La opinión pública cubana observó hace pocos días un reportaje transmitido por el Noticiero Nacional de Televisión las imágenes en que Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU.- reclamaba a Barack Obama acciones contra Cuba como las que se han producido contra Libia.
Pero esas declaraciones no son las únicas en esa dirección. Desde hace algunas semanas congresistas de lobby anticubano y representantes de los sectores más reaccionarios de los EE.UU. vienen pidiendo a Obama que se ejecuten sanciones contra Cuba similares a las que se establecieron contra Libia, basados en una supuesta “ola de represión” contra la llamada “oposición”.
Se está aplicando un diseño de guerra psicológica a escala internacional, similar a los que inundaron medios de prensa, radial y escrita, antes y durante la invasión de Playa Girón. Algo que concuerda con las ideas que asesores del presidente norteamericano han proclamado sobre el “nuevo método” de intervención a partir del modo en que ha actuado su administración en el Norte de África.
Con ese propósito, también han difundido calumnias sobre la supuesta presencia en Cuba de organizaciones terroristas y han divulgado todo tipo de especulaciones dirigidas a fabricar una imagen de inestabilidad en el país. Los falsos rumores sobre la salud del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, fueron una de las más recientes desde que el pasado febrero empezara a convocarse desde Internet un fracasado “Levantamiento popular en Cuba”, que no obstante resultar desierto concitó la atención de grandes medios de comunicación, como CNN, el pasado febrero.
Como parte de este plan, las llamadas “Damas de blanco” que -como ha reconocido la agencia de prensa norteamericana AP- “se han quedado sin causa” al ser excarcelados sus esposos y otros elementos que también reciben financiamiento del gobierno norteamericano, han declarado a los medios de prensa, sus intenciones de realizar acciones provocativas, en especial durante la celebración de actividades religiosas, tras recibir nuevas instrucciones de la Sección de Intereses de EE.UU en la capital cubana para reciclar su causa.
La planificación de esta nueva escalada de provocaciones pretende establecer analogías con lo sucedido en países del Oriente Medio, con el objetivo de crear artificialmente disturbios que puedan generar acciones represivas para trasladar, a través de campañas mediáticas, previamente concertadas con algunos medios de prensa, la imagen de víctimas de la Revolución. No es una denuncia del gobierno cubano, en el Capitolio de Washington congresistas y miembros de la “didencia” cubana anunciaron una “primavera árabe” en Cuba, según reporta la agencia EFE, mientras que el diario mexicano Milenio recoge unas declaraciones la “líder” de las “Damas de blanco”, Laura Pollán, a medios en Miami diciendo que ellas podrían convertirse en “la llamita que encienda” la rebelión en la Isla. Se trata de la misma persona que aparece en un cable recién publicado por Wikileaks recibiendo la asignación de 5000 dólares del gobierno de Estados Unidos.
El objetivo principal es reproducir artificialmente un escenario similar al que se ha utilizado como pretexto para intervenir en países como Libia y Siria. Dinero no faltará. Recientemente, el gobierno norteamericano asignó un nuevo presupuesto de 20 millones de dólares para sufragar la Guerra Sucia contra la Revolución cubana.
A los cubanos, que no son la raquítica minoría que se vende al dinero de Washington, le sobran inteligencia y firmeza para impedir que estos planes se lleven a cabo. Estaría muy bien recordárselo al gobierno que paga esas provocaciones, en vísperas del 51 aniversario de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución, la organización que el pueblo de la Isla fundó para enfrentar las actividades terroristas organizadas desde Estados Unidos que han costado a Cuba miles de vidas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario