Familiares
de asesinados durante la dictadura se concentraron frente al teatro
Caupolicán de esta capital, donde ex militares y sectores de
ultraderecha preparan un agasajo a Augusto Pinochet
(1973-1990).El homenaje al ex dictador está concebido para las 11:00
hora local de este domingo (15:00 GMT) y en su rechazo ha sido anunciada
una transversal movilización popular una hora antes.
Sin embargo, desde anoche empezaron a llegar manifestantes a las inmediaciones del Caupolicán, quienes portaban velas, lienzos y fotos con las imágenes de sus familiares ejecutados o desaparecidos en los 17 años de terror del pinochetismo. El vocero de la Asamblea Nacional de Derechos Humanos, Humberto Trujillo, dijo que el sentido de esa primera protesta, que se desarrolló en forma pacífica, era dar a conocer el mundo que “no queremos que se reivindique a un asesino como Pinochet”.
Por su parte Félix Madariaga, dirigente de la Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo, hizo un último llamado al gobierno a evitar la realización del acto.
“El legado de Pinochet son sus crímenes, su antidemocrática Constitución aún vigente y el más injusto de los modelos económicos: el neoliberalismo”, subrayó Madariaga.
“Pinochet es el Hitler chileno“, remarcó.
Asimismo, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, responsabilizó al gobierno de Sebastián Piñera de lo que pueda ocurrir este domingo en las afueras del referido teatro.
“Lo que aquí está en juego es el genocidio, el terrorismo, o la defensa y la decisión de verdad de empezar a cambiar esta democracia trucha”, manifestó.
Insistió la líder de los Derechos Humanos que el tributo a Pinochet debió ser detenido porque todo apunta a que pueda ocurrir lo mismo del 2011, cuando se reprimió una manifestación contra el ex criminal Miguel Krassnoff, condenado por delitos de lesa humanidad.
“Ocurrió la paradoja que nadie entiende. Se defendió a los apologistas del genocidio, del terrorismo; y se atacó a la población civil que iba a luchar por construir un país que tenga en el centro los Derechos Humanos”, denunció Pizarro.
(Con información de Prensa Latina)
Sin embargo, desde anoche empezaron a llegar manifestantes a las inmediaciones del Caupolicán, quienes portaban velas, lienzos y fotos con las imágenes de sus familiares ejecutados o desaparecidos en los 17 años de terror del pinochetismo. El vocero de la Asamblea Nacional de Derechos Humanos, Humberto Trujillo, dijo que el sentido de esa primera protesta, que se desarrolló en forma pacífica, era dar a conocer el mundo que “no queremos que se reivindique a un asesino como Pinochet”.
Por su parte Félix Madariaga, dirigente de la Corporación de Defensa de los Derechos del Pueblo, hizo un último llamado al gobierno a evitar la realización del acto.
“El legado de Pinochet son sus crímenes, su antidemocrática Constitución aún vigente y el más injusto de los modelos económicos: el neoliberalismo”, subrayó Madariaga.
“Pinochet es el Hitler chileno“, remarcó.
Asimismo, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, responsabilizó al gobierno de Sebastián Piñera de lo que pueda ocurrir este domingo en las afueras del referido teatro.
“Lo que aquí está en juego es el genocidio, el terrorismo, o la defensa y la decisión de verdad de empezar a cambiar esta democracia trucha”, manifestó.
Insistió la líder de los Derechos Humanos que el tributo a Pinochet debió ser detenido porque todo apunta a que pueda ocurrir lo mismo del 2011, cuando se reprimió una manifestación contra el ex criminal Miguel Krassnoff, condenado por delitos de lesa humanidad.
“Ocurrió la paradoja que nadie entiende. Se defendió a los apologistas del genocidio, del terrorismo; y se atacó a la población civil que iba a luchar por construir un país que tenga en el centro los Derechos Humanos”, denunció Pizarro.
(Con información de Prensa Latina)
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