Pero Al Shabab ha hecho una contraoferta: una recompensa de 10 camellos por la cabeza de Barack Obama.
El grupo se ha declarado responsable de varios atentados suicidas y se enorgullece de sus conexiones con Al Qaeda.
“Les puedo asegurar que este tipo de cosas nunca van a disuadirnos de continuar la guerra santa contra ellos”, publicó el miembro de esta agrupación Fuad Mohamed Khalaf (recompensa: 5 millones de dólares), en un sitio web.
La recompensa ofrecida por la secretaria de Estado de los EE. UU., Hillary Clinton, es aún más baja: “10 gallinas y 10 gallos”.
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