Samir Amin (Egipto, 1931), profesor de ciencias económicas, coordinador del Foro del Tercer Mundo, organización internacional e independiente de intelectuales críticos de Asia, de África y de América Latina radicada en Dakar (Senegal) y presidente del Foro Mundial de las alternativas, red de redes de debate sobre las alternativas a la globalización neoliberal actual, es autor de diversos libros en francés, árabe y castellano. Entrevista realizada en el marco del Foro Mundial de la Reforma Agraria (FMRA) celebrado en Valencia
¿Cómo afecta la guerra comercial entre Estados Unidos y Europa en esta guerra de exterminio de los pueblos?
Por una parte hay dos guerras comerciales, la pequeña
guerra comercial entre Europa y los Estados Unidos y otra guerra
comercial común de Europa y de Estados Unidos contra el Sur, o contra
muchas regiones del Sur. Hay también ciertas guerras comerciales de
algunos grandes países exportadores de productos agrícolas del Sur. Hay
muchas guerras comerciales pero son secundarias al problema principal
que es el imperialismo colectivo de los Estados Unidos, de Europa y de
Japón. Este imperialismo colectivo lo vemos funcionar en las relaciones
Norte-Sur, como se ha visto en las para-negociaciones de la OMC. La
peles entre los norteamericanos y los europeos por las subvenciones es
secundaria. Digo esto ya que desafortunadamente, a veces, no solamente
los gobiernos, lo cual es natural ya que están llamados a negociar y a
firmar tratados, sino también los movimientos campesinos, piensan que es
el problema más importante y que por tanto podrían esperar alguna cosa
de estas negociaciones. Pienso que han de participar pero no es el sitio
de la batalla principal. La batalla principal consiste en sacar la
agricultura de la OMC, es decir que la producción agrícola y la tierra
no sean mercancías.
¿Puede explicarnos la evolución de este concepto de imperialismo colectivo?
La cristalización del imperialismo
colectivo es totalmente independiente de la caída del socialismo real.
La formación del imperialismo colectivo es el producto de la evolución
en el interior del propio sistema capitalista y de la formación de un
grado suplementario de concentración de capital. Hace medio siglo, las
multinacionales comenzaban a constituirse, necesitaban por aquella época
un mercado de aproximadamente un centenar de millones de clientes
potenciales; hoy las grandes transnacionales para constituirse necesitan
un mercado potencial de 600 millones de clientes, es decir
prácticamente el mercado mundial. Esto ha creado las condiciones de
necesitar de un acceso abierto nada más que para ellas al mercado
mundial; tienen un interés común. Y es esta la base de la construcción
del imperialismo colectivo.
En este contexto de imperialismo colectivo, ¿cuál es la situación de países como Iraq o Palestina?
Dentro de este imperialismo colectivo se desarrolla
un proyecto concreto de los Estados Unidos, de sus clases dirigentes,
pero no sólo de la banda de Bush. Hemos visto en la campaña electoral
que la distancia entre Kerry y Bush es tan fina como la de los
socioliberales y la derecha liberal en Europa… Es una distinción de
lenguaje y no de fondo. El proyecto americano – y lo dicen ellos mismos –
es el control militar del planeta, en beneficio del imperialismo
colectivo, es decir para ellos y sus subalternos de la OTAN, pero con un
reparto muy desigual entre ellos y sus subalternos. A través del
control militar, en particular de los recursos energéticos que son los
recursos del petróleo en Oriente Medio, en Asia Central, incluso en
Rusia – veamos lo que pasa con Rusia con las acciones de americanos y
europeos en Ucrania…
La guerra de Iraq encuentra su sitio aquí, es decir
es una guerra que estaba programada, que no tiene nada que ver con el 11
de Septiembre; el régimen iraquí era todo lo que queramos, pero no
protegía a terroristas del estilo de Bin Laden. Su objetivo no era la
democracia – los americanos se mofan de la democracia de los árabes o de
otros – simplemente era el saqueo del petróleo. No es solamente la
opinión pública europea que en un 90% se oponía, lo hemos visto
claramente con Aznar que se ha ridiculizado tomando esta posición – y lo
ha pagado muy caro – sino también una parte importante de la clase
dirigente que ha descubierto gradualmente que el reparto de las
responsabilidades y de los beneficios entre los Estados Unidos y ellos
mismos era inaceptable, y tomaran pues distancias hacia el atlantismo.
Aún así, por el momento no lo han hecho.
Palestina encuentra su sitio ya que el proyecto
israelí es un proyecto colonial desde el principio, hay que llamar las
cosas por su nombre, no es diferente de una colonización de poblaciones
como lo hemos visto en la historia, es decir expulsar un pueblo para
tomar el sitio otro pueblo. De ahí que encuentre una resistencia local y
un clamor de esta resistencia local en todo el mundo árabe vecino. Es
la base para una alianza estratégica fundamental; y podemos decir que
Israel es una base militar de los Estados Unidos avanzada y permanente
en el corazón del mundo árabe. Israel tiene la forma simbólica de un
puñal en el corazón del mundo árabe. Hay un apoyo incondicional al
control militar del planeta y particularmente de esta región.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario