sábado, 26 de marzo de 2011

El Plan Bush, la administración Obama y el despliegue del cibercomando contra Cuba

Por Carlos Fremez Hace ya más de un año, una amiga conocedora de las lides de internet, me explicaba algunos componentes de la estrategia de subversión contra Cuba mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información, así como su previsible incremento en esta y las próximas décadas. Reconozco que en aquel entonces no valoré adecuadamente lo premonitorias que resultarían sus palabras. Y es que la intención de utilizar la Internet y la promoción de redes sociales como vías para la desestabilización interna, representan la continuidad de la política agresiva de la administración de Estados Unidos. Este gobierno fue el que la diseñó y los rasgos actuales ratifican su aplicación en la práctica. Esta aseveración se confirma con algunas ideas expuestas en el llamado plan Bush, que como se recuerda, constituyó el principal programa de ese gobierno para destruir a la revolución cubana y reinstaurar el capitalismo en la isla. Algunos fragmentos tomados de ese documento ilustran ampliamente esta afirmación: “Es muy importante que los grupos de la sociedad civil cubana independiente continúen obteniendo mayor acceso al equipamiento moderno básico para ayudar a expandir la distribución de información independiente y facilitar las actividades en favor de la democracia. “El acceso continuo a esos tipos de equipamientos ayuda a que la sociedad civil en CUBA disemine la información al pueblo cubano y contrarreste las gestiones del régimen para mantener su garra sobre el pueblo cubano mediante el control exclusivo de todas las formas de comunicación.” Estos proyectos expuestos el año 2006, constituían la actualización de un programa publicado en el 2004, algunas de cuyas líneas se venían desarrollando desde hacía varios años, entre otras acciones, con la inauguración de un “centro de internet” en la oficina de intereses norteamericanos en La Habana (SINA), lugar donde reciben clases e instrucciones los denominados “periodistas independientes” cubanos y donde también cobran el pago, entregado por diplomáticos de ese país, por los trabajos que publican en la web desde esa instalación, donde distorsionan de forma virulenta la realidad de su nación. Otra de las tareas desarrolladas en ese período, fue el acelerado repunte de una bloguera artificialmente fabricada. Su nombre no tiene importancia porque solo es una pequeña parte de un plan en el que vendrán otros y otras y además, esta operación ha sido ampliamente explicada por especialistas e intelectuales que siguen estos temas. Solo llamar la atención al observar que su imagen es sobredimensionada en medios de comunicación internacionales de la derecha, con una envergadura sin antecedentes que revela la inmensa cantidad de fondos que se destinan a su promoción. A veces considero que hay que entender a esos medios. Solo son consecuentes con lo que representan y con el negocio. Cualquiera de ellos gana más poniendo a la bloguera en una esquina, que una imagen de Coca Cola en primera plana y a página completa. TRAS(FONDOS) DE LA SUBVERSIÓN Por otra parte, son ampliamente conocidos los escándalos por el robo de multimillonarios fondos destinados por las sucesivas administraciones de Estados Unidos a la subversión contra Cuba, por miembros de esos gobiernos y de grupos en Miami, que han hecho de ese dinero el negocio de su vida. Esta realidad ha obligado desde hace varios años a ese gobierno, a evaluar una mejor utilización de ese dinero, no tanto por la corrupción y el robo imperante, como por la necesidad de lograr que realmente cumpla su cometido de movilizar fuerzas dentro y fuera de Cuba, que convenientemente pagadas, estén dispuestas a llevar adelante sus planes ilusorios de derrocamiento de la revolución. En el contexto de la distribución de fondos para esta estrategia de subversión, el 29.03.2008, un artículo del Miami Herald titulado “EEUU DARÁ MENOS AYUDA A LOS GRUPOS DE MIAMI, señalaba que: “Los fondos ahora se concederán mediante licitación competitiva, y los funcionarios están instando a grupos de Latinoamérica y Europa Oriental. El ejecutivo de EEUU está especialmente ansioso de recibir propuestas que sirvan para suministrarles tecnologías de comunicación a activistas en Cuba.” El 7 de mayo de 2008, otro diario norteamericano, Los Angeles Times, publicó bajo la firma de Paul Richter: “La USAID, a cargo de supervisar el programa para promover la democracia en Cuba, está tratando de convencer a grupos no gubernamentales en Europa central y América latina de que se unan a organizaciones estadounidenses para solicitar subvenciones…. El objetivo es utilizar la mayor parte del presupuesto de 45 millones de dólares para comprar equipos de telecomunicaciones como teléfonos celulares y medios para acceder a la Internet.” El propio ex presidente George W. Bush manifestaba en su discurso injerencista sobre Cuba, El 21 de mayo de 2008: “ahora que el pueblo cubano tiene acceso libre a computadoras, también debe tener acceso libre al Internet. Hoy también repito mi oferta de otorgar licencias a grupos basados en la fe y ONG de Estados Unidos para que proporcionen computadoras e Internet al pueblo cubano…… “ Muchos recuerdan al tristemente célebre ex jefe de la SINA Michael Parmly, denunciado por el gobierno cubano cuando traía dinero en efectivo de un terrorista preso en Estados Unidos, a miembros de grupos contrarrevolucionarios en La Habana. Ese dinero, procedente de los contribuyentes norteamericanos, se entregaba al terrorista en la cárcel y desde allí, lo enviaba a Cuba para poder presentarse ante el juez como un colaborador de organizaciones pacíficas en Cuba. Hasta ese “diplomático” tuvo la desfachatez de abordar la cuestión de incrementar la internet en la nación cubana a pocos días de ese escándalo, en un discurso realizado en la SINA por el 4 de julio de 2008, cuando afirmaba que: “las empresas de tecnología de los Estados Unidos están dispuestas en este momento -¡ya!- a conectar a cuba a la red de Internet y el gobierno estadounidense no se opondría.” EL PLAN HEREDADO En ese escenario del gobierno de Bush intentando promover la Internet y la cibersubversión en Cuba, asume la presidencia de Estados Unidos Barack Obama. No recuerdo que en ninguno de sus discursos electorales haya incluido el tema de internet y las comunicaciones, en sus propuestas de política con relación a Cuba. Sin embargo una revisión de las decisiones anunciadas por el presidente norteamericano en fecha tan temprana como el 13 de abril del 2009, arroja que la mayoría de su políticas con relación a la isla, se orientaban a temas de conectividad y comunicaciones, aspectos que extrañamente ni siquiera había mencionado en su campaña. De las 7 medidas, 4 se refieren a temas de telecomunicaciones y su conectividad. 1. Autorizar a los proveedores de telecomunicaciones estadounidenses a realizar acuerdos para establecer instalaciones de telecomunicaciones de fibra óptica y satélite entre Estados Unidos y Cuba. 2. Otorgar licencias a proveedores de telecomunicaciones estadounidenses para realizar acuerdos de servicios de conectividad con proveedores de telecomunicaciones en Cuba. 3. Otorgar licencias a proveedores de radio y televisión por satélite estadounidenses para que establezcan las transacciones necesarias para ofrecer servicios a clientes en Cuba. 4. Otorgar licencias a personas sujetas a la jurisdicción de estados unidos para activar y pagar a proveedores estadounidenses y de terceros países por servicios de telecomunicaciones, radio y televisión por satélite proporcionados a individuos en Cuba. Autorizar la donación de cierto número de aparatos de telecomunicación para el consumidor sin que sea necesaria licencia. Sorprende y llama la atención ese afán “benévolo” de conectar a Cuba con el mundo, por el gobierno de un país que desde hace décadas solo ha buscado derrocar al proyecto que avanza en la isla, en lo que parecería un brusco cambio de política, cuando hasta ese momento solo se habían empeñado en obstaculizar sus comunicaciones internacionales mediante el bloqueo, con acciones en las que incluso se han robado descaradamente varios cientos de millones de dólares pertenecientes al pueblo cubano y ganados por servicios telefónicos. Desconozco en que momento del traspaso presidencial, el presidente Obama, adoptó como suya la estrategia de Bush con respecto a Cuba, la mayoría de cuyos componentes prevalecen y en algunos casos se hacen más agresivos y confrontacionales. Algunos de sus asesores tienen que haber recomendado al nuevo presidente, entre los meses que siguieron a la victoria electoral y abril de 2009, la conveniencia de mantener las líneas del plan Bush con acento en la subversión por Internet, incrementar las presiones y la campaña contra la isla y eliminar solo las restricciones de viajes y remesas, que fue a juicio de muchos, el mayor error de la administración anterior con relación a la Florida y que puede haber contribuido notablemente a la derrota electoral republicana en ese estado, dado lo impopular que resultó la medida para la mayoría de sus residentes de origen cubano. El énfasis en Internet también se explica observando la trayectoria de Obama. Recuérdese que es considerado el primer ciberpresidente de la historia y que verdaderamente logró movilizar a un importante segmento de la población de su país con el uso de tecnologías digitales de comunicación y movilización, mediante las cuales atrajo a millones de seguidores prometiendo acciones, la mayoría de las cuales han resultado un verdadero engaño. En la implementación de estas políticas no se puede desconocer el papel protagónico que juegan las agencias de inteligencia del gobierno de Estados Unidos y sus entidades pantalla como la USAID, la NED y Freedom House, entre otras. Estas agencias gubernamentales son las instituciones con mandato para desarrollar en el terreno estas actividades. La detención en Cuba de Alan Gross, contratista de la empresa Development Alternatives Inc. (DAI), constituye un ejemplo vívido de cómo la CIA y sus aparatos encubiertos despliegan en el terreno el equipamiento destinado a promover el uso ilegal de Internet y la promoción de campañas contra Cuba desde dentro del país. No conformes con utilizar la SINA como plataforma fundamental, pretendieron hacer llegar medios especiales para dar acceso a internet a los grupos contrarrevolucionarios en el interior de la isla. Alegan que Gross entregaba equipamiento a grupos de judíos cubanos, los que se han distanciado de esa afirmación y del propio detenido, reconociendo que no tienen dificultades para acceder a internet y que no tienen problemas con el gobierno cubano para desarrollar sus actividades. Leí hace unas horas, las nuevas cifras de financiamiento otorgadas a organizaciones no gubernamentales para promover un cambio de gobierno en cuba y ¡sorprendentemente!, se asignan 2 millones 600 mil dólares a la DAI, la misma empresa a la que pertenece Gross. No soy jurista, pero este documento pudiera constituir una prueba de que la empresa a la que pertenece el señor Gross, se dedica a recibir dinero del gobierno norteamericano y que utiliza para promover el derrocamiento del gobierno legítimamente establecido en Cuba, mediante la utilización de las nuevas tecnologías. La primera impresión es que lo colocan en una condición jurídicamente precaria, considerando que eso constituye una violación de la ley en cualquier país del mundo y que Cuba sanciona con severidad estos esfuerzos, en la lógica defensa de su proyecto político. INTERNET Y LA PAZ En la sociedad moderna deben estar claras las bondades de internet en lo comunicacional, económico, cultural y prácticamente en todas las ramas de la vida. La necesidad de aprovecharla con fines de desarrollo es ineludible para cualquier nación. Lamentablemente, la historia de la humanidad es también la historia del uso de sus avances tecnológicos con fines de satisfacción de la codicia y el poder de unos pocos y de agresiones contra naciones más débiles e indefensas, los ejemplos abundan. Los pueblos deben prepararse para unirse ante esta nueva andanada de guerra por la conquista de la mente y la transformación de la mentira en verdades y denunciar sus manipulaciones esclarecer, convencer y mostrar las trampas.

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