Estados Unidos ha ayudado
desde hace meses a las bandas armadas antigubernamentales en Siria luego
que el presidente Barack Obama firmó una orden secreta ejecutiva con
ese fin.
La
directriz autorizada por la Casa Blanca tiene como objetivo derrocar al
presidente Bashar al-Assad e instruye a organismos como la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) a brindar apoyo clandestino a grupos que
Damasco califica como terroristas.
No
está claro cuándo el jefe de Estado norteamericano rubricó la
ordenanza, pero fuentes consultadas por la cadena CNN y el diario The
Atlantic Wire aseguran que la colaboración de Washington comenzó hace
varios meses.
Voceros
oficiales de la administración Obama han confirmado independientemente
que Estados Unidos incrementaría su asistencia a las organizaciones
subversivas ya que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no logra
un consenso sobre la situación en el país levantino.
De
acuerdo con una licencia aprobada por el Departamento del Tesoro,
Washington permitiría hacer llegar al llamado Ejército de Liberación
Sirio sofisticados equipos de comunicaciones, pero no avituallamiento
bélico, por el momento.
Trascendió
no obstante que Estados Unidos colabora financiera y logísticamente con
aquellos países -como Catar y Arabia Saudita- que suministran armas a
los focos terroristas sirios, y además aporta información de
inteligencia sobre movimientos de tropas leales a al-Assad.
Durante
la guerra civil atizada por occidente en Libia contra el líder Moammar
Gadhafi, Obama firmó una orden ejecutiva similar para autorizar la
cooperación de la CIA y otras agencias federales con los grupos
sediciosos que se enfrentaron al gobierno.
Portavoces
del Departamento de Estado y militares estadounidenses ubicados en una
base aérea en Turquía indicaron que habían activado un cargamento de
ayuda valorado en 25 millones de dólares para entregarlo a las fuerzas
armadas antigubernamentales sirias.
Estados
Unidos por medio del secretario del Tesoro, Timothy Geithner, exhortó
antes a los aliados de Washington a secundar acciones más contundentes
para derrocar al gobierno de Siria, presidido por Bashar al-Assad.
Geithner
declaró que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debía autorizar
el uso de la fuerza armada extranjera e interventora en Siria a través
de la activación del Capítulo Siete de la resolución contra Damasco.
La
secretaria de Estado, Hillary Clinton, viajó recientemente a Turquía en
una gira para intentar convencer a delegados de naciones en esa área
geográfica acerca de los planes belicistas de la administración Obama.
A
inicios de febrero Estados Unidos cerró su embajada en Siria, sacó a
todos sus diplomáticos, y recomendó a los ciudadanos norteamericanos no
viajar a ese territorio en el Oriente Medio.
La
Oficina Oval ha criticado lo que califica como una escalada de la
violencia de militares sirios contra civiles e intentó en varias
ocasiones sin éxito condenar al presidente al-Assad en el Consejo de
Seguridad de la ONU.
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