIA.
Sin
embargo, esa extraordinaria y sofisticada arma clandestina del impero
ha cometido graves errores y equivocaciones que le han conducido a
Estados Unidos a guerras e invasiones de las que, a pesar de todo su
poder bélico, ha salido derrotado y allí están Vietnam, Somalia, Cuba,
Irak, Afganistán. Y está su fracaso ante los hechos del 11S-2001 a no
ser que, como sostienen algunos analistas, haya participado en el
derrumbe de las Torres Gemelas, y están las imperdonables mentiras de la
comunidad de inteligencia con la CIA por delante, de afirmar la
existencia de armas de destrucción masiva en Irak, que sirvió de
pretexto para el desate de la invasión estadounidense que al pueblo
iraquí le ha costado más de un millón de víctimas.
La
“Compañía” como suelen llamar a la CIA sus agentes y servidores nació
el 26 de julio de 1947 cuando Harry S. Truman , presidente de los EEUU,
firmó el Acta de Seguridad Nacional. La Agencia Central de Inteligencia o
Central Intelligence Agency (CIA), es heredera de la Oficina de
Servicios Estratégicos. OSS (Office of Strategic Services), que actuó
durante la II Guerra Mundial.
La
CIA contó con más de 16 mil empleados. Su sede está ubicada en un
complejo de 104 hectáreas cerca del río Potomac en Langley, Virginia. El
objetivo primario fue acopiar y analizar información referente a los
enemigos exteriores de Estados Unidos y de esa manera permitir al
presidente, el Pentágono y el Congreso, decidir acciones consecuentes.
Legalmente
la actividad de inteligencia de la CIA debe ser “oportuna, objetiva,
independiente de consideraciones políticas y basada en las fuentes de la
comunidad de inteligencia”, pero en la práctica la CIA rebasó su marco
legal con la anuencia del presidente estadounidense y se especializó en
la ejecución de operaciones clandestinas tendientes a modificar las
políticas internas de otros países, en función de los intereses y la
seguridad de Estados Unidos. De allí que la CIA ha estado involucrada en
operaciones encubiertas para desestabilizar gobiernos y asesinar
dirigentes en países que han pretendido llevar a cabo transformaciones a
favor de sus pueblos y en contra de los intereses norteamericanos. “La
CIA se encuentra involucrada en las más turbias políticas, acciones y
maniobras contra dirigentes, organizaciones e instituciones que
interfieran en los intereses del imperio, violando toda norma ética,
jurídica, diplomática que rigen las relaciones políticas y económicas
internacionales. A su vez, una larga historia de corrupción, actuaciones
ilegales, denuncias y descrédito están asociadas a este servicio de
inteligencia y a sus principales jefes.”
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