jueves, 9 de agosto de 2012

Objetivo: aislamiento



La voluntad completamente manipuladora, derechista, y anticubana de la emisora miamense, Radio y Televisión Martí, es algo que siempre ha sido evidente. Sólo nos hace falta pensar, por ejemplo, que dicha emisora es prácticamente hija de la Fundación Nacional Cubano Americana, organización vinculada al terrorismo contra Cuba y fundada por los mercenarios que invadieron la Isla en abril de 1961, en Playa Girón.

Pero, más que un carácter que podría definirse como ‘anticomunista’, queda bien entendido que la emisora tiene un objetivo que va más allá del llamado ‘anticastrismo’ y que está muy claro: el aislamiento económico de Cuba. Veamos unos ejemplos concretos de los últimos días.

El más reciente intento fue el pasado 2 de julio cuando se publicaba un 'artículo' titulado “La Isla donde se perdió el sentido común” en el que se reproducían las declaraciones de una comentarista norteamericana, quien -contra cualquier criterio histórico y geográfico- afirmaba: “lo espantoso de Cuba es cuán cerca está geográficamente de Estados Unidos y tan distante a la vez en todos los demás sentidos, tanto que uno podría pensar que está en Sudán”.

Más atrás podemos encontrar un texto del 21 de junio titulado: “Invertir en Cuba es más riesgoso que jugarse el dinero en un casino”. En ese ‘artículo’, otra estéril reproducción de un texto de un diario norteamericano, se hablaba de “los peligros que corren los inversionistas en Cuba”. El citado texto abría afirmando: “En el mundo normal tener dinero es tener poder, pero en un país comunista como Cuba puede ser un delito contra la seguridad nacional” y como ejemplos llevaba los casos de algunos inversionistas extranjeros encarcelados en Cuba, como el empresario británico Amado Fakhre quien “además de perder su dinero se ha quedado sin libertad” y Stephen Purvis “que está detenido desde abril pasado”. Añadía que “durante los últimos dos años, Cuba ha enviado a la cárcel a 52 extranjeros, así como a cientos de ministros y funcionarios cubanos, además de haber expulsado del país a más de 150 dueños y operadores de negocios extranjeros”. Todo eso sin declarar específicamente que dichas personas fueron encarceladas y condenadas por corrupción, manteniendo una postura vaga e incerta y agregando que en Cuba no existe “una clara definición de lo que significa ese término”.
Concluía el artículo que Cuba es un mercado ‘fronterizo’ y que “en estos mercado existen riesgos geopolíticos, son susceptiblemente instables y los inversionistas pueden ser víctimas de nacionalización. También carecen de infraestructura y de salvaguardas en virtud de lo cual los inversionistas se ven expuestos a disímiles peligros”.

El 11 de junio, los de martinoticias reproducían un enésimo artículo norteamericano y titulaban “El jineterismo económico del gobierno”. Entre otras cosas, afirmaban que “durante años Cuba ha practicado un juego muy remunerativo haciendo amigos económicos para comerciar, obtener créditos oficiales y bancarios de sus socios y luego renegar de su deuda”. El texto además recordaba “que el ejemplo más dramático fue el de la antigua Unión Sovíetica, pero más recientemente pueden citarse otros como los de Venezuela, China e Irán, que le han extendido créditos a la isla para promover sus exportaciones. Seguramente cuando Chávez desaparezca de escena y cuando Venezuela decida poner fin a su relación especial con Cuba, ésta probablemente declare una moratoria de su deuda”.

Tres artículos en poco menos de un mes para describir la situación cubana. En sintesis, en Cuba se encuentra un desastre infraestructural (al parecerse a Sudán), existe un serio peligro para los extranjeros, quienes pueden encontrarse de repente y ‘sin razón alguna’ en una cárcel cubana o perder su dinero, y el gobierno ha consolidado la costumbre de no pagar sus deudas externas. 

En un momento en que el gobierno de la Isla está buscando socios comerciales e inversionistas para llevar adelante el proceso de actualización económica del socialismo cubano, es evidente lo que intentan hacer los llamados periodistas de la citada emisora, es decir tratar de crear un clima de incertidumbre acerca de la situación económica cubana en un desesperado plan de aislamiento que impediría las reformas impulsadas por el gobierno y, quizás, provocaría una grave crisis económica en la Isla y generaría -en sus planes- la tan añorada destabilización política.

Eso no es nada nuevo. La ley del bloqueo tuvo ese específico propósito: “causar hambre y miseria entre el pueblo, tratando de provocar insatisfacción y resistencia a la revolución cubana y sus líderes”. Los actos terroristas de la década de los noventa -organizados desde Miami por la citada Fundación Nacional Cubano Americana y que provocaron la muerte del joven italiano Fabio Di Celmo- tenían el mismo propósito de crear un clima de incertidumbre política para descorazonar a los inversionistas extranjeros y al naciente turismo de masa en la Isla, impidiendo la salida de la economía cubana del periodo especial.

Ahora, la historia está siguiendo el mismo rumbo. Pero, en ese momento más que nunca, la comunidad internacional parece haberse dado cuenta de la caída de la egemonía económica norteamericana en el mundo. La ilusión optimista de los liberales de un mundo capitalista liderado por Wall Street se está revelando por lo que es, una ilusión. El mundo se está abriendo a Cuba y este intento manipulativo nada más es que el último plan elaborado por Washington (bajo la presión de una poderosa lobby cubana), llevado adelante por su prensa lacaya y finalizado con esa mezcla de manipulación, derechismo extremo e incultura que sólo los llamados periodistas de Martinoticias saben asignar a sus textos.

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