Alberto Maldonado S.*
Quizá, la frase de esta reflexión,
resume lo que está pasando en el mundo. Lo que acaba de ocurrir en
Paraguay no es sino la aplicación de una vieja práctica: el
capitalismo ataca y el socialismo siglo 21 se defiende. Y todos los
revolucionarios del mundo no deben olvidar que el capitalismo es aún
muy fuerte; y el socialismo siglo 21 acaba de nacer. Si nos
descuidamos, el viejo y corrompido capitalismo, todavía puede. Y
vaya que mucho.
Es una vieja historia. Pero,
recordemos algo que ha ocurrido en este siglo: el golpe militar de
72 horas contra el venezolano Hugo Chávez Frías, el creador del
socialismo siglo 21; la descarada deposición de Zelaya, en Honduras;
el 30-S en Ecuador, contra Rafael Correa y su “revolución
ciudadana”; la “rebelión policial“ contra Evo Morales, en Bolivia; y
el cuartelazo parlamentario contra Lugo, en Paraguay.
Podemos también hablar de la
llamada “primavera árabe” del Medio Oriente. Una revuelta, primero
en Túnez, después en Egipto, para volver a lo mismo; una aplanadora
“humanitaria” llamada OTAN, contra Libia; y una campaña mediática
contra Siria, paso previo para irse contra Irán. Sin olvidar que en
Arabia Saudita y Bahreim (aliados del imperio y de los imperitos) no
pasa absolutamente nada: ahí los ricos jequés árabes (chiitas o
sunitas) gozan de plena “democracia y libertad” ¿Por qué será que lo
que es bueno para unos es malo para otros? Hay que preguntarle a la
señora Hillary de Clinton.
En realidad se trata de hechos y
circunstancias que despliegan la llamada guerra fría; que en estos
primeros años del siglo 21, está más caliente que nunca. Para mí y
para muchos se trata de una guerra no declarada entre el salvaje y
corrompido capitalismo y el naciente socialismo siglo 21. Que, dicho
sea de paso, no es un socialismo al estilo de la vieja URSS (que en
paz descanse) ni siquiera de una revolución tipo Cuba,
lamentablemente. La naciente socialización de los pueblos tiene que
hacer tiempo. Para unos (los supuestamente “puros”) no hay
revolución si unos cuantos capitalistas no son colgados de los
postes de la esquina. Para otros, todavía sigue vigente la “triste
noche neoliberal” y seguirá por rato largo, ya que estos procesos no
son de la noche a la mañana. Toman su tiempo.
El señor Fukuyama (un “analista”
japonés) vaticinó que había llegado el fin de la historia (1992)
cuando desapareció la ex URSS. Y estaba totalmente equivocado. Tan
equivocado como oráculo que ya nadie le cita porque la humanidad
sigue su ritmo. Y no es que la vieja socialista se ha muerto sino
que, como el Ave Fénix, ha resucitado entre los muertos; o
aparentemente muertos. Hoy hablamos del socialismo siglo 21 que no
es lo mismo que el socialismo siglo 20. Y muchos camaradas prefieren
el neo capitalismo siglo 21 que el viejo socialismo. O este no es
posible, según las enseñanzas de Marx.
¡Que los viejos partidos políticos
del neoliberalismo están más que acabados (no muertos) es una verdad
que no admite discusión! A ellos, en esta época de cambios, les ha
sustituido la también vieja comunicación comercial (o privada) Yo
diría que aquello no es reciente. Viene desde que se planteó la
lucha entre capitalismo y socialismo. Pero, en estos tiempos, ha
tomado de frente y sin caretas el rostro más visible del neo
capitalismo: la auto llamada “gran prensa o comunicación privada.
¿Pruebas al canto?
Era casi risible la actitud de la
“gran prensa” mexicana sobre los resultados de la elección
presidencial que se realizó el domingo 1 de julio/2012 y a la que
estaban convocados cerca de 80 millones de mexicanos y mexicanas. Al
principio y según los primeros resultados “a boca de urna” (exit
pool) había una diferencia de 20 puntos, entre el candidato del PRI,
el señor Enrique Peña Nieto; y el candidato de la izquierda
mexicana, señor Andrés Manuel López Obrador. Conforme avanzaba el
conteo semi oficial de las elecciones, la diferencia se acortaba. Ya
Televisa y sus medios impresos (Excelsior, en primer lugar)
empezaron a bajar los puntos. Ya no eran 20 sino 15. Así hasta 11.
Sacaron entonces, y le dieron el segundo lugar, a la señora Josefina
Vásquez Mota, que lidiaba en tercer lugar. La treparon a segundo
lugar, lejos de Manuel López. Y esta señora, que representaba al PAN
(el partido de gobierno) salió a reconocer que su opositor (del PRI)
era ya el nuevo Presidente de México.
Por los mismos minutos, dialogaban
el señor Khalifé y la señora García, en Telesur, que es la nueva red
televisiva de América Latina.
Khalifé, que normalmente es uno de
los colaboradores permanentes del diario La Jornada de México, dijo
“yo me reservo cuando los dos candidatos estén a unos 3 puntos de
diferencia” Y así fue. Ni que hubiera sido adivino; pero era fácil
suponerlo. Y este drama sin tocar para nada la serie de
anormalidades que se dieron en la elección: urnas que eran robadas
(parecía que el MPD en la U. Central estaban por allí) lápiz fácil
de borrar, la compra de votos al pie de las urnas, mesas que no se
instalaron a tiempo, etc. Por ello, el candidato de la izquierda
dijo que esperaría el jueves o viernes en que el Instituto Federal
de Elecciones de México diría su palabra final y oficial. Y, por
supuesto, para apelar, conforme a la Ley en vigencia.
Y para que esto se vea que es
universal, el diario sipiano (de la SIP-CIA) El Comercio de Quito,
que seguramente tenía listo en primera página un gran titular
anunciando el “gran triunfo” del PRI mexicano, se contentó con un
”modesto titular” de primera página (edición del lunes 2 de
julio/2012) que textualmente decía: “El PRI es el virtual ganador en
México” Y en la página 10 del cuadernillo No 1, le dedicaba a las
elecciones mexicanas una sola foto: la del candidato, supuestamente
ganador, según los bocones de boca de urna, y su joven esposa,
actriz de esas telenovelas lloronas. Los demás, en estas elecciones,
no existían.
Por eso no es descabellado hablar
de la “agresión mediática” mundial.
Vivimos en el mundo entero la
agresión mediática que es la que hasta hace poco ponía y quitaba,
pero por detrás, presidentes de nuestras naciones. Si Televisa y su
equipo mediático, en México, casi falla, en esta ocasión, no es por
gusto; o han perdido su poder de persuasión.
Es porque los pueblos ya no creen,
como antaño, a pies juntillas, lo que la gran prensa de nuestros
países dice. Y hay muchas dificultades.
Por ejemplo, el nuevo mandato
paraguayo no fue saludado sino por el diarismo paraguayo y alguno
que otro diario de América del Sur. Cada vez hay más dificultades
para ello.
Y no hay que olvidar jamás que es
la misma prensa (que fue muy tolerante con el dictador Alfredo
Strossner, que murió de viejo en Brasil y que estuvo por 60 años en
el Poder) hasta que un pariente enojado se alzó en armas paraguayas.
Si mal no recuerdan, esos mismos diputados y senadores (del partido
Liberal y del partido Colorado) los que ahora lanzan a Lugo a la
desocupación. ¿Solo por ser un obispo en “vacaciones políticas” o
porque no fue muy leal con el capitalismo?
Lo que quiero decir es que en todas
estas movidas está siempre presente el capitalismo salvaje y el
naciente socialismo siglo 21. Es obvio que el capitalismo se
defienda, ahí donde es atacado o supuestamente es apartado de la
gran torta que ha estado acostumbrado a digerirla, sin que nadie les
diga nada. Pero aquello es de otras épocas. Ya las naciones del
mundo están hartas y decididas a reclamar lo suyo, que no es (ni
puede ser) una revolución en regla. Aquello también quedó para el
pasado. Pero es preferible un socialista siglo 21 que un marxista
siglo 20. En el primer caso, hay siquiera una esperanza. En el
segundo caso, han quedado desenmascarados los “camaradas” de otros
tiempos. Aquellos que se pasaron “al enemigo” tan pronto como hay
que empezar la revolución. De lo contrario, hay que preguntarle al
señor Teodoro Petkop, que en Venezuela milita en contra de Chávez y
la contra reforma.
En el Ecuador, la lista es larga.
*Periodista
ecuatoriano
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