Alberto Maldonado
A
los de nuestra época, se nos enseñó, por ejemplo, que las naciones del
mundo tenían a su haber eso que se llama soberanía, libertad; no para
hacer lo que se nos ocurra, sino como respeto a los demás. Yo estimaba
que, como país, reconocido por otro país (los dos libres y soberanos,
reconocidos además por las Naciones Unidas) podríamos establecer
nuestras normas de conducta. Y, como en todo, no podíamos hacer lo que
nos dé la regalada gana. Teníamos que sujetarnos (queramos o no) a
ciertos límites; límites que están dados por algo que se llama
soberanía. Ahora, pregunto ¿para qué soberanía?
Yo
pensaba que Ecuador (país que tiene su asiento en las NN.UU.) puede
establecer relaciones diplomáticas económicas, deportivas, con otro país
(Irán) que tiene su asiento en el gran foro de las NN.UU. y que los dos
países pueden establecer contactos cuando y como les dé la gana. Sin
que nadie puede objetar esas relaciones. Pero no ha sido así. Hoy en
día, según buena parte de la llamada gran prensa sipiana (impresa,
radial, televisiva y de internet) y según los pelucones de distintas
especies, tenemos que “pedirle permiso” al gran imperio, sino queremos
tener problemas.
La
señora de Clinton (Hillary) desde hace rato, por decir algo, se ha
arrogado la facultad de decirle a los países del mundo, si un gobernante
está bien o está mal; debe quedarse o debe dar paso a lo que se llama
la “democracia occidental y cristiana” Se permite decirle a los egipcios
que el señor Mubarak (su sirviente) debe entregarse. Solo que a
domicilio (por viejo) ya que le van a dar cadena perpetua. O, el señor
Obama, a pesar de su negritud, ordenando que un equipo especial del
ejército USA elimine, sin fórmula de juicio ni nada, al señor Bin Laden,
en la antigua Pakistán. Y que todo siga igual.
¿Antes
era otra cosa? No, definitivamente no. Antes siempre era peor solo que
se mantenían las apariencias. Y las apariencias engañan. No sabíamos que
debíamos tener una cierta dosis de “prudencia” para no herir
susceptibilidades. No sabía que si los Estados Unidos de Norteamérica
“se enoja” (por lo que sea) con algún país (Irán, en este caso) el
Ecuador no puede hacer negocios con este país, que le caen encima el
GAFI, los pelucones de distinta especie y los otros países, que están en
esa órbita. ¡Allá ellos!
En
estos tiempos, la señora Clinton (que ya se ha adueñado de ese
apellido) dice, por ejemplo, que el señor Assad debe irse del cargo de
Presidente de Siria; y debe irse lo más pronto posible. Pregunto, ya que
soy de oficio preguntón: ¿por qué no le dice lo mismo a los jeques
árabes de Arabia Saudita y del Bahreim, que ya llevan décadas en el
poder? Es que son amigos de EE.UU y de los imperitos. Ya le oí al señor
de Gran Bretaña, que, por última vez, daban una prórroga “improrrogable”
de 30 días más al señor Assad, a fin de que o se compone (les dé las
debidas disculpas a EE.UU y a los demás del llamado “primer mundo”) lo
que al parecer es incomponible; o se vaya a casa o a dónde sea. Si no me
equivoco, fue el señor Richard Nixon (ex Presidente de USA, ya
fallecido) quien dijo algo que viene como anillo al dedo (yanqui, desde
luego) “Es cierto que esos dictadores son unos hijos de puta; pero, son
nuestros hijos de puta” Se refería a los dictadores de los años 60 del
siglo 20, tipo Somoza, Strossner, Trujillo, etc.
En
cuanto a Siria, por estos días, la gran prensa sipiana mundial (de la
SIP-CIA) ya le “otorga” la calidad de contendiente y acepta que se trata
de una lucha sin cuartel entre unos invasores armados hasta los dientes
(por Turquía, que no se caracteriza precisamente por ser un país
democrático) y una “resistencia” que ha aparecido de la noche a la
mañana, en Siria mientras los verdaderos enemigos del señor Assad, están
cómodamente instalados en Londres, la sede de los olímpicos mundiales.
Hasta hace pocos meses, el señor Assad era el malo que mataba a los
niños y niñas, sin que hasta la fecha hayan ensayado alguna explicación.
Hoy, según la gran prensa mundial (que para algo sirve) se trata de una
guerra entre dos facciones sirias.
Por
ahí leí, hace poco, que lo que están ensayando en el Medio Oriente (que
está lleno de petróleo) es el nuevo colonialismo; que ya se viene a
América Latina. Los primeros “patos” serán Cuba; y tras ella, la
Venezuela de Chávez. No muy atrás, constan los nombres de Correa, de
Morales, de Ortega. Y, ¿por qué no? de la mismísima Cristina Fernández,
si sigue nacionalizando las siglas emblemáticas del imperio y de los
imperitos. Por algo el Presidente USA James Monroe dijo Hace siglos:
“América para los americanos”; dicho en otras palabras, “América
(Latina) no puede ser sino para los norteamericanos” Así ha sido, a
través de los tiempos. Solo que, “por poner el mal ejemplo” individuos
como estos Castro en Cuba (Fidel y Raúl) y sale este Chávez, que dice
que el petróleo que tiene Venezuela debe ser, en primer lugar, para los
venezolanos, etc.
¿Qué
cómo funciona eso? Se preguntarán los lectores inexpertos en estos
menesteres. Pues bastante sencillo: se contrata “a precios razonables”
una escuadra de sicarios (matones sin trabajo) y ellos, como tarea,
tienen la de establecer alguna “cabeza de playa” a fin de que el
mismísimo imperio y sus aviones sin tripulación; y los imperitos, que
tanto problema de desocupación tienen, vayan y obliguen al Consejo de
Seguridad de las NN.UU. la necesidad “humanitaria” de intervenir en ese
país. No importa si para ello hay que “liquidar” a medio país, como pasó
en Libia. Hay que eliminar a los “herejes” no importa si quedan con
vida los que no son. Es decir, los pelucones. Es lo que le pasó a Libia;
pretendieron hacer lo mismo con Siria; para de ahí pasar a Irán
¡Que
estoy diciendo una barbaridad! Recuerdan los “historiadores” que la
última vez que pasó aquello fue en la época de la Santa Inquisición de
la Iglesia Católica y Apostólica; y que por ello, algún Papa (de los
recientes) ya pidió perdón. Lástima grande que todos sus poderes no
hayan sido capaces de devolverles la vida a los que fueron a parar en la
hoguera bárbara o en la horca. Ya se quedaron bien muertos; de lo
contrario habría que preguntarle a la mismísima santa Juana de Arco. ¿O
no vale nada que la Corte Suprema de los EE.UU. haya pedido perdón por
el “trágico fallecimiento” de los anarquistas italianos, Sacco y
Vanzzeti, aun cuando los viejitos de la Corte se hayan demorado 60 años.
Lo mismo les va a pasar a los 5 héroes cubanos, que fueron sentenciados
a penas en todo el gran país del norte, sin derecho a visitas
conyugales. No sé cómo le van a hacer, pero hay uno que está sentenciado
a doble cadena perpetua y a 15 años más, por si acaso.
Es
decir, se sigue aplicando lo del perro rabioso: muerto el perro, muerta
la rabia. Nada que ver con la pobreza, la miseria, el abandono, la
desocupación, la insalubridad, etc. A pesar de que se dice que la
humanidad ha progresado y que la medicina idem; se sigue matando primero
al perro porque según los pelucones se mata de esta manera la rabia.
Así que la medicina viene más rabiosa que antes, contra los “sudacas”,
según los españoles que ahora se mueren de hambre. ¿Cómo va a ser justo
que los “señores” se estén muriendo de hambre y desocupación; y los
sudacas vuelvan a sus países, más frescos que nunca, a hacerse ricos.
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