miércoles, 6 de abril de 2011

Cuba denuncia 1

Por Pedro Etcheverry Vázquez y José Luis Méndez Méndez

El 20 de enero de 1993 asumió oficialmente la presidencia de Estados Unidos el candidato del Partido Demócrata William Clinton, en el momento más crítico del Período Especial, cuando la situación económica de Cuba se encontraba en franco deterioro y las consecuencias del cada vez más férreo bloqueo económico, comercial y financiero se agravaban en torno a la isla. Clinton instrumentó el corte del comercio con Cuba de las subsidiarias norteamericanas en terceros países, como estaba establecido en la Enmienda Torricelli, firmada por George H. W. Bush poco antes de celebrarse las elecciones presidenciales. Durante esta administración se ejecutarían 128 actos de terror en distintas modalidades y se registrarían cientos de planes agresivos.

La terrorista, anexionista y mafiosa Fundación Nacional Cubano Americana, junto a otras organizaciones contrarrevolucionarias en Estados Unidos vaticinaba y hacía reiterados pronósticos de que la Revolución “colapsaría”, “tocaría fondo”. Sus principales directivos hacían las maletas para instalarse en Cuba y marchar hacia el pasado. Soñaban con que sus ilusiones se hicieran realidad, pero como reza el viejo refrán: “los sueños, sueños son”.

La nueva administración dio continuidad a la agresividad contra Cuba de su predecesora. Toleró las acciones de los grupos terroristas basificados en su territorio, que con plena impunidad siguieron involucrados en nuevos planes con muy malas intenciones. El 29 de enero un comando del llamado Partido Unido Nacional Democrático, PUND, preparaba a bordo del barco Angélica incursionar contra las costas de Cuba. El 2 de abril otro grupo, de las decenas que proliferaron en la Florida en esos años, el Ejercito Armado Secreto, EAS, atacó al barco mercante Mikonos, cerca de la bahía de Matanzas, para aterrorizar a quienes transportaban combustible y mercancías hacia y desde la Isla. Los emigrados cubanos que abogaban por unas relaciones armónicas con las autoridades cubanas, la reunificación familiar y contra el terrorismo son víctimas de la intolerancia y el terror. El 30 de abril, las oficinas de la emigrada Magda Montiel Davis, son amenazadas con la colocación de bombas.

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