En el muelle habanero donde ocurrió la tragedia, el cuatro de marzo de 1960, Alberto Codina Carril, hijo de una de las víctimas del atentado al buque que transportaba armas y explosivos adquiridos para la defensa de la Revolución amenazada, exigió al gobierno de Estados Unidos el cese inmediato de su política hostil contra la mayor de las Antillas.
Demandó, asimismo, retorno a la Patria de Los Cinco Héroes antiterroristas cubanos condenados injustamente en territorio norteamericano y el regreso inmediato de uno de ellos, René González, quien es obligado a permanecer en ese país otros tres años a pesar de haber cumplido su condena.
Julio Martínez Ramírez, miembro del Buró Provincial del Partido en La Habana evocó uno de los primeros atentados terroristas con los que sucesivos gobiernos de Estados Unidos, a través de sus organismos de inteligencia, intentaron detener el avance de la Revolución cubana.
Afirmó que las víctimas del sabotaje que ocasionó un centenar de muertos y cientos de heridos y mutilados, fueron sacrificadas por el odio al triunfo del pueblo el primero de enero de 1959, y por las medidas que desde el propio comienzo del proceso se promulgaron en su beneficio.
Recordó que durante el multitudinario sepelio de las víctimas, efectuado al día siguiente del suceso, el Comandante en Jefe Fidel Castro enarboló por primea vez la consigna de Patria o Muerte, que acompañaría en lo adelante todas las batallas del pueblo cubano.
El acto estuvo presidido por los miembros del Buró Político del PCC Mercedes López Acea y Salvador Valdés Mesa, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en la capital, y Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, respectivamente; y Abelardo Álvarez Gil, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido.
Acompañaron a los familiares de las víctimas, además, dirigentes de organizaciones políticas y de masas, entre otros.
Demandó, asimismo, retorno a la Patria de Los Cinco Héroes antiterroristas cubanos condenados injustamente en territorio norteamericano y el regreso inmediato de uno de ellos, René González, quien es obligado a permanecer en ese país otros tres años a pesar de haber cumplido su condena.
Julio Martínez Ramírez, miembro del Buró Provincial del Partido en La Habana evocó uno de los primeros atentados terroristas con los que sucesivos gobiernos de Estados Unidos, a través de sus organismos de inteligencia, intentaron detener el avance de la Revolución cubana.
Afirmó que las víctimas del sabotaje que ocasionó un centenar de muertos y cientos de heridos y mutilados, fueron sacrificadas por el odio al triunfo del pueblo el primero de enero de 1959, y por las medidas que desde el propio comienzo del proceso se promulgaron en su beneficio.
Recordó que durante el multitudinario sepelio de las víctimas, efectuado al día siguiente del suceso, el Comandante en Jefe Fidel Castro enarboló por primea vez la consigna de Patria o Muerte, que acompañaría en lo adelante todas las batallas del pueblo cubano.
El acto estuvo presidido por los miembros del Buró Político del PCC Mercedes López Acea y Salvador Valdés Mesa, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en la capital, y Secretario General de la Central de Trabajadores de Cuba, respectivamente; y Abelardo Álvarez Gil, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido.
Acompañaron a los familiares de las víctimas, además, dirigentes de organizaciones políticas y de masas, entre otros.
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