domingo, 24 de abril de 2011

Barrio adentro por ocho años

MARIELA PÉREZ VALENZUELA

Este abril, mes de fechas memorables para los cubanos – como el aniversario 50 de la victoria en Playa Girón y la declaración por Fidel Castro del carácter socialista de la Revolución –, también se conmemora el nacimiento, hace ocho años, de un programa que es expresión de la vocación solidaria de Cuba: la Misión Barrio Adentro.
Incluida en el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, suscrito en Caracas en octubre de 2000 para fortalecer los vínculos entre los dos países, Barrio Adentro llega a su octavo aniversario con más de 438 millones de consultas médicas, oftalmológicas y odontológicas ofrecidas de manera gratuita por los galenos de la Isla, muchas veces en aquellos lugares de la geografía venezolana donde no se disponía de ese personal.
Para quienes conocimos de cerca lo que ha significado este programa de salud pública para millones de venezolanos y venezolanas humildes, es imposible no recordar, por estos días, a Katy, la negra, a quien conocimos en un consultorio en el cerro en Las Mayas, en Caracas, mientras trabajaba como auxiliar de enfermera en el 2006, junto a los médicos cubanos.
“Yo no quiero nada con los cubanos” dijo Katy cuando fueron a preguntarle del Comité de Salud en el 2003 si estaba dispuesta a brindar su humilde vivienda para instalar allí un consultorio.
Cuando la entrevisté, Barrio Adentro había cumplido tres años y Katy tenía una visión diferente de las “cosas extrañas” que al principio, dijo, tenía en su cabeza. “Imagínense, confesó, si los periodistas y la televisión decían que los cubanos venían a matar”.
Hace ocho años, cuando en abril de 2003 nació en Venezuela la misión Barrio Adentro y luego de sacudirse de su cabeza los fantasmas de una biliosa propaganda, Katy brindó su casa para recibir a dos médicos cubanos, los primeros en llegar a ese olvidado lugar de la cosmopolita Caracas.
Conversadora y con una risa contagiosa, ella conserva numerosas anécdotas de aquellos primeros días, como cuando de un basurero recogieron unas tablas y con unos ahorritos compraron unas planchas de zinc, cemento y pintura para levantar la consulta.
CIFRAS CORROBORAN EL ÉXITO DE ESTE PROGRAMA
La llegada a Caracas, el 16 de abril de 2003, de los primeros médicos cubanos para iniciar la Misión Barrio Adentro produjo criterios diferentes entre quienes confiaban en la dedicación, profesionalidad y desinterés de los cooperantes de la Isla, y grupos de opositores, que inútilmente intentaron obstaculizar este humanitario programa social.
Incluso para los venezolanos que abrieron las puertas de sus moradas para que los colaboradores cubanos de la salud vivieran en ellas y atendieran a la población, era impensable que, hasta la fecha, se hubieran salvado 302 mil 171 vidas y atendieran siete mil 382 partos en seis mil 712 establecimientos de Barrio Adentro I.

En estos años, divulgó en su página web el Ministerio de Salud de ese país, la red de Ópticas Populares, de las que existen 459 en Venezuela, atendió más de 30 millones de casos de hipermetropía, astigmatismo, presbicia y miopía, mientras el servicio odontológico prestó atención a más de 67 millones de personas.
En el inicio del programa, los doctores cubanos tenían como tareas principales acciones preventivas y asistenciales, y educar desde el punto de vista sanitario a la población, en las que recibieron el apoyo de los Comités de Salud, conformados por ciudadanos de cada lugar.
Tras lograrse la atención preventiva y asistencial primaria, y luego de comenzar servicios de odontología y óptica, que incluye la entrega de lentes gratuitos a los necesitados, nació la Misión Barrio Adentro II.
Ese programa significó la creación progresiva de 533 Centros de Diagnóstico Integral (CDI) (se aspira completar la cifra de 600) con atención de emergencia y terapia intensiva las 24 horas.

Tales instituciones, establecidas en los 24 estados venezolanos, ofrecen servicios de Rayos X, laboratorio, ecosonografía, sistema ultramicroanalítico para enfermedades virales y congénitas, endoscopía, electrocardiografía y oftalmología.
También, Barrio Adentro II incluyó la edificación de 570 Salas de Rehabilitación Integral (SRI) con servicios de electroterapia, termoterapia, hidroterapia, gimnasio, terapia ocupacional, medicina natural, tradicional, podología, logopedia y foniatría.
Asimismo, se han construido 31 Centros de Diagnósticos de Alta Tecnología, con equipos de diagnóstico de última generación que permiten detectar y diagnosticar cualquier enfermedad.
Autoridades de la salud en Venezuela indicaron que en estos ocho años los CDI han atendido más de 59 millones de casos por emergencia; se contabilizan 411 mil 455 ingresos a Terapia Intensiva; 927 mil 751 intervenciones quirúrgicas, además de cinco mil 467 partos asistidos.
Mientras, en las Salas de Rehabilitación Integral (SRI) las personas con discapacidades motoras mejoran su calidad de vida gracias a los servicios que allí se prestan.
Actualmente, las SRI contabilizan 11 millones 691 mil 170 consultas, 519 millones 304 mil 063 tratamientos aplicados y más de 27 millones de tratamientos de medicina natural y tradicional.
Desde que comenzó el proyecto y como parte de la esencia de Barrio Adentro se ha priorizado la formación de jóvenes venezolanos en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) en Cuba y en la existente en su país, donde los galenos cubanos también ejercen como docentes.
En ese sentido, a la Misión se han incorporado miles de jóvenes que concluyeron sus estudios de medicina en la Isla y se han sumado algunos de ellos a los médicos cubanos que atienden a la población haitiana, tras el brote de cólera que se desató en ese país el año pasado.
Cuando surgió Barrio Adentro más de 17 millones de personas no tenían acceso a la atención médica, e incluso sectores de clase media sufrían las consecuencias de la privatización y la mercantilización de los servicios de salud.
Los resultados alcanzados hasta hoy justifican que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reconozca a esta Misión “como el mejor ejemplo mundial de la concreción latinoamericana más específica sobre el tema de la nueva atención primaria en salud”.
Para el presidente Hugo Chávez, “privatizar la salud significa negarle al pueblo un derecho humano esencial, un derecho humano fundamental, convertir la salud en una mercancía es un negocio. La Revolución llegó para destrozar esa línea neoliberal y devolverle al pueblo lo que es del pueblo: la salud, la vida, la felicidad…”
La Revolución bolivariana, con la creación y perfeccionamiento de las misiones sociales, como Barrio Adentro, devolvió la felicidad y ha cambiado el destino de millones de venezolanos y venezolanas, privados antes de la asunción de Chávez del acceso a la atención de su salud, de manera gratuita y con alta calidad profesional.

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