
Son la punta del iceberg, pero la masa de hielo invisibilizada por los grandes medios tiene efectivamente siete octavos bajo el agua como esos escollos que mandaron buques al fondo del mar. Esas partes imposibles de ocultar son hoy Grecia y España.
Atenas verá este miércoles marchar a los trabajadores, en una nueva huelga general. Los motivos son muy parecidos, por no decir idénticos a los que originaron los paros del año anterior. Esto es, el rechazo a los ajustes del primer ministro Giorgios Papandreu, del Partido Socialista Pan helénico (Pasok).

Quiere decir que tanto sacrificio y ajustes contra el nivel de vida han sido en vano. Ahora están peor, ya que esos créditos han engrosado la deuda externa y el déficit. La deuda griega equivale al 150 por ciento de su PBI, un porcentaje elevadísimo y cercano a la falta absoluta de control.
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