Wilmar Villar era un
simple ciudadano que había violado las leyes en Cuba. Estaba preso por agredir a
su esposa y ocasionarle severas lesiones. Era natural de un pueblo del entorno
rural del municipio Contramaestre nombrado
Venta
de Casanovas.
Cumplía sanción de privación de libertad desde el 25 de noviembre del 2011, por el delito de Desacato, Atentado y Resistencia a las autoridades del orden público que cumplían la orden de conducirlo a la estación de policía por agredir a su mujer gravemente.
Irónicamente su propia esposa hacía declaraciones a medios extranjeros, este miércoles, sobre la situación personal de Wilmar Villar. Llegó a decir que su vida peligraba como consecuencia de una neumonía mal cuidada, que se agravó con la huelga de hambre iniciada por el recluso hace unos días. Fuentes cercanas a la familia señalan que, la esposa de Wilmar, recibía un pago de $80 dólares por asumir una posición solidaria con su marido.
En Santiago de Cuba, Villar se vinculó a grupos opositores y creyó que podría evadir la condena, al menos eso le hicieron creer algunas personas contrarias al proceso político cubano.
Durante el velorio, aquí en Contramaestre, la familia de Wilmar se negó a que grupúsculos disidentes usaran el ritual familiar como centro de ataques y difamaciones contra el gobierno de La Habana. En la funeraria sólo estaban allegados y amistades del fallecido. Fue enterrado en el cementerio de Maffo, a unos dos kilómetros de la ciudad cabecera.
Al entierro asistieron tres automóviles: una guagua estatal de cítricos, un camión y un carro ligero con la madre y los hermanos. No ocurrió ningún hecho significativo durante la marcha fúnebre.
Es irónico aceptar como las grandes cadenas mediáticas replicaron la información de la muerte en sus sitios digitales; y pretenden convertir a Wilmar Villar en un héroe, sin tener en cuenta su verdadera historia de vida, sus antecedentes penales y su imagen ante el pueblo de Contramaestre.
Publico este post, porque muchos amigos del mundo me solicitaron que escribiera sobre la muerte de Wilmar Villar, desde la percepción de un hombre de a pie que vive el día a día con la gente de Contramaestre. Escribo sobre lo que vieron mis ojos, no he inventado nada, ni nadie me ha obligado a hacerlo.
Tomado de Caracol de Agua
Cumplía sanción de privación de libertad desde el 25 de noviembre del 2011, por el delito de Desacato, Atentado y Resistencia a las autoridades del orden público que cumplían la orden de conducirlo a la estación de policía por agredir a su mujer gravemente.
Irónicamente su propia esposa hacía declaraciones a medios extranjeros, este miércoles, sobre la situación personal de Wilmar Villar. Llegó a decir que su vida peligraba como consecuencia de una neumonía mal cuidada, que se agravó con la huelga de hambre iniciada por el recluso hace unos días. Fuentes cercanas a la familia señalan que, la esposa de Wilmar, recibía un pago de $80 dólares por asumir una posición solidaria con su marido.
En Santiago de Cuba, Villar se vinculó a grupos opositores y creyó que podría evadir la condena, al menos eso le hicieron creer algunas personas contrarias al proceso político cubano.
Durante el velorio, aquí en Contramaestre, la familia de Wilmar se negó a que grupúsculos disidentes usaran el ritual familiar como centro de ataques y difamaciones contra el gobierno de La Habana. En la funeraria sólo estaban allegados y amistades del fallecido. Fue enterrado en el cementerio de Maffo, a unos dos kilómetros de la ciudad cabecera.
Al entierro asistieron tres automóviles: una guagua estatal de cítricos, un camión y un carro ligero con la madre y los hermanos. No ocurrió ningún hecho significativo durante la marcha fúnebre.
Es irónico aceptar como las grandes cadenas mediáticas replicaron la información de la muerte en sus sitios digitales; y pretenden convertir a Wilmar Villar en un héroe, sin tener en cuenta su verdadera historia de vida, sus antecedentes penales y su imagen ante el pueblo de Contramaestre.
Publico este post, porque muchos amigos del mundo me solicitaron que escribiera sobre la muerte de Wilmar Villar, desde la percepción de un hombre de a pie que vive el día a día con la gente de Contramaestre. Escribo sobre lo que vieron mis ojos, no he inventado nada, ni nadie me ha obligado a hacerlo.
Tomado de Caracol de Agua
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