martes, 2 de agosto de 2011

El monstruo noruego Anders Breivik estuvo 79 minutos matando

Un fusil, una pistola, 69 cadáveres y un solo asesino. El monstruo noruego Anders Breivik estuvo 79 minutos matando.
Los periodistas Alvaro de Cozar y Juan Gómez han reconstruido paso a paso la matanza de la isla de Utoya en un reportaje titulado 79 minutos con Anders Behring Breivik matando. Y lo que aflora, además del terrible saldo de 69 cadáveres y un solo asesino, obliga a repensar muchas cosas.

Un resumen de los datos más relevantes:

  • El 22 de julio, los jóvenes esperaban entusiasmados el discurso que el primer ministro, Jens Stoltenberg, iba a pronunciar al día siguiente. Justo en el momento en el que Stoltenberg prepara el texto, una bomba explota junto a la sede del Gobierno central en Oslo.
  • La explosión mata a ocho personas y destruye casi todo el barrio de oficinas y ministerios. Los jóvenes oyen por la radio las noticias y siguen en todo momento lo que está pasando, preocupados por la situación del líder de su partido.
  • El viernes, 22 de julio, llovía en Utoya.
  • A esas alturas muchos creen todavía que la bomba ha sido obra de algún grupo islamista internacional.
  • Johannes Dalen Giske está trabajando en el ferri Thorbjorn cuando un tipo alto y corpulento, con uniforme de policía y que lleva una bolsa, le pide que le lleve a la isla. Su nombre es Anders Behring Breivik. Es el autor de los atentados de Oslo. Nadie lo sabe entonces, pero el coche bomba solo ha sido una maniobra para despistar a la policía y desviar la atención de la isla de Utoya. Giske le deja pasar tras pedir permiso al capitán.
  • El visitante desembarca en Utoya a las 16.07. Minutos después abre fuego sobre Monica Bosei, de 45 años, llamada la madre de Utoya porque ella es quien ha organizado las acampadas de los últimos 10 años.
  • Breivik también mata a Trond Berntsen, de 51 años, un policía fuera de servicio y hermanastro de la princesa noruega Mette-Marit.
  • Tras cobrarse las primeras víctimas, emprende el camino hacia la casa principal del complejo de Utoya. Nueve jóvenes que escuchan los disparos se refugian en el barco de Giske. Sin entender muy bien la situación, este decide regresar con esos nueve pasajeros. Entre ellos se salva Eskil Pedersen, presidente de AUF (Partido Laborista noruego).
  • En su camino hacia el centro de la isla, Breivik dispara a discreción.
  • Al alcanzar la cafetería de la Isla, donde los jóvenes aún ignoran del todo lo que está pasando, Breivik los llama a voces: "Acercaos, que tengo información importante sobre el atentado de Oslo". Mata, uno detrás de otro, a los que se pusieron en primera fila. Los demás huyen despavoridos.
  • Ya se han producido entre tanto las primeras llamadas de socorro. A las cinco y media de la tarde, la policía de Buskerut recibe las primeras desde la isla.
  • Utoya es una trampa mortal. Breivik continua su recorrido tranquilamente, armado con el fusil automático que ha sacado de su bolsa. Cuando algún herido da señales de vida, lo remata con su pistola Glock.
  • Breivik continúa con la matanza. Los muchachos que se ocultan en el bosque orientan su huida según la dirección de donde les llegaba el sonido de los disparos.
  • Algunos deciden abandonar la protección de los árboles para buscar la salvación tirándose al agua muy cerca de la zona nudista. El agua está fría. La ropa empapada tira de ellos hacia el fondo y su esfuerzo no les basta para alejarse lo suficiente.
  • Breivik, tan tranquilo, se planta en la orilla y encara el rifle una y otra vez. Christopher logra escapar, pero varios de sus amigos mueren cerca de él.
  • Breivik descubre a un grupo de compañeros ocultos en una zanja. Los chicos suplican piedad. Breivik abre fuego y los mata, "como a perros".
  • La policía de Buskerut llega al punto del litoral más próximo a la isla de Utoya. Los agentes no pasan de ahí. La mayoría de los efectivos están concentrados en el centro de Oslo, donde unas horas antes había explotado el coche bomba de Breivik.
  • El jefe de la policía de Oslo, Arnstein Gjengedal, ordena a las fuerzas de élite antiterroristas Beredskapstroppen que acaben con la matanza de Utoya. La policía solo tiene un helicóptero, que carece de suficiente capacidad para llevar desde Oslo a los policías con todos sus pertrechos.
  • Los agentes no llegan a la orilla del Tyrifjorden hasta las 18.09. Tienen que esperar 16 minutos más hasta que un bote les lleve a la isla.
  • La televisión pública noruega sí que ha llegado hasta Utoya por aire.
  • El helicóptero solo lleva una cámara de televisión, que graba impotente las únicas imágenes de Breivik disparando en la isla.
  • A las seis y media de la tarde desembarca en la isla el comando de élite. Se dividen en dos grupos. Uno se encamina al norte y otro al sur. Es este último el que ve al terrorista a unos 350 metros.
  • Los agentes gritan para que Breivik deponga las armas. Tienen orden de disparar si se resiste o tiene explosivos en su cuerpo. Breivik no se la juega. Levanta los brazos y, en el mismo gesto, arroja el arma a más de 15 metros de sí. No dice nada. Los agentes le esposan. Terminan los 79 minutos de Breivik en Utoya.
  • El balance de víctimas del asesino es, por ahora, de 69 muertos en la isla y 8 más por la explosión del coche bomba.

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