sábado, 9 de abril de 2011

El Diario de El Paso: Alegatos finales, 3, Por José Pertierra

LÁGRIMAS DE COCODRILO

El abogado terminó su presentación enjugándose las lágrimas.
“Mi cliente tiene 83 años. Estaba haciendo algo por su país. Es un hombre muy especial, quien ahora simplemente quiere regresar a su casa para estar con su familia, con su esposa, sus hijos, sus nietos”, dijo Hernández, otra vez señalando hacia donde estaban sentados los chicanos en la sala judicial.
Es interesante que durante los tres meses que ha durado este caso en El Paso, ni la esposa, ni los hijos o los nietos de Posada Carriles lo han acompañado. No sé si el jurado se dio cuenta, y tampoco sé si han visto que los chicanos a quienes señalaba Hernández no parecen ser parientes del acusado.
Como si estuviera hablándole al exilio cubano por los micrófonos de Armando Pérez Roura en Miami, Hernández finalizó su alocución: “La historia espera su veredicto. Una comunidad entera espera su veredicto. Por favor, por favor, por favor, escuchen a sus corazones”, y por el rostro del abogado de Luis Posada Carriles volvieron a correr lágrimas de cocodrilo.

ESCILA Y CARIBDIS

“¿Cómo navegas entre esas dos evidencias?”, se preguntó Reardon, y comparó la situación del abogado Hernández con la de Odiseo al encontrarse en un estrecho paso marítimo entre los monstruos de Escila y su contraparte Caribdis. Cuenta Homero que los lados del canal por donde tenía que atravesar Odiseo estaban dentro del alcance de una flecha, de modo que los barcos que intentasen evitar a Caribdis deberían acercarse a Escila y viceversa. “El señor Posada tampoco tiene salida”, dijo Reardon.
El fiscal le recordó al jurado del testimonio de Enrico Gollo, quien vio a Fabio Di Celmo morir. “Gracias a Dios que vino a El Paso el señor Gollo. Contó como vio a su amigo morir”, dijo Reardon. “No fue Fidel Castro el que murió. ¿Verdad?”, preguntó Reardon mientras miraba a Posada Carriles.

BLUNDERBUSS

Recordando la referencia a La Historia de las dos ciudades, de Charles Dickens que había hecho hace poco el abogado mayamense, Reardon comparó los argumentos de Arturo Hernández con los disparos del cañón Blunderbuss en esa misma novela: “Un pequeño cañón que dispara muchas bolas con mucho humo, pero sin puntería”. Reardon no lo dijo, pero blunderbuss también quiere decir una persona torpe y sin sutileza. No creo que el abogado defensor se haya dado cuenta del insulto.

LO QUE DESTRUYE A UN HOMBRE

“Lo que destruye a un hombre no son las cualidades que le faltan, sino las que tiene”, dijo Reardon y con esta frase cerró el caso como lo comenzó hace tres meses.  Inmediatamente Cardone le dio las gracias a todos, miró al jurado y le entregó el caso para que este viernes comience a deliberar sobre el veredicto.
Lo último que se escuchó fueron las palabras secas de la jueza Cardone. “We stand in recess until tomorrow” [Estamos en receso hasta mañana]. Todos se pararon para despedir al jurado, y la supuesta familia chicana de Posada Carriles se acercó al acusado para darle aliento.
*José Pertierra es abogado en Washington DC. Representa al gobierno de Venezuela en el caso de extradición de Luis Posada Carriles.

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