miércoles, 6 de abril de 2011

Nicaragua: La victoria del FSLN hará posible profundizar los cambios, 3 de 4

El Frente Sandinista tiene la gran ventaja de que la oposición está atomizada, desestructurada, sin liderazgo claro y sin programa. La fragmentación de la oposición por sus contradicciones personales les impide concurrir unidos y eso opera a favor del Frente Sandinista. Sus adversarios son adversarios debilitados. Con una debilidad no sólo marcada por su división sino por razones ideológicas.
Quienes impusieron en Nicaragua la privatización de la salud y la educación públicas fueron estos adversarios. Todos los paradigmas con los que ellos trabajaron desde el gobierno han sido pulverizados con el correr de los años. Por eso el discurso de la oposición es un discurso hueco. Cuando le preguntan a Alemán o a Montealegre qué harían con el programa Hambre Cero, ambos dicen que es bueno pero que ellos harían cosas mejores. Les han preguntado también sobre la crisis energética y lo mismo dicen: que el gobierno ha hecho un buen trabajo, pero que hay que traer más inversiones…Tenemos enfrente a una oposición sin ideas propias sobre qué hacer en el país. Y así, si vamos desmenuzando los problemas principales del país y buscamos las propuestas de solución que tiene el adversario y las que tiene el Frente Sandinista, encontramos, obviamente, demasiadas similitudes, con la gran diferencia de que el Frente ya está haciendo las cosas y los otros no las hicieron cuando estuvieron en el gobierno. Tenemos la gran ventaja de una oposición debilitada desde el punto de vista de sus propuestas del modelo de sociedad y desde el punto de vista de sus antecedentes. No tienen ideas nuevas que proponer.

En el actual sistema electoral, basado en los partidos políticos, son los partidos los que tienen la preeminencia. Son los partidos los que tienen puestos rectores en todas las estructuras del Consejo Supremo Electoral ¿Quiénes van a contar los votos? Los partidos. ¿Y quiénes los van a vigilar? Los partidos, que tienen a sus fiscales en cada junta receptora de votos. Según la Ley, los dos partidos que sean mayoritarios en las elecciones anteriores son los que dominan todas las estructuras electorales y todas las mesas de votación. Como fruto de las elecciones de 2006 esos dos partidos son el FSLN y la ALN. Entre ambos se reparten todos los Consejos departamentales, todos los Consejos municipales y todas las juntas receptoras de votos. Sólo el tercer miembro en los Consejos y las juntas le queda a los partidos minoritarios. Tres miembros en cada junta: el primero de uno de estos dos partidos, el segundo también y el tercero de los otros partidos. Ése es el marco legal en el que se va a disputar el poder en las elecciones de este año. ¿Es justo o no? Eso es harina de otro costal.

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