La posguerra al volver a casa, solo una salida
Físicamente sanos, moralmente destruidos. Muchos veteranos de las guerras de Irak y Afganistán no encuentran razón de seguir viviendo tras volver a casa. Otros no pueden encontrar un lugar digno en la vida civil. El problema del aumento la delincuencia entre los que regresan, es otro. La vida familiar se terminó para ellos, desde su regreso. El marine es un desarraigado.
Muchos buscan refugio en bandas o grupos de veteranos, en sectas o congregaciones religiosas para encontrar al compañero del frente. Pero no lo encuentran; tampoco en el sexo. Generalmente insatisfechos se vuelven violentos e irascibles. Todo eso mezclado con el recurso a las drogas, legales o ilegales que hemos mencionado.
Según las estadísticas del departamento de veteranos, cada día, 18 de sus miembros se suicidan. Durante los últimos años, la tendencia a quitarse la vida es su única salida. Fallecen más militares por esta causa que los que cayeron en Irak y Afganistán en combate.
¿Realmente dónde se está entablando la batalla? ¿en el frente o en casa? Mike Bowman vivió una triste historia: su hijo, veterano de guerra de Irak, se suicidó: "él pasó en casa ocho meses hasta que el demonio le sugirió cometer este acto", dice. Por su parte, otro padre, Jim Schulze, comenta: "me siento engañado. Nadie ayudó a mi hijo cuando lo necesitaba". Éste era marine.
"Mi hijo regresó físicamente, pero mentalmente nunca ha regresado. Después de pasar un año y medio en casa se llevó la pistola a la cabeza y apretó el gatillo", cuenta Cheryl Softich, madre de otro veterano de guerra en Irak.
Estos padres comparten la misma tragedia. Ellos perdieron a sus hijos, que marcharon a la guerra de Irak cuando eran jóvenes, fuertes y sanos... después regresaron profundamente traumatizados y atormentados por sus vivencias y pesadillas. Son miles los soldados norteamericanos que vuelven a casa con un trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, muchos se niegan a buscar ayuda en las instituciones oficiales o en la invalidez, según lo dicho, temiendo que sus enfermedades se registren en su historial médico, y de esta forma no puedan posteriormente encontrar trabajo.
Los que buscan ayuda a menudo son despreciados y deseс hados a la hora de ocupar un puesto en una empresa: “traté de encontrar trabajo… Traté de solicitar una prestación por desempleo… Un año después de retirarme, estuve al borde del suicidio y quería recibir tratamiento. Me lo negaron", narra el veterano Brian Little. Él cumplió su servicio militar en Irak y tuvo que solicitar ayuda a un servicio social de caridad para los veteranos sin hogar. Al igual que otros hombres y mujeres jóvenes de aquí, no tiene casa.
Según la Coalición Nacional de las personas sin techo de EE. UU., el 40% de los hombres sin casa son veteranos. El número abrumador de los que terminan con su vida al no encontrar otra opción estimuló al Departamento de Asuntos de los Veteranos del país a abrir una línea roja de prevención de suicidios.
El Departamento afirma que ya han disuadido a más de 10.000 personas de no poner fin a su existencia. En su mayoría, los usuarios son soldados que han vuelto de Irak y Afganistán.
Cualquier guerra puede traumatizar a un soldado, pero el nivel de suicidios entre los veteranos en EE.UU. es el más alto registrado en el país desde la guerra de Vietnam. Entonces, ¿cuál es el precio real de la guerra? ¿El billón de dólares que gastó EE.UU. en los conflictos de Irak y Afganistán o el valor incalculable de las miles de vidas rotas tanto en el frente como en sus hogares tras haber combatido por su bandera?
La Doble Moral de los Estados Unidos
La verdadera razón de la guerra de Irak hay que encontrarla en el gobierno de Bush después del 11-S. El presidente estancó a los Estados Unidos en un sexto año en el callejón sin salida de la guerra en Afganistán e Irak, sin ningún final a la vista. También hubo otros presidentes como Kennedy, Johnson, Ronald Reagan, Richard Nixon, en otros conflictos, Vietnam, El Salvador, Guatemala, Panamá, etc… El costo de estas guerras de agresión es enorme. Las pérdidas oficiales totales en los combates se sitúan en 4.538 muertos. Oficialmente, se reconocen 29.780 soldados americanos heridos en Irak.
Las cifras oficiales solo cuentan los muertos en combate antes de que sean trasladados en helicópteros o ambulancias. Cualquier soldado que muera durante o después de su traslado no cuenta.
La relación con Vietnam es evidente: mucho de lo mismo
73.000 muertos en Irak
55.000 muertos en Vietnam
Irak = Vietnam.
Y también incómoda...
Hay que tener en cuenta además a todo un nuevo sector de la intervención militar que tampoco entra en las cuentas.
El 17 de abril de 2008, AP News informó de que un nuevo estudio publicado por el RAND Corporation llegó a la conclusión que "aproximadamente 300.000 soldados americanos padecen de una depresión grave o de estrés post traumático después de su servicio en las guerras en Irak y Afganistán, y que 320.000 sufrieron daños cerebrales".
Otros factores que se suman a los anteriores incluyen: la extensión de los periodos en zonas de combate, el redespliegue de los soldados sin considerar su agotamiento o signos de estrés postraumático, el uso masivo de drogas legales (como los antidepresivos, tranquilizantes y estimulantes para parchear sus problemas mentales) amén de las ilegales que siempre se extienden allí donde llega el ejército USA: Vietnam, Afganistán, Irak.
Además del reclutamiento de soldados que ya tenían problemas psicológicos debido a los cada vez más laxos criterios de alistamiento que intentan paliar el creciente déficit que soporta el ejército que ya han sido documentados.
El 21 de abril de 2008, OpEdNews divulgó un e-mail interno de General. Michael J. Kussman –subsecretario para la salud en la Administración de los Veteranos–, a Ira Katz, jefa de salud mental en la Administración de los Veteranos, que confirma un informe del periódico de McClatchy, según el cuál 126 veteranos, de las actuales guerras, se suicidan por semana. En la medida en que estos suicidios sean atribuibles a la guerra, deberían añadirse más de 500 muertes al mes a las pérdidas en combate. Pero no es así.
Lo que nadie mencionó: entrenados para matar. El adoctrinamiento en Fort Brag
Coleman resalta que el entrenamiento militar en Fort Brag o donde sea está diseñado para "anular algo absolutamente demostrado en la última década, y es que los seres humanos sanos tienen una aversión inherente a matar a otros de su propia especie".
Los recientes avances en el entrenamiento militar están diseñados para "desconectar a los reclutas de sus identidades civiles". La intención evidente es condicionar a los soldados para matar de forma más efectiva y anular su conciencia de especie, usando la crueldad, la humillación, la degradación y la desorientación cognitiva, los reclutas son reprogramados con una nueva forma de respuestas aprendidas".
Para poder anular su natural aversión a matar a otros de su misma especie es necesario crear soldados enfermos. Sus propios versos coreados durante las penosas marchas de entrenamiento, lo muestran. En estos tiempos de individualismo y conformismo hay que seguir reivindicando sus versos: "O todos o ninguno./ O todo o nada./ Uno sólo no puede salvarse./ O los fusiles o las cadenas./ O todos o ninguno. O Todo o Nada/Vencer o morir…
Coleman sugiere muy aguda y acertadamente que "el que estos hombres y mujeres encuentren difícil seguir viviendo después de lo que han visto y en algunos casos hecho, no son un signo de su debilidad, si no una prueba de su humanidad".
En relación con las pérdidas iraquíes, los estudios de expertos dan una cifra que llega hasta 1, 2 millones de iraquíes muertos, casi todos civiles. Dos millones de iraquíes huyeron de su país y otros dos millones cambiaron de residencia dentro de Irak. Se desconocen las pérdidas afganas.
Afganistán e Irak sufrieron enormes pérdidas de civiles y daños en las viviendas, en infraestructura y el medio ambiente. Irak está seriamente afectado por el empleo abundante que hizo el ejército norteamericano de uranio empobrecido, la destrucción total de los sistemas hospitalarios y sanitarios y las redes que sirven a la higiene pública (cloacas). Todo fue aniquilado en bombardeos masivos.
Además, existe el coste económico para los Estados Unidos. El Premio Nobel de economía José Stiglitz considera que el coste total de esta invasión y la tentativa de ocupación de Irak se sitúa entre 3 y 5 billones de dólares (1 billón = 1 millón de millones…). Y ni con eso se puede pagar el daño irreversible causado, en nombre de la democracia la libertad. Menos mal que ahora los suicidios están considerados de hecho como bajas en combate según decimos en próximos párrafos.
El Gobierno norteamericano mandará desde ahora cartas de condolencia a los familiares de los militares que cometan suicidio mientras estén en servicio, señaló la CNN citando a un oficial de la Administración.
La medida invierte una política de la Casa Blanca establecida desde hace varias administraciones-Nixon, Bush, etc...- y que ha sido un gran foco de protesta por los familiares de los soldados...
Hace unas semanas, un grupo de senadores -10 demócratas y un republicano- pidió al presidente Obama cambiar lo que consideraban una política "insensible". La respuesta no se hizo esperar y Obama ha puesto fin a esta prohibición por lo que hará llegar misivas a los familiares de los soldados que se suiciden mientras están destinados en Irak, Afganistán u otras operaciones de combate.
"El presidente siente que necesitamos desestigmatizar los costes de guerra de salud mental para prevenir estas trágicas muertes, y cambiar esta política es una manera de empezar con el proceso", reza un comunicado de la Casa Blanca.
Físicamente sanos, moralmente destruidos. Muchos veteranos de las guerras de Irak y Afganistán no encuentran razón de seguir viviendo tras volver a casa. Otros no pueden encontrar un lugar digno en la vida civil. El problema del aumento la delincuencia entre los que regresan, es otro. La vida familiar se terminó para ellos, desde su regreso. El marine es un desarraigado.
Muchos buscan refugio en bandas o grupos de veteranos, en sectas o congregaciones religiosas para encontrar al compañero del frente. Pero no lo encuentran; tampoco en el sexo. Generalmente insatisfechos se vuelven violentos e irascibles. Todo eso mezclado con el recurso a las drogas, legales o ilegales que hemos mencionado.
Según las estadísticas del departamento de veteranos, cada día, 18 de sus miembros se suicidan. Durante los últimos años, la tendencia a quitarse la vida es su única salida. Fallecen más militares por esta causa que los que cayeron en Irak y Afganistán en combate.
¿Realmente dónde se está entablando la batalla? ¿en el frente o en casa? Mike Bowman vivió una triste historia: su hijo, veterano de guerra de Irak, se suicidó: "él pasó en casa ocho meses hasta que el demonio le sugirió cometer este acto", dice. Por su parte, otro padre, Jim Schulze, comenta: "me siento engañado. Nadie ayudó a mi hijo cuando lo necesitaba". Éste era marine.
"Mi hijo regresó físicamente, pero mentalmente nunca ha regresado. Después de pasar un año y medio en casa se llevó la pistola a la cabeza y apretó el gatillo", cuenta Cheryl Softich, madre de otro veterano de guerra en Irak.
Estos padres comparten la misma tragedia. Ellos perdieron a sus hijos, que marcharon a la guerra de Irak cuando eran jóvenes, fuertes y sanos... después regresaron profundamente traumatizados y atormentados por sus vivencias y pesadillas. Son miles los soldados norteamericanos que vuelven a casa con un trastorno de estrés postraumático. Sin embargo, muchos se niegan a buscar ayuda en las instituciones oficiales o en la invalidez, según lo dicho, temiendo que sus enfermedades se registren en su historial médico, y de esta forma no puedan posteriormente encontrar trabajo.
Los que buscan ayuda a menudo son despreciados y deseс hados a la hora de ocupar un puesto en una empresa: “traté de encontrar trabajo… Traté de solicitar una prestación por desempleo… Un año después de retirarme, estuve al borde del suicidio y quería recibir tratamiento. Me lo negaron", narra el veterano Brian Little. Él cumplió su servicio militar en Irak y tuvo que solicitar ayuda a un servicio social de caridad para los veteranos sin hogar. Al igual que otros hombres y mujeres jóvenes de aquí, no tiene casa.
Según la Coalición Nacional de las personas sin techo de EE. UU., el 40% de los hombres sin casa son veteranos. El número abrumador de los que terminan con su vida al no encontrar otra opción estimuló al Departamento de Asuntos de los Veteranos del país a abrir una línea roja de prevención de suicidios.
El Departamento afirma que ya han disuadido a más de 10.000 personas de no poner fin a su existencia. En su mayoría, los usuarios son soldados que han vuelto de Irak y Afganistán.
Cualquier guerra puede traumatizar a un soldado, pero el nivel de suicidios entre los veteranos en EE.UU. es el más alto registrado en el país desde la guerra de Vietnam. Entonces, ¿cuál es el precio real de la guerra? ¿El billón de dólares que gastó EE.UU. en los conflictos de Irak y Afganistán o el valor incalculable de las miles de vidas rotas tanto en el frente como en sus hogares tras haber combatido por su bandera?
La Doble Moral de los Estados Unidos
La verdadera razón de la guerra de Irak hay que encontrarla en el gobierno de Bush después del 11-S. El presidente estancó a los Estados Unidos en un sexto año en el callejón sin salida de la guerra en Afganistán e Irak, sin ningún final a la vista. También hubo otros presidentes como Kennedy, Johnson, Ronald Reagan, Richard Nixon, en otros conflictos, Vietnam, El Salvador, Guatemala, Panamá, etc… El costo de estas guerras de agresión es enorme. Las pérdidas oficiales totales en los combates se sitúan en 4.538 muertos. Oficialmente, se reconocen 29.780 soldados americanos heridos en Irak.
Las cifras oficiales solo cuentan los muertos en combate antes de que sean trasladados en helicópteros o ambulancias. Cualquier soldado que muera durante o después de su traslado no cuenta.
La relación con Vietnam es evidente: mucho de lo mismo
73.000 muertos en Irak
55.000 muertos en Vietnam
Irak = Vietnam.
Y también incómoda...
Hay que tener en cuenta además a todo un nuevo sector de la intervención militar que tampoco entra en las cuentas.
El 17 de abril de 2008, AP News informó de que un nuevo estudio publicado por el RAND Corporation llegó a la conclusión que "aproximadamente 300.000 soldados americanos padecen de una depresión grave o de estrés post traumático después de su servicio en las guerras en Irak y Afganistán, y que 320.000 sufrieron daños cerebrales".
Otros factores que se suman a los anteriores incluyen: la extensión de los periodos en zonas de combate, el redespliegue de los soldados sin considerar su agotamiento o signos de estrés postraumático, el uso masivo de drogas legales (como los antidepresivos, tranquilizantes y estimulantes para parchear sus problemas mentales) amén de las ilegales que siempre se extienden allí donde llega el ejército USA: Vietnam, Afganistán, Irak.
Además del reclutamiento de soldados que ya tenían problemas psicológicos debido a los cada vez más laxos criterios de alistamiento que intentan paliar el creciente déficit que soporta el ejército que ya han sido documentados.
El 21 de abril de 2008, OpEdNews divulgó un e-mail interno de General. Michael J. Kussman –subsecretario para la salud en la Administración de los Veteranos–, a Ira Katz, jefa de salud mental en la Administración de los Veteranos, que confirma un informe del periódico de McClatchy, según el cuál 126 veteranos, de las actuales guerras, se suicidan por semana. En la medida en que estos suicidios sean atribuibles a la guerra, deberían añadirse más de 500 muertes al mes a las pérdidas en combate. Pero no es así.
Lo que nadie mencionó: entrenados para matar. El adoctrinamiento en Fort Brag
Coleman resalta que el entrenamiento militar en Fort Brag o donde sea está diseñado para "anular algo absolutamente demostrado en la última década, y es que los seres humanos sanos tienen una aversión inherente a matar a otros de su propia especie".
Los recientes avances en el entrenamiento militar están diseñados para "desconectar a los reclutas de sus identidades civiles". La intención evidente es condicionar a los soldados para matar de forma más efectiva y anular su conciencia de especie, usando la crueldad, la humillación, la degradación y la desorientación cognitiva, los reclutas son reprogramados con una nueva forma de respuestas aprendidas".
Para poder anular su natural aversión a matar a otros de su misma especie es necesario crear soldados enfermos. Sus propios versos coreados durante las penosas marchas de entrenamiento, lo muestran. En estos tiempos de individualismo y conformismo hay que seguir reivindicando sus versos: "O todos o ninguno./ O todo o nada./ Uno sólo no puede salvarse./ O los fusiles o las cadenas./ O todos o ninguno. O Todo o Nada/Vencer o morir…
Coleman sugiere muy aguda y acertadamente que "el que estos hombres y mujeres encuentren difícil seguir viviendo después de lo que han visto y en algunos casos hecho, no son un signo de su debilidad, si no una prueba de su humanidad".
En relación con las pérdidas iraquíes, los estudios de expertos dan una cifra que llega hasta 1, 2 millones de iraquíes muertos, casi todos civiles. Dos millones de iraquíes huyeron de su país y otros dos millones cambiaron de residencia dentro de Irak. Se desconocen las pérdidas afganas.
Afganistán e Irak sufrieron enormes pérdidas de civiles y daños en las viviendas, en infraestructura y el medio ambiente. Irak está seriamente afectado por el empleo abundante que hizo el ejército norteamericano de uranio empobrecido, la destrucción total de los sistemas hospitalarios y sanitarios y las redes que sirven a la higiene pública (cloacas). Todo fue aniquilado en bombardeos masivos.
Además, existe el coste económico para los Estados Unidos. El Premio Nobel de economía José Stiglitz considera que el coste total de esta invasión y la tentativa de ocupación de Irak se sitúa entre 3 y 5 billones de dólares (1 billón = 1 millón de millones…). Y ni con eso se puede pagar el daño irreversible causado, en nombre de la democracia la libertad. Menos mal que ahora los suicidios están considerados de hecho como bajas en combate según decimos en próximos párrafos.
El Gobierno norteamericano mandará desde ahora cartas de condolencia a los familiares de los militares que cometan suicidio mientras estén en servicio, señaló la CNN citando a un oficial de la Administración.
La medida invierte una política de la Casa Blanca establecida desde hace varias administraciones-Nixon, Bush, etc...- y que ha sido un gran foco de protesta por los familiares de los soldados...
Hace unas semanas, un grupo de senadores -10 demócratas y un republicano- pidió al presidente Obama cambiar lo que consideraban una política "insensible". La respuesta no se hizo esperar y Obama ha puesto fin a esta prohibición por lo que hará llegar misivas a los familiares de los soldados que se suiciden mientras están destinados en Irak, Afganistán u otras operaciones de combate.
"El presidente siente que necesitamos desestigmatizar los costes de guerra de salud mental para prevenir estas trágicas muertes, y cambiar esta política es una manera de empezar con el proceso", reza un comunicado de la Casa Blanca.