Hace muchos años atrás, publiqué un artículo en El Nuevo Herald de Miami en el que, refiriéndome a los exiliados derechistas de aquí, decía que estos habían empezado odiando al régimen revolucionario de La Habana y a sus dirigentes, para haber terminado odiando a Cuba y a su pueblo. Caigo en la pedantería de citarme a mí mismo al ver que nada ha cambiado a través de los años.
El sector ultraderechista del auto llamado exilio cubano, no es anticastrista ni anticomunista, es, simplemente, anticubano.
El sector ultraderechista del auto llamado exilio cubano, no es anticastrista ni anticomunista, es, simplemente, anticubano.
Bastan varios ejemplos para comprobar que lo que afirmo no es mentira, ni que al decirlo lo hago solamente para atacar ese sector de los cubanos que viven principalmente en los Estados Unidos, en España y algunos pocos en la isla.
Todos apoyan la política agresiva de EEUU contra Cuba, y quieren que las tropas norteamericanas desembarquen en la isla, después de haber sido bombardeadas sus ciudades y población, tal y como sucedió en Irak y está sucediendo ahora en Libia. Apoyan el embargo que los Estados Unidos le han implementado a Cuba, que en muchos casos ha llegado a impedir que el gobierno de Cuba adquiera equipos médicos necesarios para salvar la vida de sus ciudadanos. Cuando el equipo nacional de béisbol o cualquier otro tipo de equipo deportivo de Cuba sale a competir en el extranjero, gritan a los cuatro vientos que quieren que estos sean derrotados. Cuando los artistas cubanos vienen a actuar en los Estados Unidos, critican y acusan al gobierno federal por haberle dado las visas para que puedan presentarse en este país. Cuando pueden, le hacen demostraciones frente a los lugares en que se presentan.
Le tienen un odio visceral a Hugo Chávez y al gobierno venezolano, solamente porque este le suministra, a precio preferencial, el petróleo que los cubanos necesitan para poder alumbrarse y movilizarse. Aplaudieron y apoyaron a Pedro “El Breve”, aquel triste personaje que asumió la presidencia de Venezuela inmediatamente después del golpe de estado contra Chávez, por haber tomado, como primera medida, el cortarles los suministros petroleros a la isla. Se alegran cuando cualquier fenómeno atmosférico destruye propiedades y viviendas en el territorio nacional. Están haciendo todo lo posible para presionar al gobierno federal para que haga algo que impida que compañías extranjeras perforen pozos petroleros en las zonas que le pertenecen a Cuba en el Golfo de México y así los cubanos se liberen de la dependencia petrolera.
Apoyan vehementemente la política de Posición Común de la Unión Europea hacia Cuba. Lograron forzar al gobierno de George Bush padre para que firmara la Ley Torricelli y a Bill Clinton para que hiciera lo mismo con la Ley Helms-Burton, ambas leyes que sirvieron para apretar más las medidas criminales que ahogaban al pueblo cubano en los momentos que el país había perdido a su principal socio comercial y se hundía en una crisis económica y social de gran envergadura que hizo aparecer enfermedades desconocidas en la población por falta de medicinas y alimentos.
Quieren que los Estados Unidos suspendan los viajes familiares de los cubanos residentes en este país. Obligaron al presidente George W Bush a que redefiniera los lazos familiares, al impedir que un cubano fuera a la isla a ver a un primo o a un tío, afirmando que estos no eran familia cercana, además, que solo podían ver una madre, un padre o un hermano una vez cada tres años. Tan fue así, que en muchísimos casos las autoridades de este país le daban a escoger a los cubanos, ante la enfermedad de una madre o un padre, si quería verlos en el hospital o en la funeraria.
Lograron que el que viajaba no pudiera llevarles más de trescientos dólares a los familiares en la isla.
Buscan que deserten los médicos que cumplen misiones humanitarias en el exterior, ofreciéndoles visas para ingresar en USA.
Lograron que el que viajaba no pudiera llevarles más de trescientos dólares a los familiares en la isla.
Buscan que deserten los médicos que cumplen misiones humanitarias en el exterior, ofreciéndoles visas para ingresar en USA.
Creo que son suficientes ejemplos para demostrar la maldad de estos individuos que se pasan la vida llenándose la boca para decir que lo que quieren para la isla es la libertad y la democracia, cuando lo que verdaderamente desean, y han trabajado siempre para ello, es hundir al pueblo cubano en la miseria y en el hambre. Son profundamente anexionistas ya que quieren que Cuba sea una colonia de los Estados Unidos.
Odian a Cuba y al pueblo cubano, por eso, que ni siquiera se deben ofender cuando se les acusa de anticubanos, porque eso es lo que son, cubanos anticubanos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario