jueves, 31 de marzo de 2011

El debate se intensifica, Alejandro Martínez Pereiras

El debate se intensifica ¡A DEGUELLO!, Alejandro Martínez Pereiras
Bien complicada es la Batalla de las Ideas que se observa en la arena internacional y en la red de redes, da gusto leer y escuchar los pronunciamiento de miles de personas condenando la agresión contra el pueblo libio, desde todos lo matices se combate contra el crimen, de un pequeño pueblo, salido de las arenas del desierto, que es agredido con saña por la OTAN, los Yanquis y el MOSSAD israelita, la defensa del pueblo libio tiene todos los matices posibles, pero lo que no hay dudas para nadie, es el principio de “que nadie tiene el más mínimo derecho a inmiscuirse en los asuntos internos de un país, que nadie puede bajo ningún concepto atacar la soberanía y la independencia de un pueblo a elegir su camino”.
Que sería del derecho internacional si esa práctica se generaliza a escala universal, que pasaría con lo pequeños países que hoy conforman el núcleo de las Naciones en la tierra.
Los países ricos y poderosos, económicamente y militarmente implantarían sus deseos en la medida que lo consideraran pertinente.

¿Qué pasaría con aquellos pequeños países, que incluso apoyaron moralmente en el Consejo de Seguridad la agresión, me refiero entre otros a Sud Africa, el Líbano, y otros pequeños estados miembros actuales no permanentes del susodicho instrumento agresor, e incluso de los que se abstuvieron “lavándose las manos como Poncio Pilatos”?.
Otro ángulo de la defensa al pueblo libio, es aquél, que arremete contra las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad, resulta muy llamativo (descarado) la fuerza y agilidad con que éste ha actuado contra Libia, y sin embargo, Israel, culpable público y notorios de cientos de agresiones al pueblo palestino y a los pueblos árabes en todos los tiempo, ha sido intocable, nadie ha declarado la necesidad de “bombardearlos humanitariamente” y mucho menos declarar “zonas de exclusión aérea” a ese país, la propia Liga Árabe no ha levantado su voz para exigirlo, teniendo miles de razones para apoyarlo, sin embargo no dudaron en aprobarla ante la agresión de los imperialistas a Libia. ,div>La historia de las agresiones israelitas, asesinatos selectivos, penetración de agentes, acciones diversionistas en el seno de la dirección palestina y árabe en general, son archi conocidas, en estos mismos momentos arremeten de nuevo contra el pueblo palestino y nadie alza su voz para apoyarlos y defenderlos.
El famoso Consejo de Seguridad de la ONU, se ha desentendido y permite de nuevo las matanzas y asesinatos masivos.
Muchos ejemplos pudieran mostrarse de los peligros de estas acciones modernas de los grandes países y su aliada ONU, ya se dio el caso en Centro America, con el golpe de estado en Honduras, la soberanía de un pueblo fue aplastada sin contemplaciones, se violaron todas las normas de la democracia, los derechos humanos y se desataron decenas de crímenes políticos, que aún continúan y nada, nada, ha pasado, los nuevos amos del mundo se regocijan por sus éxitos.
El peligro se cierne contra todos nosotros, por quién “doblaran las campanas” en el futuro inmediato.
Pero también causa pavor, leer y escuchar, opiniones muy respetadas de personas que buscan una posición intermedia, “que si hay razones”, “que si no son todas las razones”, “que si debió o no debió de ser de esa forma”, en fin mil y una justificaciones, de la injustificable agresión y genocidio contra el pueblo libio.
Gadafi, ya no es el Coronel Gadafi, ya no es el militar honesto y revolucionarios que un día encabezo a su pueblo en una acción revolucionaria, ahora es el millonario, el que se prestó y unió su quehacer a los imperialistas, el que se codeo con ellos con acciones financieras personales y asuntos políticos contrarios a la verdadera causa árabe.
Pero ni estando de acuerdo con este juicio, se puede aceptar la agresión, se puede hablar de fórmulas conciliatorias, de acciones políticas de búsquedas tolerantes entre las partes, como se sugirió en su tiempo por Chávez, pero nunca justificar el genocidio. Este asunto no admite términos medios, o se está contra los imperialistas o se está a favor.
Ojala Gadafi honre los reclamos de su pueblo, ojala, encabece la lucha hasta el final, ojala triunfe el pueblo libio y los yanquis sean derrotados.

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