Jorge Zavaleta Alegre
Este
año, los mercados internacionales de productos agrícolas parecen haber
entrado en una fase de mayor estabilidad. Se prevé que los precios de
los alimentos básicos permanezcan en una media más elevada en la próxima
década, debido a la demanda firme y a la desaceleración de la
producción mundial, advierte el reciente informe Perspectivas agrícolas
de OCDE-FAO.
La
abundante naturaleza y el hambre secular siguen siendo una preocupación
que involucra a Estados ricos y pobres, señala el BID. Es una verdad
inobjetable y contiene una valiosa referencia: América Latina, en
especial Colombia, Perú, Brasil, Ecuador, Venezuela y Bolivia, son parte
del grupo de los diez países con la mayor diversidad de especies de la
tierra. El inventario de esta riqueza incluye las especies de mamíferos,
aves, reptiles, anfibios, mariposas, angiospermas. Entre la frondosa
diversidad, las plantas útiles clasificadas hasta ahora suman 446
comestibles y 2449 medicamentos.
La
fuerza de la demanda se da por el crecimiento demográfico, el mayor
ingreso per cápita, la migración urbana y los cambios en los hábitos
alimentarios en los países en desarrollo. A ello se suma la demanda
creciente de materias primas para biocombustibles.
Está
previsto que los países en desarrollo tendrán cada vez un papel más
dominante en la mayoría de los productos agrícolas y un rol más
importante en el comercio de productos básicos. Las nuevas
investigaciones coinciden en la necesidad de aumentar las tierras
agrícolas y sobre todo mejorar la productividad en los países en
desarrollo porque el crecimiento de la producción agrícola seguirá
reduciéndose.
Hay
consenso que los gobiernos deben renunciar a las prácticas que
distorsionan el comercio y crear un entorno favorable para una
agricultura. Y para los consumidores, especialmente para los millones de
personas que viven en la extrema pobreza, es impostergable redoblar
esfuerzos para reducir el número de personas que sufren hambre. "Los
altos precios reales de los productos agrícolas suponen mayores
incentivos para los campesinos y el desarrollo rural, especialmente
cuando los mercados están abiertos y los mecanismos de precios funcionan
bien, y donde los agricultores tienen también capacidad de respuesta",
precisa FAO.
Pero
la problemática es más compleja por la grave escasez de agua en la
agricultura. Muchos bancos pesqueros están sobreexplotados o en riesgo
de estarlo. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más
frecuentes y los patrones climáticos están cambiando. La OCDE reconoce
que el sector privado desempeñará un papel principal en la agricultura
en el futuro. En ese sentido los gobiernos deberían fomentar mejores
prácticas agrícolas, crear el entorno comercial, técnico y normativo
adecuado y la innovación agrícola con especial atención a las
necesidades de los pequeños agricultores, sin olvidar la creciente
pérdida y desperdicio de alimentos.
La
FAO inició actividades en el Perú en la década de 1960. En ese
horizonte hay expectativas respecto al marco de la asistencia de la FAO
al Perú 2010 – 2013 que incluye, entre otros temas, Seguridad
Alimentaria y Lucha contra la Pobreza. Formulación de Políticas
Sectoriales y Desarrollo Rural.
En
un mundo global, a este organismo de la ONU le corresponde aprobar
normas mundiales y contribuir a formular convenios y acuerdos
internacionales de impacto para el Perú, en el ámbito de su competencia.
Su Centro de Información Agraria Mundial ayudará en el propósito de
cerrar la brecha digital en el medio rural. Igual propósito se aprecia
en los programas “Chefs contra el hambre” y el “Frente Parlamentario
contra el Hambre”, iniciativas que la colectividad aprecia y revela el
grado de concurrencia de las instituciones privadas y públicas en un
objetivo común.
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