¿Es la especie humana, como dijo el filósofo, una pasión inútil? ¿Somos una especie fallida? La respuesta negativa no es inmediata, concluyente, tajante… Dudamos, ya eso nos pone en entredicho.
Una especie que no se justifica a primera vista, que debe buscar su explicación en laberintos ideológicos, es una especie en grave cuestionamiento. El homo sapiens, al pasar el umbral de lo natural, al independizarse de los instintos y de la biología, o como diría un religioso, al tener libre albedrío, adquirió una responsabilidad consigo mismo y con la naturaleza, ahora puede ser guardián o verdugo, su destino será su obra, todo depende de él.
Su capacidad de pensar, de imaginar, lo transformó en ventura y también en desgracia, lo independizó de la naturaleza y lo ató a la forma de relacionarse en sociedad. Es así, la humanidad cada vez domina más a la naturaleza, y cada vez aumenta la dependencia de su forma de organizarse.
La forma de organización egoísta tiene su culminación en el capitalismo, nos ha convertido en una especie que lesiona la armonía de la vida, el equilibrio ecológico se ve seriamente perturbado por la acción del homo sapiens.
El egoísmo, la incapacidad de pensar en sociedad, en humanidad, nos convirtió en una especie criminal, fallida.
La pregunta que surge es ¿podremos escapar al destino de ser los destructores de la vida planetaria?
La respuesta es, tiene que ser: sí, es posible, el hombre no es una pasión inútil, es la especie destinada a ser equilibrio y guardián de la vida.
Ahora bien, para eso es necesario que cambiemos las relaciones sociales, superemos el egoísmo y entremos en el mundo del altruismo, del amor.
Es lo mismo que decir, superar al capitalismo, fundar al Socialismo. La condición indispensable para ese cambio vital es que pensemos en sociedad, en humanidad, que entendamos que el bien individual no puede estar en contradicción con el bien social, con el bien de la especie, al contrario, no puede haber bien individual que no sea al mismo tiempo un bien social.
El aforismo de la salvación de la especie, es: “Sólo lo que beneficia a la humanidad, beneficia al individuo. Todo lo que perjudica a la humanidad, perjudica al individuo.”
De aquí que el Socialismo es la sustitución del pensamiento individualista, por el pensamiento social.
Cuando las relaciones sociales dejen de ser una puja entre egoísmos, cuando el humano deje de actuar buscando la quimera de su mezquino bienestar y entienda que no hay felicidad posible fuera de lo social, ese día habremos traspasado los umbrales de la prehistoria, nos habremos convertido en una especie armónica, habremos conquistado el derecho a existir, la naturaleza nos tratará como hijos y no como enemigos.
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