En respuesta a la histórica solidaridad de Cuba con otros países, 731 jóvenes haitianos se han formado en la Facultad Caribeña de Medicina, en la oriental provincia de Santiago de Cuba, desde que en 1999 se inició la colaboración, a raíz del paso del huracán Mitch por Centroamérica, que dejó significativas pérdidas humanas y materiales.
Este mes de julio concluyen sus estudios universitarios miles de estudiantes cubanos y de otras naciones que se encuentran en la Isla, entre ellos 115 nuevos médicos de Haití, que pronto retornaran a su país para brindar salud a sus hermanos de manera gratuita.
Así lo confirmó la doctora Rosa Delia Decónger Castellanos, rectora de la institución, quien explicó que los primeros galenos haitianos egresaron en el 2005, en tanto en la actualidad se mantienen cursando diferentes años de la carrera 291 jóvenes de ese país.
Comentó que de forma paralela el centro ha desarrollado el programa de preparación de especialistas haitianos, con el resultado de 244 graduados en Medicina General Integral, especialidad que en estos momentos cursan otros en su propia nación, mientras que más de 100 residentes realizan en Cuba su segunda especialidad, principalmente en pediatría, cirugía, gineco obstetricia y cardiología.
Tras destacar que muchos de los nuevos graduados formaron parte de la Brigada Médica Cubana que asistió a las víctimas del devastador terremoto que en el 2010 afectó a Puerto Príncipe, la capital de Haití, Castellanos añadió que en los próximos días recibirán el título de Doctor en Medicina, junto a otros 293 estudiantes cubanos y 27 de Guinea.
Entre ellos ostentan Título de Oro 30 haitianos, 44 de Cuba y 12 de Guinea.
Esa institución docente ha graduado un total de cuatro mil 812 médicos, entre ellos a mil 51 extranjeros de 25 naciones, fundamentalmente caribeñas y africanas, así como dos mil 419 licenciados en enfermería cubanos.
CUBA SIEMPRE HA ESTADO EN HAITI
La solidaridad de Cuba con Haití no se limita a la formación de médicos en la Isla.
De la misma forma que hace más de una década se movilizaron para atender a la población haitiana tras el paso del huracán George, que azotó a la región sureste de Haití causando la muerte a miles de personas, los trabajadores de la salud cubana que se encontraban allí cuando el terremoto del 12 de enero de 2010, se incorporaron a trabajar desde el mismo instante que la tierra dejó de temblar.
La vocación humanista de Cuba se puso de manifiesto una vez más al iniciar su trabajo la Brigada Médica que ofrece sus servicios solidarios en Puerto Príncipe apenas se dejó de sentir el temblor de siete grados en la escala de Richter, ocurrido a las 16:53 horas locales, y al que siguieron dos réplicas de 5,9 y 5,5 grados.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) dio muestras de su fortaleza política, económica y de su poder organizativo, a partir de las decisiones que adoptó para ayudar a que fuera menor el sufrimiento de millones de haitianos, quienes vieron convertirse en ruinas a su ya empobrecido país.
El ALBA se movilizó tras el sismo: los médicos cubanos formaron un hospital de campaña en una instalación anexa al centro hospitalario que sufrió derrumbes en sus instalaciones y en menos de 24 horas atendieron a unos mil pacientes y realizaron 19 intervenciones quirúrgicas en medio de condiciones extremadamente difíciles.
A ellos se les unió pocas horas después de la catástrofe la brigada médica cubana creada para situaciones de desastres naturales, que llevó a ese territorio medicamentos, avituallamiento, alimentos, bolsas de suero y de plasma.
En Haití, donde solo en las cabeceras departamentales un hospital estatal ofrece algunos servicios específicos que hay que pagar, en el 2009 constructores haitianos e ingenieros cubanos trabajaban en la edificación de diez Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para la atención gratuita de cientos de miles de personas pobres.
En los ya inaugurados, construidos con presupuesto venezolano y equipados con tecnología cubana, se brindan servicios de rayos x, ultrasonido, endoscopía, electrocardiografía, cirugía, ginecobstetricia, terapia intensiva, hospitalización, laboratorio clínico y cuerpo de guardia, y en ellos trabajan, junto a los galenos cubanos, jóvenes haitianos graduados de la carrera de medicina en Santiago de Cuba.
Aun en medio de las adversidades producidas por el terremoto, el huracán que azotó a la empobrecida nación ese mismo año y la pobreza, la brigada médica cubana ha logrado salvar la vida a miles de personas que hubiesen fallecido de no contar con asistencia médica.
En Haití se encuentran hoy cientos de médicos y enfermeras, muchos de ellos con experiencia en la atención de pacientes en situaciones de desastres y epidemias, y graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), quienes se unieron a los más de mil colaboradores de la salud de la Isla que estaban allí, la mayoría del Programa Integral de Salud.
Meses después del terremoto, se desató, como era de esperar, una epidemia de cólera. Consagrados a la lucha contra ese mal, los cubanos lograron reducir el índice de mortalidad por debajo de uno por ciento en los lugares donde tratan la dolencia e incluso semanas después cifras oficiales indicaban que había días en los que no registraban decesos.
En medio de tantas adversidades, los médicos cubanos no se detienen.
Los haitianos recobran poco a poco su ritmo de vida. Muchos están aprendiendo a leer y a escribir con el método cubano de alfabetización Yo, Sí Puedo. Aunque la ayuda internacional nunca ha llegado de la forma prometida, eso no es problema para los cubanos, consagrados a la noble labor de llevar salud y educación a un pueblo hermano.
Este mes de julio concluyen sus estudios universitarios miles de estudiantes cubanos y de otras naciones que se encuentran en la Isla, entre ellos 115 nuevos médicos de Haití, que pronto retornaran a su país para brindar salud a sus hermanos de manera gratuita.
Así lo confirmó la doctora Rosa Delia Decónger Castellanos, rectora de la institución, quien explicó que los primeros galenos haitianos egresaron en el 2005, en tanto en la actualidad se mantienen cursando diferentes años de la carrera 291 jóvenes de ese país.
Comentó que de forma paralela el centro ha desarrollado el programa de preparación de especialistas haitianos, con el resultado de 244 graduados en Medicina General Integral, especialidad que en estos momentos cursan otros en su propia nación, mientras que más de 100 residentes realizan en Cuba su segunda especialidad, principalmente en pediatría, cirugía, gineco obstetricia y cardiología.
Tras destacar que muchos de los nuevos graduados formaron parte de la Brigada Médica Cubana que asistió a las víctimas del devastador terremoto que en el 2010 afectó a Puerto Príncipe, la capital de Haití, Castellanos añadió que en los próximos días recibirán el título de Doctor en Medicina, junto a otros 293 estudiantes cubanos y 27 de Guinea.
Entre ellos ostentan Título de Oro 30 haitianos, 44 de Cuba y 12 de Guinea.
Esa institución docente ha graduado un total de cuatro mil 812 médicos, entre ellos a mil 51 extranjeros de 25 naciones, fundamentalmente caribeñas y africanas, así como dos mil 419 licenciados en enfermería cubanos.
CUBA SIEMPRE HA ESTADO EN HAITI
La solidaridad de Cuba con Haití no se limita a la formación de médicos en la Isla.
De la misma forma que hace más de una década se movilizaron para atender a la población haitiana tras el paso del huracán George, que azotó a la región sureste de Haití causando la muerte a miles de personas, los trabajadores de la salud cubana que se encontraban allí cuando el terremoto del 12 de enero de 2010, se incorporaron a trabajar desde el mismo instante que la tierra dejó de temblar.
La vocación humanista de Cuba se puso de manifiesto una vez más al iniciar su trabajo la Brigada Médica que ofrece sus servicios solidarios en Puerto Príncipe apenas se dejó de sentir el temblor de siete grados en la escala de Richter, ocurrido a las 16:53 horas locales, y al que siguieron dos réplicas de 5,9 y 5,5 grados.
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) dio muestras de su fortaleza política, económica y de su poder organizativo, a partir de las decisiones que adoptó para ayudar a que fuera menor el sufrimiento de millones de haitianos, quienes vieron convertirse en ruinas a su ya empobrecido país.
El ALBA se movilizó tras el sismo: los médicos cubanos formaron un hospital de campaña en una instalación anexa al centro hospitalario que sufrió derrumbes en sus instalaciones y en menos de 24 horas atendieron a unos mil pacientes y realizaron 19 intervenciones quirúrgicas en medio de condiciones extremadamente difíciles.
A ellos se les unió pocas horas después de la catástrofe la brigada médica cubana creada para situaciones de desastres naturales, que llevó a ese territorio medicamentos, avituallamiento, alimentos, bolsas de suero y de plasma.
En Haití, donde solo en las cabeceras departamentales un hospital estatal ofrece algunos servicios específicos que hay que pagar, en el 2009 constructores haitianos e ingenieros cubanos trabajaban en la edificación de diez Centros de Diagnóstico Integral (CDI) para la atención gratuita de cientos de miles de personas pobres.
En los ya inaugurados, construidos con presupuesto venezolano y equipados con tecnología cubana, se brindan servicios de rayos x, ultrasonido, endoscopía, electrocardiografía, cirugía, ginecobstetricia, terapia intensiva, hospitalización, laboratorio clínico y cuerpo de guardia, y en ellos trabajan, junto a los galenos cubanos, jóvenes haitianos graduados de la carrera de medicina en Santiago de Cuba.
Aun en medio de las adversidades producidas por el terremoto, el huracán que azotó a la empobrecida nación ese mismo año y la pobreza, la brigada médica cubana ha logrado salvar la vida a miles de personas que hubiesen fallecido de no contar con asistencia médica.
En Haití se encuentran hoy cientos de médicos y enfermeras, muchos de ellos con experiencia en la atención de pacientes en situaciones de desastres y epidemias, y graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM), quienes se unieron a los más de mil colaboradores de la salud de la Isla que estaban allí, la mayoría del Programa Integral de Salud.
Meses después del terremoto, se desató, como era de esperar, una epidemia de cólera. Consagrados a la lucha contra ese mal, los cubanos lograron reducir el índice de mortalidad por debajo de uno por ciento en los lugares donde tratan la dolencia e incluso semanas después cifras oficiales indicaban que había días en los que no registraban decesos.
En medio de tantas adversidades, los médicos cubanos no se detienen.
Los haitianos recobran poco a poco su ritmo de vida. Muchos están aprendiendo a leer y a escribir con el método cubano de alfabetización Yo, Sí Puedo. Aunque la ayuda internacional nunca ha llegado de la forma prometida, eso no es problema para los cubanos, consagrados a la noble labor de llevar salud y educación a un pueblo hermano.
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