La
voluntad completamente manipuladora, derechista, y anticubana de la
emisora miamense, Radio y Televisión Martí, es algo que siempre ha sido
evidente. Sólo nos hace falta pensar, por ejemplo, que dicha emisora es
prácticamente hija de la Fundación Nacional Cubano Americana,
organización vinculada al terrorismo contra Cuba y fundada por los
mercenarios que invadieron la Isla en abril de 1961, en Playa Girón.
Pero,
más que un carácter que podría definirse como ‘anticomunista’, queda
bien entendido que la emisora tiene un objetivo que va más allá del
llamado ‘anticastrismo’ y que está muy claro: el aislamiento económico
de Cuba. Veamos unos ejemplos concretos de los últimos días.
El más reciente intento fue el pasado 2 de julio cuando se publicaba un 'artículo' titulado “La Isla donde se perdió el sentido común”
en el que se reproducían las declaraciones de una comentarista
norteamericana, quien -contra cualquier criterio histórico y geográfico-
afirmaba: “lo espantoso de
Cuba es cuán cerca está geográficamente de Estados Unidos y tan
distante a la vez en todos los demás sentidos, tanto que uno podría
pensar que está en Sudán”.
Más atrás podemos encontrar un texto del 21 de junio titulado: “Invertir en Cuba es más riesgoso que jugarse el dinero en un casino”. En ese ‘artículo’, otra estéril reproducción de un texto de un diario norteamericano, se hablaba de “los peligros que corren los inversionistas en Cuba”. El citado texto abría afirmando: “En
el mundo normal tener dinero es tener poder, pero en un país comunista
como Cuba puede ser un delito contra la seguridad nacional” y como
ejemplos llevaba los casos de algunos inversionistas extranjeros
encarcelados en Cuba, como el empresario británico Amado Fakhre quien “además de perder su dinero se ha quedado sin libertad” y Stephen Purvis “que está detenido desde abril pasado”. Añadía que “durante
los últimos dos años, Cuba ha enviado a la cárcel a 52 extranjeros,
así como a cientos de ministros y funcionarios cubanos, además de haber
expulsado del país a más de 150 dueños y operadores de negocios
extranjeros”. Todo eso sin declarar específicamente que dichas
personas fueron encarceladas y condenadas por corrupción, manteniendo
una postura vaga e incerta y agregando que en Cuba no existe “una clara definición de lo que significa ese término”.
Concluía el artículo que Cuba es un mercado ‘fronterizo’ y que “en
estos mercado existen riesgos geopolíticos, son susceptiblemente
instables y los inversionistas pueden ser víctimas de nacionalización.
También carecen de infraestructura y de salvaguardas en virtud de lo
cual los inversionistas se ven expuestos a disímiles peligros”.
El 11 de junio, los de martinoticias reproducían un enésimo artículo norteamericano y titulaban “El jineterismo económico del gobierno”. Entre otras cosas, afirmaban que “durante
años Cuba ha practicado un juego muy remunerativo haciendo amigos
económicos para comerciar, obtener créditos oficiales y bancarios de sus
socios y luego renegar de su deuda”. El texto además recordaba “que
el ejemplo más dramático fue el de la antigua Unión Sovíetica, pero
más recientemente pueden citarse otros como los de Venezuela, China e
Irán, que le han extendido créditos a la isla para promover sus
exportaciones. Seguramente cuando Chávez desaparezca de escena y cuando
Venezuela decida poner fin a su relación especial con Cuba, ésta
probablemente declare una moratoria de su deuda”.
Tres
artículos en poco menos de un mes para describir la situación cubana.
En sintesis, en Cuba se encuentra un desastre infraestructural (al
parecerse a Sudán), existe un serio peligro para los extranjeros,
quienes pueden encontrarse de repente y ‘sin razón alguna’ en una cárcel
cubana o perder su dinero, y el gobierno ha consolidado la costumbre
de no pagar sus deudas externas.
En
un momento en que el gobierno de la Isla está buscando socios
comerciales e inversionistas para llevar adelante el proceso de
actualización económica del socialismo cubano, es evidente lo que
intentan hacer los llamados periodistas de
la citada emisora, es decir tratar de crear un clima de incertidumbre
acerca de la situación económica cubana en un desesperado plan de
aislamiento que impediría las reformas impulsadas por el gobierno y,
quizás, provocaría una grave crisis económica en la Isla y generaría
-en sus planes- la tan añorada destabilización política.
Eso no es nada nuevo. La ley del bloqueo tuvo ese específico propósito: “causar hambre y miseria entre el pueblo, tratando de provocar insatisfacción y resistencia a la revolución cubana y sus líderes”. Los actos terroristas de la década de los noventa -organizados desde Miami por la citada Fundación Nacional Cubano Americana y
que provocaron la muerte del joven italiano Fabio Di Celmo- tenían el
mismo propósito de crear un clima de incertidumbre política para
descorazonar a los inversionistas extranjeros y al naciente turismo de
masa en la Isla, impidiendo la salida de la economía cubana del periodo especial.
Ahora,
la historia está siguiendo el mismo rumbo. Pero, en ese momento más
que nunca, la comunidad internacional parece haberse dado cuenta de la
caída de la egemonía económica norteamericana en el mundo. La ilusión
optimista de los liberales de un mundo capitalista liderado por Wall
Street se está revelando por lo que es, una ilusión. El mundo se está
abriendo a Cuba y este intento manipulativo nada más es que el último
plan elaborado por Washington (bajo la presión de una poderosa lobby
cubana), llevado adelante por su prensa lacaya y finalizado con esa
mezcla de manipulación, derechismo extremo e incultura que sólo los
llamados periodistas de Martinoticias saben asignar a sus textos.
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