Hasta el 3 de junio, 155 días de 2012, se habían producido 154 suicidios de personal militar en activo, una cifra mucho mayor que las bajas en combate en Afganistán este año, 124 hasta el 1 de junio, y que podría suponer un número récord de suicidios este año .

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Cartel de una campaña
de prevención de suicidios
 
 
 
 
 
 
 
Este elevado número de suicidios ha sido mucho mayor que el esperado, tras la disminución de los suicidios en los años 2010 (123, en el mismo período) y 2011 (130), tras el pico de suicidios de 2009, con 133.

Desde 2006 ha aumentado el número de suicidios, sin que haya explicaciones convincentes del mismo, apuntando, entre otras, a estrés de combate, estrés postraumático, abuso de medicación y problemas financieros personales. Los datos sugieren que los soldados que han realizado más despliegues en teatros de operaciones son los que tienen un mayor riesgo de cometer suicidio, aunque una elevada proporción (el 31%) de los suicidios son cometidos por soldados que no han desplegado nunca en teatro, según un estudio publicado en marzo de este año.

Desde hace varios años, el Departamento de Defensa y otras organizaciones han desarrollado programas para evitar los suicidios, desconociéndose el número de suicidios que han evitado, y la cifra de este año supone un contratiempo para estos programas, lo que implica que deben realizarse más programas. Recientemente, el Departamento de Defensa ha creado una Oficina de Prevención de Suicidio.

Como una medida de prevención se ha facilitado el acceso a la asistencia de salud mental de calidad, tratando de eliminar obstáculos a que los militares en activo accedan a los mismos cuando los necesitan. Sin embargo, un problema relacionado con la petición de este tipo de asistencia sanitaria es el temor a las consecuencias negativas que para la carrera profesional de los militares puede tener solicitarla. Las políticas actuales del Departamento crean lo que se denomina "estigma de salud mental" (que implica que solicitar la asistencia para temas de salud mental es una muestra de que se es débil o de que se está tratando de evitar ir a la zona de operaciones, entre otros aspectos) y se desconoce si la solicitud de asistencia sanitaria está afectando a la concesión de habilitaciones de seguridad, clave para determinados destinos o ascensos, o si ha habido acceso a datos confidenciales de los pacientes.

Para luchar contra el estigma de salud mental, el secretario de Defensa, Leon Panetta, envió en mayo un memorando a los altos mandos militares y civiles del Departamento señalando que el suicidio es "uno de los problemas más complejos y urgentes" a los que se enfrenta el Departamento, destacando el problema del estigma de salud mental y que "la prevención de suicidios es una responsabilidad del mando", añadiendo que "los mandos y supervisores no pueden tolerar ninguna acción que menosprecie, humille o haga el vacío a ningún individuo, especialmente a los que necesitan o están buscando de forma responsable ayuda profesional."

Una conducta criticada por los mandos militares fue el blog que había escrito el jefe de la 1ª División Acorazada, general de división, Dana Pittard, en enero, aunque posteriormente se retractó del mismo, sin pedir disculpas: "He llegado a la conclusión de que el suicidio es un acto absolutamente egoísta. Estoy personalmente harto de los soldados que eligen suicidarse y que otros puedan limpiar sus problemas. Se un adulto, actúa como un adulto y trata tus problemas de la vida real como el resto de nosotros."

Además del apoyo psicológico, otra de las sugerencias para evitar los suicidios, realizada por la RAND Corp., es la de restringir el acceso a armas de fuego, mediante normas más estrictas de control de las mismas en los cuarteles, dado que la mayoría de los suicidios de personal militar se han cometido con este tipo de armas.