viernes, 8 de abril de 2011

Nicaragua: La victoria del FSLN hará posible profundizar los cambios, 4 de 4

¿Es importante que haya observadores? Recordemos: en las elecciones de 1996 aquí estuvo Jimmy Carter, Oscar Arias, Cesar Gaviria y un ejército de observadores. Y hubo un fraude descomunal. ¿Y qué fue lo que le dijo Jimmy Carter a Daniel? "En otro país hubiéramos repetido las elecciones, pero vos tenés que aceptar y sacrificarte en aras de la paz". Literal, me consta. Y lo mismo le dijo Oscar Arias, y lo mismo le dijo César Gaviria. Y después los tres salieron defendiendo la transparencia del proceso electoral.

Ha habido elecciones observadas en Haití y fue el colmo: el resultado no fue el oficial, sino el que impusieron los observadores de la OEA. Mayor intromisión e injerencia jamás. El fraude descomunal en Irak fue observado por la Unión Europea. En El Salvador las últimas elecciones fueron observadas y Funes ganó con el 58-59% de los votos, pero sólo le adjudicaron el 51%. Así que no es cierto que los observadores garantizan fiabilidad y transparencia en los resultados. ¿Cuál es el elemento vital para garantizar una elección? Los propios ciudadanos. Y los fiscales de los partidos. Alemán, que no es baboso, se está preparando para la eventualidad de que él presuma que le están robando las elecciones. O que va cerrada la votación. Él se está preparando. Y nosotros también.

¿Cómo nos imaginamos el país dentro de cinco años más de gobierno del Frente Sandinista? Un país que en vez de tener el 19% de desnutrición crónica, tal como tenemos ahorita -estaba en el 27% cuando asumimos el gobierno- haya reducido la desnutrición al 4-5%. Un país en donde hayamos logrado la meta del sexto grado para todos. Un país con una producción de alimentos cercana a los 10 millones de quintales de arroz y frijoles y con un proceso de agroindustrialización de la leche, la carne y los granos básicos ya iniciado. Nos imaginamos un país mucho más integrado, mucho más vertebrado.

¿Estamos hoy mejor que hace cinco años? Eso depende de cada quien, no hay una respuesta universal. Hay muchas personas que están hoy mejor que antes, hay otras que no lo están, hay otras que están igual que antes. Pero hay indicadores generales que dicen que tenemos hoy mejores condiciones. Hace cinco años se pagaba la educación y hoy no se paga. Hace cinco años se pagaba en los hospitales y hoy no se paga. Hace cinco años había racionamiento de energía eléctrica y hoy no lo hay. Creo que Nicaragua está hoy mejor que hace cinco años y creo que hemos sentado bases suficientes para estar mucho mejor dentro de otros cinco años de gobierno del Frente Sandinista. La pobreza sigue ahí. Para poder resolver el problema de pobreza necesitamos crecer anualmente al menos un 10% durante 20 años seguidos. Es un desafío gigantesco, que no depende exclusivamente de lo que pase en Nicaragua, sino también de lo que sucede en el contexto mundial. Estemos claros: la pobreza es un fenómeno que no se logra resolver solamente con voluntad política. Es importante la voluntad política, pero no es suficiente.

Yo creo que el país al que nos dirigimos será un país sustancialmente mejor.

El principal desafío del Frente Sandinista al asumir el gobierno en 2007 era cómo hacer un gobierno progresista, que defendiera los intereses de las mayorías, sin pelearse con los gringos, sin pelearse con los ricos y sin pelearse con la jerarquía católica. Y ha tenido éxito: no se ha peleado con los gringos y no se ha peleado con la oligarquía. Donde no ha sido tan exitoso es en las relaciones con la jerarquía católica, pero aún así eso ha sido adecuadamente mediatizado y los daños han sido reducidos al mínimo.

Ésos eran nuestros grandes desafíos y ésos eran los temores que tenía la gente: que si gana el Frente va a confiscar, que si gana se va a pelear con los gringos, se van a ir los capitales, no van a llegar las remesas familiares…Estos miedos ya han desaparecido. Y por eso estas elecciones van a ser las más libres de los últimos veinte años. Ya no hay miedos. Ya no hay miedo a que según por quien vote uno va a venir la guerra o se van a ir los reales. En ese sentido, van a ser unas elecciones sumamente libres. En las elecciones de 1990 nos pusieron una pistola en la cabeza: si siguen votando por los sandinistas va a seguir la guerra. Y todavía en las elecciones de 1996, en las de 2001 y también en las de 2006 nos decían lo mismo. Esta vez ya eso pasó. La gente va a poder votar con su conciencia y sin los miedos recurrentes del pasado.

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