Al hacer uso de la palabra, el Comandante en Jefe destacó la solemnidad y emoción, el enorme júbilo, el legítimo orgullo y la gloria de todos en el momento en que cuatro siglos y medio de ignorancia habían sido derrumbados. Inició sus palabras anunciando que se izaría la bandera con la que el pueblo proclamaba ante el mundo que Cuba es ya territorio libre de analfabetismo, acción que se realizó a los acordes del Himno de la Campaña. En medio de una profunda emoción colectiva donde no faltaron las lágrimas de unos cuantos, se izó la bandera que proclamaba a Cuba “Territorio Libre de Analfabetismo”. El honor de subirla hasta lo alto del inmenso mástil correspondió a la joven de 17 años, habanera, estudiante de la Escuela Normal para Maestros de la capital, Brigadista “Conrado Benítez”, Alba Margarita Cortina. Ella recuerda: que la ubicaron en la base del monumento a Martí, al lado del mástil y tras el Himno Nacional, cuando el locutor anunció que se izaría la bandera de la Alfabetización..., dos oficiales del Ejército Rebelde le dijeron que era la seleccionada para izarla. Había mucho viento y la bandera era muy grande, y apenas podía, entonces ellos le ayudaron, pero sacó fuerzas y de la mitad hacia arriba terminó de izarla ella sola. Aquel fue un momento inolvidable en su vida, de significación muy especial, que jamás olvidaría. Después continuó Fidel diciendo que habíamos ganado una gran batalla, que había que llamarla así -batalla-, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se había logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. Batalla que comenzaron los maestros, que prosiguieron los alfabetizadores populares, y que cobró extraordinario y decisivo impulso, cuando nuestras masas juveniles, integradas en el ejército de alfabetización Conrado Benítez, se incorporaron a esa lucha. Y cuando todavía hacía falta un refuerzo mayor, llegó un nuevo esfuerzo, el último esfuerzo, el refuerzo directo de la clase obrera directamente por medio de millares de brigadistas "Patria o Muerte". Recordó que cuando él dijo que Cuba iba a liquidar el analfabetismo en el solo término de un año aquello parecía una afirmación temeraria, aquello parecía un imposible. Nuestros enemigos posiblemente se burlaron de aquella promesa, posiblemente se rieron de aquella meta que nuestro pueblo se trazara. Parecía imposible, porque era realmente difícil cumplir en tan breve espacio de tiempo un cometido semejante. ¡Y es verdad! Esa hubiera sido una tarea imposible, pero hubiera sido una tarea imposible para un pueblo que viviera bajo la opresión, habría sido una tarea imposible para cualquier pueblo del mundo, salvo que esa tarea se la planteara un pueblo en revolución. Sólo un pueblo en revolución hubiese sido capaz de desplegar el esfuerzo y la energía necesarios para llevar adelante tan gigantesco propósito. Ese es el gran mérito de nuestro pueblo en América, haber demostrado lo que puede hacer un pueblo que vivió siglos de opresión, de coloniaje -primero español, imperialista después-, un pueblo que vivió siglos de ignorancia y de explotación, un pueblo pequeño, solamente a noventa millas de la metrópoli imperial más reaccionaria y más poderosa del mundo como potencia imperialista, no como potencia mundial. El Comandante en Jefe les dijo a los brigadistas que le habían repetido muchas veces que les dijera qué nuevas tareas se les asignarían y les explicó que se necesitaban graduados de sexto grado para el curso de iniciación de los estudios del Magisterio; graduados de Secundaria Básica para la Escuela de Maestros Primarios de Topes de Collantes; graduados de sexto grado para cursar estudios en las Escuelas Tecnológicas Industriales; graduados de octavo grado para ingresar como becados también en la Escuela "Héroes de Girón", para profesores del idioma ruso; graduados de Secundaria Básica para estudiar, como internos, en la Escuela de Idiomas, otros idiomas distintos, que los capacitará para desempeñar diversas funciones: intérpretes, traductores, en los Organismos Estatales. Añadió que se requerían muchachas para una Escuela especial de maestras, que se desarrollará también en la Escuela "Héroes de Girón", en la cual estudiarán por la mañana Instrucción Primaria, por la tarde Teoría Política y Económica y por la noche trabajarán enseñando en las escuelas nocturnas para domésticas; alumnos para la Academia Nacional de Arte; estudiantes que hayan terminado la secundaria básica, o que estén estudiando preuniversitaria, para estudiar enseñanza preuniversitaria, con destino después a la Universidad; y muchachos que tengan aprobado el sexto grado y quieran estudiar secundaria básica. En total, dijo Fidel, se les ofrecían 40 800 becas, además de la necesidad de que los cien mil brigadistas continuaran estudios para hacerse ingenieros, técnicos, profesores de idiomas, médicos, economistas, arquitectos, pedagogos, instructores de arte, artistas… Y concluyó sus palabras dando vivas a nuestra juventud gloriosa y heroica, a los maestros, a los compañeros que dirigieron y que hicieron posible -con su dirección-, este éxito, a la Revolución Cubana y al socialismo. Nuestra pequeña isla había crecido en el mapa del mundo. Cuba fue objeto del reconocimiento de los pueblos del mundo, de la ONU, y de otras organizaciones internacionales y regionales, por la gran proeza realizada. Nuestro país, consecuente con su vocación internacionalista y solidaria puso a disposición de los pueblos hermanos la experiencia obtenida. Los cientos de miles de adolescentes y jóvenes que fueron a enseñar a leer y escribir a los iletrados, cumplieron con honor, pero lo que ellos aprendieron fue mucho más; para muchos la Campaña de Alfabetización fue el definitivo abrazo, para siempre, a la Revolución y al Socialismo. En los años siguientes el Gobierno Revolucionario creó los planes masivos de becas y la gran mayoría de aquellos jóvenes que alfabetizaron cumplieron nuevamente con Fidel graduándose de múltiples especialidades de nivel medio y superior... Pero éste puede ser el comienzo de otra historia. Cuba pudo ser “Territorio libre de analfabetismo”, porque casi tres años antes, había sido “Territorio libre de América”. Nuestro país puede exhibir resultados realmente asombrosos en su Sistema Educacional como la no existencia de analfabetos, ni un solo niño sin maestro, el mayor número de maestros por habitante, la menor cantidad de alumnos promedio por maestro; y la extensión de los servicios de televisión y video hasta las escuelas de los lugares más apartados de nuestra geografía, que pueden ser utilizados mediante la instalación de varios miles de paneles solares para el suministro de la energía eléctrica donde no llega la Red Nacional.
También la disponibilidad de computadoras para fines docentes e instructivos en cada escuela; y la reciente creación de dos nuevos canales nacionales de televisión educativa, además de los de programación variada que existen, en los que la función educativa es favorecida por los programadores. Cuba puede proclamar con máxima seguridad que el analfabetismo no regresará nunca más a este país porque ya no hay niños sin escuelas o maestros, ni en los más apartados rincones de nuestra geografía, ninguno que no pueda alcanzar el noveno grado, ninguno requerido de enseñanza especial sin matrícula en las escuelas pertinentes, y todos con la posibilidad de acceso al nivel superior de enseñanza en los centros universitarios creados en los municipios del país. La Campaña de Alfabetización es una de las obras sociales más trascendentes del pasado siglo XX en Cuba: Consolidó el proceso revolucionario al hacer más libres a los cientos de miles de alfabetizados, particularmente en las zonas más apartadas de la geografía; sirvió de base a la revolución educacional que le siguió; constituyó un resorte para la activación de otros mecanismos y vías más elevados de culturización de los cubanos; posibilitó empeños mayores en el desarrollo científico y técnico de la nación; y sirvió de inspiración y motivación a muchos pueblos en el mundo Ramón Ramón Patriota cubano Integrante de la Brigada de Alfabetización Conrado Benítez Colaborador de “A Degüello” 25 de marzo de 2011
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