Paraguay y Honduras se diferencian radicalmente de los
casos de Venezuela, Bolivia y Ecuador que también fueron objeto de golpes
planeados en EEUU. Los cinco países tenían en común que sus gobiernos
progresistas no tenían raíces en organizaciones con largas trayectorias. Sin
embargo, los tres últimos movilizaron con rapidez el apoyo popular que les
permitió dar el contra-golpe en el momento necesario.
Marco A. Gandásegui, hijo. / ALAI
La oligarquía contraataca en Paraguay y en América Latina (ilustración de El Telegrafo, de Ecuador) |
El golpe de Estado ejecutado por la derecha terrateniente del Paraguay
contra el presidente Lugo dejó las mismas huellas que el derrocamiento en 2009
del presidente Zelaya en Honduras. Por un lado, el rastro de sendas oligarquías
que gobernaron a través de dictaduras militares por gran parte del siglo XX.
Por el otro, las heridas de la intromisión abierta por parte de EEUU que llevó
de la mano a los militares criollos para que respaldaran las acciones de una
oligarquía golpista. Incluso, la trama norteamericana fue realizada en alianza
con los partidos liberales tradicionales de ambos países. Una coincidencia que
refleja la frágil constitución política de los dos países.
En Paraguay la oligarquía terrateniente trabaja en estrecha relación con
el gran capital agrario brasileño que experimenta uno de sus auges económicos
más espectaculares de su historia. Incluso, uno de las causas por las cuales
fue procesado en forma sumaria el presidente Lugo fue por las protestas de los
campesinos que están siendo despojados de sus tierras por capitalistas agrarios
brasileños que operan en Paraguay. En Honduras, pasó algo similar.
En ambos casos, EEUU colaboró en el golpe y en el apoyo de las maniobras
diplomáticas posteriores al golpe. De manera aún más rápida que en Honduras, en
el caso de Paraguay, los gobiernos latinoamericanos rechazaron la arremetida de
EEUU. De una vez, los latinoamericanos convocaron las instancias políticas de
la región como UNASUR, CELAC y el MERCOSUR. Gobiernos de derecha como México,
Chile y Panamá (incluso, ¡Honduras!) condenaron el golpe. La mayoría retiró
sus embajadores de Asunción, capital paraguaya, encabezados por los países del
ALBA.
Paraguay y Honduras se diferencian radicalmente de los casos de
Venezuela, Bolivia y Ecuador que también fueron objeto de golpes planeados en
EEUU. Los cinco países tenían en común que sus gobiernos progresistas no tenían
raíces en organizaciones con largas trayectorias. Sin embargo, los tres últimos
movilizaron con rapidez el apoyo popular que les permitió dar el contra-golpe
en el momento necesario.
Según Jean-Guy Allard, en 2010 Wikileaks ya señalaba como EEUU y el vice-presidente
Franco conspiraban para derrocar a Lugo. Según un informe de la Embajada (de
EEUU) en Asunción mencionaba el interés de algunos políticos en acortar el
gobierno de Lugo. "Persisten los rumores de que el ex general golpista
Lino Oviedo, el expresidente Nicanor Duarte Frutos, y /o el vicepresidente
Federico Franco, continúan buscando formas de reducir el plazo de Lugo",
informaba el cable filtrado por WikiLeaks.
El mensaje secreto
emitido por la Embajada y dirigido al Departamento de Estado, también hablaba de
la existencia de "tiburones políticos" que rodean al presidente. "Creemos que se
encuentra bajo una gran presión", dice para luego abrir la posibilidad de
que algunos podrían conseguir que renuncie o que enfrente un juicio político,
indicaba. Esto "puede convertirse en una posibilidad cada vez mayor".
Según el Guardian,diario de Manchester, Inglaterra, los liberales con quienes Lugo se
alió para presentar su candidatura, estaban “…molestos porque la mayoría de los
miembros del gabinete era de izquierda”. Según el mismo diario inglés, “la
división política se había convertido en un serio problema ya que Lugo
públicamente reconoció recientemente que él iba a apoyar a los candidatos
izquierdistas en futuras elecciones”.
Según el diario, es
obvio que los “crímenes verdaderos” del presidente Lugo tenían que ver con los
sectores políticos con que se estaba aliando. Aún cuando Lugo se encontraba
cercado por los partidos tradicionales, la derecha temía que podría levantar
una alternativa electoral con los sectores progresistas en Paraguay. En el
fondo, el análisis de la oligarquía implicaba que Lugo se sentía más
comprometido con “las masas trabajadoras y pobres del país. Al igual que en
otros países de la región, los pueblos escogen el socialismo como su forma de expresión
política”.
En 1973 los golpistas
chilenos montaron un espectáculo en el Congreso previo al bombardeo del Palacio
presidencial y asesinato del presidente Allende. En 2009 los militares sacaron
de Honduras en piyamas a Zelaya y después lo destituyeron en el Congreso. En
Paraguay, EEUU y la oligarquía amarraron todos los cabos y fueron directamente
al Congreso.
Según los diputados,
los delitos de Lugo eran que le permitió a los partidos de izquierda reunirse
en una base militar. Además, permitió a 3,000 campesinos sin tierra invadir una
granja de soya, propiedad de una empresa brasileña. Los diputados también lo
acusaron de no capturar a varios miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo.
Por último, fue condenado en un juicio sumario por firmar un protocolo
internacional sin la aprobación del congreso.
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